Elecciones de Amsafe Como el dicho: se juntó el hambre y las ganas de comer

Este 18 de Junio se realizan las elecciones de Amsafe. Nos arriesgamos a decir, las elecciones más desapercibidas por la docencia santafesina o por lo menos en el departamento Rosario.  Es que la política completamente rastrera de la conducción provincial, que ha dejado pasar, la política de ajuste y ataque a la docencia, ha generado un completo desinterés en el sindicato. No es ni siquiera un instrumento de defensa de conquistas mínimas como el derecho a parar sin que te descuenten.

La Celeste y el Frente de Trabajadores de la Educación

La conducción Celeste ha sacrificado el gremio, dejando a la docencia a merced de un gobierno -como el de Pullaro- que intenta hundir el cuchillo lo más profundo posible. Aprovecha para esto la política reaccionaria del gobierno de Milei, que se impone contra los trabajadores con la colaboración de manera abierta o velada de toda la oposición política, incluyendo al kirchnerismo y la burocracia sindical.

No sólo impuso el presentismo. El gobierno de Pullaro ha logrado imponer el descuento de los días de paro, la extensión de la jornada laboral en primaria (en los hechos una reforma laboral en detrimento de los trabajadores y la calidad educativa), la reforma de media (que aún no la hace pública, pero por los dichos de Goity supone achique de las materias y unificación por áreas… o sea menos docentes, menos materias, menos educación). En esa línea ya ni siquiera respeta las “paritarias” (que son en realidad “conciliación obligatoria”), porque saca por decreto los “aumentos” de pobreza.  Y ahora parece que, como “gustito al paladar”, nos dejará los quince días de receso invernal cumpliendo horario en las escuelas.

La docencia santafesina no encuentra en el gremio un lugar donde organizarse para luchar consecuentemente para ganar, y desorientada caen en la desmoralización. Esto explica la caída de acatamiento del paro, que llevó a la burocracia provincial y a la “oposición”, en la última convocatoria nacional de la Ctera, a reemplazar el PARO, por “jornadas de protesta” con clases y dentro de las escuelas. (¡¿qué es eso?!)

La política de la Celeste, orientada por el kristinismo de “esperar” y “dejar gobernar” a Milei, ha llevado en Santa Fe a la declinación total del Gremio Docente. La docencia santafesina deberá sacar importantes conclusiones, para poder reorganizarse, en un bloque realmente independiente y clasista que recupere Amsafe. O por la vía de la autoconvocatoria lisa y llanamente: Con asambleas de base, delegados revocables y un programa clasista que supere a la burocracia Celeste, pero también a la “opositora” que no va más allá de contar los años de pérdida salarial.

La “oposición” de la 4 de abril y el FAD (Frente por una Amsafe Democrática)

Desde que como Causa Obrera comenzamos a participar sistemáticamente en el sindicato hemos dicho claramente que en Amsafe existe una “convivencia pacífica”. En los años de “vacas gordas” esto era “tolerable” por una parte importante de los docentes. El gobierno ofrecía una miseria, había una asamblea provincial que votaba algún que otro paro (gratis porque no había descuentos) y para la segunda paritaria la oferta del gobierno era un poquito mejor, o mejor maquillada, a lo que se sumaba el cuento “de la cláusula gatillo”, que permitía a la burocracia cada dos meses tener un “puchito de plata” para festejar. Entonces empezaba el “circo”: la Celeste proponía aceptar porque ya no daban las fuerzas y “hay que cuidar el gremio”. La “oposición” los denunciaba por burócratas y proponía seguir el paro a sabiendas que la Celeste ganaría la votación en la Asamblea Provincial. Entonces todos contentos: El gobierno con un sindicato “moderado” y la “oposición”, teniendo a quien culpar, podía “lavarse la cara”. Pero al repetirse esto durante años y años… no es otra cosa que una “convivencia pacífica”.

De convivencia “pacifica” al “romance”

Pero en el 2019 se dio un “salto de calidad”: la integración de la CTA autónoma al gobierno de Cristina y Alberto Fernández. Sumando ya unos años desde que las “vacas empezaron a enflaquecer”, ya no había plata para “demagogias” con los docentes y estatales en general. Y Perotti primero, y después con más fuerza Pullaro, empezaron a apretar las clavijas, con descuento de los días de paro, aumentos por decreto, etc.

Pasada la pandemia este salto se vio concretamente en la parálisis completa de esta oposición. Recordemos que solos los cuatro departamentos que dirige la “oposición” en Amsafe deben sumar casi el 50% de la docencia santafesina. Ya no hay ninguna organización de la base docente, ni asambleas, ni iniciativas. Llegaron ya al colmo de mocionar -a comienzo de este año ante la nueva paritaria docente- paro de 24 hs y movilización… ¡lo mismo que la Celeste Cristinista!

Unidad Regional para luchar consecuentemente

Pero esto no sería tan determinante, incluso quizás tengan alguna argucia argumentativa para justificarlo. Lo que no van a poder explicar es por qué siendo dirección de la CTA-A Rosario (Almirón-Teres), que engloba a Ate Rosario (Almirón), Amsafe Rosario (Casiello-Teres), Coad (Docentes UNR), Siprus (salud) y teniendo también estrechos vínculos con la Federación de Aceiteros no han impulsado consecuentemente un plan de lucha regional.

¿Para qué quieren ser “dirigentes” y tener tantos sellos, sino sirven para luchar consecuentemente?

El año pasado, al comienzo de la negociación paritaria, como docentes de la Causa Obrera presentamos en varias asambleas la moción de Paro Regional. Que fuera la asamblea de Amsafe Rosario la que vote el mandato de reclamar a la CTA-A Rosario y a los otros gremios la unificación en un plan de lucha regional. La única unidad que sirve es la unidad para la lucha. Esa unidad es la realmente progresiva. La unidad formal en la cual los dirigentes de ATE y Amsafe rosarinos se “subordinan” a las burocracias provinciales respectivas, es la unidad del aparato que sólo sirve a la burocracia y al gobierno, pero impone derrotas tras derrota a los trabajadores.

Defender la unidad del gremio en abstracto, dijimos en ese momento, es reaccionario si permite que la burocracia imponga su política de resignación y quiebre la voluntad de los trabajadores. En oposición proponíamos esta unidad regional, en el epicentro político y económico de la provincia: Rosario.

Un plan de lucha impulsado por la unidad de estatales de Rosario, podía mover la base de otros gremios también en conflicto en ese momento, como los trabadores municipales. Incluso ya habían acordado en otras oportunidades caravanas y acciones en conjunto. ¡Eso es pelearle a la burocracia el gremio! Y hubiera permitido una verdadera organización alternativa que incluso podría derivar en plenarios de carácter provincial con delegados docentes y estatales de otros departamentos que vieran en ese plan de lucha una verdadera alternativa. Pero esta “oposición” mantuvo la “convivencia pacífica” que denunciamos. Y el gobierno de Pullaro logró imponer las primeras derrotas que nos lleva al día de hoy a tener sobre nuestras espaldas: salarios de pobreza, presentismo y descuento del día de paro. Con esa política ha “mojado la pólvora” para después culpar a la base docente. La docencia ya no confía en el gremio, y los dirigentes “opositores” utilizan esa desmoralización, de la que también son responsables, para culpar a los docentes de “no querer luchar”.

Pero a la hora de la campaña electoral: son tigres

Esta oposición, nucleada en el “Frente por una Amsafe Democrática”, presentó lista en 16 departamentos de los 19. En su debut, en la elección anterior, donde tenían chances de ganar llevaron de candidato a Gustavo Teres. También presentaron lista en casi todos los departamentos y perdieron por pocos votos.

¿Este frente solo funciona para las elecciones? O dicho de otra manera ¿para pelear el aparato del gremio si pueden unirse y para organizar la lucha no? ¿Acaso no tiene suficiente fuerza para impulsar realmente asambleas y plenarios de delegados provincial? ¿Siempre tiene que dejar que la Celeste tenga la batuta? Es evidente que no han querido disputarle la dirección en el terreno de la lucha, sólo en el plano electoral cada 4 años, y que su campaña verborrágica es solo eso: promesas. La política de adaptación que tuvieron en estos cuatro años, ahora los hace retroceder: su expectativa es no perder el depto. Rosario.

Durante el gobierno de los Fernández, Terés y Almirón (CTA-autónoma Regional) no dijeron nada cuando Cachorro Godoy y De Gennaro se asociaban al Gobierno nacional. Ese silencio cómplice fue acompañado sin críticas por los “socios” menores de “la Amsafe recuperada”. Nos referimos a los partidos del FIT-u que la integran, y fue llevándose puesto a todas estas agrupaciones, que por oportunismo no rompieron, perdiendo su independencia política.

 Que proponemos

Los docentes de Causa Obrera y compañeras simpatizantes estamos convencidos que necesitamos organizar un reagrupamiento que supere esta parálisis de la “oposición”. Un reagrupamiento clasista, independiente no solo de los gobiernos, sino también de los partidos patronales y de las burocracias sindicales. Es la única manera de poder construir una dirección para la docencia santafesina. Un frente que tenga como programa el pliego de reivindicaciones históricas, que son justas y necesarias: como el salario igual a la canasta familiar, la defensa de las condiciones laborales, la defensa de la educación pública. La lucha del Garrahan, como fue el año pasado la universidad, son muestras que hay condiciones en la clase trabajadora para enfrentar al gobierno de Milei. Pero la experiencia de la lucha universitaria del año pasado también demostró que no alcanza. El gobierno retrocede con alguna concesión y después sigue avanzando la motosierra. Lo hace porque la burocracia se lo permite. Para defender realmente la educación y la salud es necesaria una lucha consecuente. Por eso, una dirección sindical realmente clasista debe explicarles a los trabajadores que con luchas parciales podemos resistir la ofensiva, pero que lo que hace falta es una Huelga General hasta voltear el gobierno de Milei. Una dirección realmente clasista no puede apoyar a ningún candidato o gobierno burgués. Porque los sufrimientos que padecemos son consecuencia del régimen capitalista con todos sus político y gobiernos. Por eso cuando la bronca llega a la garganta en las manifestaciones se grita “que se vayan todos”. Pero para que realmente no vuelvan los mismos hace falta que gobernemos los trabajadores.

La mayoría de las agrupaciones de la “4 de abril” se reivindican “revolucionarias”. Supuestamente su objetivo estratégico es derrocar al capitalismo. Pero en la práctica se quedan en la lucha “sindical”, en el “sindicalismo”. Naufragan ante las presiones burguesas que pretenden que la lucha sindical y la lucha política deben ir por carriles separados. Le hacen creer a los trabajadores que con la lucha sindical podemos vivir “bien” bajo el capitalismo. Que la lucha sindical sólo se puede plantear reformarlo, luchando por alcanzar las leyes necesarias. No impulsan desde la dirección de los sindicatos que dirigen una explicación paciente para demostrar que bajo el capitalismo no hay “conquistas” acumulables, que esa etapa del capitalismo “floreciente” se agotó y no volverá.  Por eso de los 20 años de “Amsafe recuperada”, ya llevan por lo menos los últimos 10 sumando años de pérdida del poder adquisitivo del salario y ahora es más evidente con el retroceso en derechos conquistados.

No hemos descubierto nada, ya Marx planteaba las limitaciones de la lucha sindical, separada de la lucha revolucionaria. Una dirección realmente clasista debe explicarles a los trabajadores que el capitalismo decadente ya no puede dar respuesta a nuestras necesidades. Que destruye al planeta con la contaminación ambiental, y que producto de su crisis nos está arrastrando a una nueva guerra mundial entre las fracciones imperialistas organizadas alrededor de dos polos: EEUU por un lado y China por otro. Y que por eso debemos luchar por un gobierno de trabajadores, que expropie los bancos y los medios de producción para reorganizar la sociedad en beneficio de las mayorías trabajadoras. Donde la educación realmente se pueda realizar y sea un derecho para todos.

Si los sindicatos no son una herramienta para organizarnos con un programa clasista, o sea de la lucha de la clase trabajadora por sacarnos estos parásitos capitalistas de encima, los años de “lucha” terminarán en nuevas frustraciones, con los burócratas de izquierda diciéndonos que “votemos bien”, o que apoyemos “el mal menor”.

Votamos en Blanco o Nulo.

Por esto en estas elecciones de Amsafe, no hay alternativas. No sirve “el mal menor” que ya se comprobó impotente para organizar la lucha. Llamamos a no votar o votar en blanco o anular el voto. Y a redoblar los esfuerzos por lograr organizar un reagrupamiento clasista e independiente para poder recuperar nuestro gremio y luchar consecuentemente.

Docentes PCO-Rosario

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