El PTS y el PO colaboran con la campaña de victimización judía en plena matanza del pueblo palestino

En la página oficial del PTS (La Izquierda Diario) del 27 de marzo de 2024 leemos que: “A través de la banca de la diputada Alejandrina Barry del PTS en el Frente de Izquierda y con el apoyo de su par Gabriel Solano, presentamos un proyecto en el parlamento de la Ciudad de Buenos Aires para homenajear a las víctimas judías de la masacre perpetrada en Once y Villa Crespo durante la Semana Trágica.” La nota que aparece en LID la firma “Lautaro Brodsky, militante por las libertades democráticas y los DDHH, judío de izquierda y autor del libro Dictadura y antisemitismo”.

Las víctimas de la “semana trágica” fueron los obreros de los Talleres Vasena. Justamente se conoce con ese nombre la represión y masacre sufrida por los obreros, en la que fueron asesinadas cientos de personas en Buenos Aires en la segunda semana de enero de 1919, bajo el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen. El saldo oficial de víctimas fue de unos 800 muertos nunca identificados: ancianos, mujeres, niños y hombres. Hubo también decenas de desaparecidos, miles de heridos y más de 50.000 detenidos.​ En un informe realizado por la embajada de Estados Unidos se contabilizó 1356 muertos.​ La embajada de Francia, por su parte, informó que habían muerto 800 personas y 4000 habían sido heridas. Todo bajo un gobierno “popular” elegido por el voto, el gobierno «democrático» del radical Yrigoyen. También bajo el mismo gobierno de Yrigoyen ocurrieron los fusilamientos de entre mil y mil quinientos huelguistas en la “Patagonia rebelde” de 1921. Por supuesto que no tendría sentido homenajear en el parlamento burgués a víctimas obreras de la represión de un gobierno de la misma clase social explotadora que representan los parlamentarios. Sería de parte de los legisladores de la izquierda dar pie a una gran hipocresía.

Paralelamente a la represión de la huelga hubo un “pogrom” (o pogromo, matanza de judíos) a manos de una banda fascista integrada por jóvenes de clase alta llamada Liga Patriótica Argentina.

Según escribe el propio Lautaro Brodsky “La razón del pogrom es que la derecha conservadora-liberal, como la nacionalista acusaban a la comunidad judía de bolchevique, porque muchos de los que dirigieron la Revolución Rusa, como León Trotsky eran judíos.” (1)

Es decir, no se trató de un acto de antisemitismo, motivado por razones étnicas o raciales, sino por razones de clase y políticas. La burguesía creía que los judíos eran un semillero de bolcheviques que agitaban la revolución en Argentina como en Rusia. Por eso el “pogrom” fue perpetrado como parte de la represión de la huelga obrera.

Y entonces, ¿a qué viene este homenaje a las “víctimas judías”, justo en el momento en el Estado de Israel está masacrando a la población palestina indefensa, con más de 35 mil víctimas?

Llamaría la atención en cualquier momento, la especial inclinación del PTS (con el PO a la cola para no ser menos) por ubicarse al lado de la población judía. No se puede olvidar que en el debate presidencial Myriam Bregman se solidarizó con las “víctimas civiles” judías provocadas por el ataque de Hamás (2). Tampoco es posible olvidar que el 18/6/20, en esa misma legislatura tanto Bregman y Barry (PTS), como Solano (PO) votaron a favor de una resolución que condenaba como antisemitismo cualquier crítica a instituciones vinculadas al Estado de Israel.

Pero mucho más llama la atención este “homenaje” en un momento en el que el ejército de Israel está masacrando y cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino, cuando en diversas paises de Europa hay masivas movilizaciones y en EE-UU los estudiantes hacen campamentos en las universidades, aún bajo la represión, yendo presos o bajo la amenaza de ser expulsados.

El escritor -que se autodesigna como judío de izquierda-, explica:

“He presentado una propuesta de proyecto de Resolución a la legisladora e hija de desaparecidos, Alejandrina Barry, por su sensibilidad y compromiso por los derechos humanos, para impulsar la colocación de una placa homenaje en la única plaza del barrio de Villa Crespo, La Benito Nazar, para recordar a las víctimas israelitas del pogrom. La intención es que se convierta en el primer reconocimiento del Estado a las víctimas de dicha barbarie”. Es decir, el objetivo es presentar a los judíos en general (a los que llama israelitas como si ser judío fuera sinónimo de ciudadano del Estado de Israel) como víctimas, y como si la persecución racial y religiosa acontecida en un momento histórico fuera todavía actual.

Como se lee, en el artículo al explicar las motivaciones del homenaje requerido, no hay una delimitación respecto del Estado sionista, y no delimita al proletariado judío respecto de la burguesía sionista, o de la burguesía judía en general, una parte de la cual quisiera alguna solución negociada con los palestinos dejándoles migajas, fragmentos de territorios a cambio de que no luchen más y acepten la ocupación y el despojo de sus casas y sus tierras. A esta falsa solución burguesa e imperialista es a la que adhieren los judíos de izquierda. Es una pretendida “solución democrática” que no resuelve el problema de fondo provocado por la ocupación del territorio palestino por el actual Estado de Israel.

Entre los hechos de antisemitismo ocurridos en el país, Brodsky destaca “tres hechos en la historia nacional que conmocionaron al país y a la comunidad judía en especial, tres sucesos de antisemitismo que son: el pogrom de la Semana Trágica, la judeofobia desata(da) en los campos de concentración y en la guerra de Malvinas por parte de la dictadura procesista y los atentados a la AMIA, como a la embajada de Israel durante el menemismo. Estos hechos de suma gravedad, únicos en América Latina, demostraron que la burguesía argentina, es una oligarquía clerical, conservadora y antijudía.”

Es decir, Brodsky y el PTS colocan en un mismo plano el pogrom de semana trágica motivado por la vinculación de sectores judíos al bolchevismo, con los atentados contra la AMIA (una institución civil, mutual judía) y la Embajada de Israel que es una representación del Estado sionista. Algo que ahora ha quedado claro para el que no lo supiera después de la acción de Ecuador en la embajada de México, calificada como una violación de la soberanía. Todas las notas periodísticas han señalado que una embajada es la delegación de un Estado en otro Estado. Pero, en aras de su afinidad electoral con la comunidad judía, el PTS parece no distinguir.

Se esté de acuerdo o no con el atentado con explosivos como método, no se puede condenar la voladura de la embajada del Estado sionista que oprime y despoja al pueblo palestino de su territorio con métodos de guerra civil y terrorismo de Estado. El atentado a la Embajada es la consecuencia de la opresión del pueblo palestino por parte de la burguesía sionista judía que utiliza la victimización de los judíos en general alegando una persecución antisemita, para encubrir la acción genocida contra el pueblo palestino. Eso es lo que hace este escritor judío de izquierda que defiende la existencia del Estado de Israel, apoyado por el PTS y el PO.

Porque si no es ese el motivo, nos volvemos a preguntar ¿A qué viene ahora este “homenaje”? ¿es que acaso ahora hay alguna persecución a los judíos?

Brodsky argumenta así el motivo que justifica su propuesta de resolución:

Ante el resurgimiento de la ultraderecha en el país y en el mundo, como de mitos antisemitas como la del “marxismo cultural” o “agenda 2030”, impulsada por un gobierno ultra conservador y liberal como el de Javier Milei, con elementos de nacionalismo militar, representados en la vicepresidenta Victoria Villarruel, este proyecto es elemental ante el avance del neofascismo en Argentina, que ya está en el gobierno y quiere que volvamos a la Argentina de 1910.

Es decir, Brodsky afirma que “la burguesía argentina, es una oligarquía clerical, conservadora y antijudía.” Y que Milei y Villarruel representarían un avance del neofascismo, relacionando esto con una persecución antisemita contra los judíos. Pero en la realidad ocurre todo lo contrario.

Resulta que la gran burguesía apoya a Milei -que está en proceso de convertirse al judaísmo-, que apoya fervientemente al Estado de Israel y que designó como embajador ante Israel a su rabino.

Y no se trata solo de un sector de la burguesía “mileista”; el peronismo también se ha ubicado al lado del Estado de Israel. Basta recordar que ni bien Alberto Fernández asumió la presidencia fue a Israel el primer pais que visitó, igual que Milei. También el kirchnerismo se ubicó junto al sionismo como lo ha demostrado Wado Pedro, durante su breve período como candidato (en representación de CFK), hasta que “Cristina” decidió bajarlo para apoyar a Massa. En ese corto plazo no solo viajó a Israel, sino que se fotografió con la embajadora sionista en Argentina. No la burguesía no es antijudía, es antiobrera y por eso tiene intereses comunes con la burguesía sionista y con la burguesía judía en general. Por eso “La dirigencia sionista se distanció de las víctimas durante la Semana Trágica diciendo que en la colectividad judía había “elementos exaltados” como en “otras colectividades” y que se debía castigar a los culpables de la revuelta, pero sin atacar a los inocentes. Intentando quedar bien con el establishment argentino responsable de la carnicería antijudía” (citado de la nota de Brodsky en LID).

Alguien podría acusarnos de hacer una crítica falsa, dado que el PTS realizó un acto de solidaridad con el pueblo Palestino el 1° de mayo y siendo que el diputado del PTS Chipi Castillo en días previos había hecho una encendida arenga (en una cuestión de privilegio) defendiendo al pueblo palestino que es víctima de genocidio.

Pero si escuchamos con atención su arenga, oiremos que solo hace referencia a Netanyahu, y a los conservadores de derecha que colonizan por la fuerza echando a los palestinos de Cisjordania. Pero en ningún momento se plantea un programa revolucionario que incluya la destrucción del Estado sionista.

La “solidaridad” con el pueblo palestino que pregona el PTS se plantea desde un programa democrático, capaz de ser aceptado por los judíos de izquierda como Brodsky, uno de los sectores que defienden las ideas del progresismo pequeño burgués.

El PTS ha renunciado al programa de la destrucción del Estado de Israel por su acercamiento a los judíos de izquierda. Por eso solo se pronuncia en contra del apartheid, es decir, de una democratización del Estado de Israel. Este mismo acercamiento fue el que los llevó a cometer el “error” de votar la resolución en la legislatura porteña una resolución para censurar y castigar expresiones antisionistas con el cuento del antisemitismo. En su momento se autocriticaron de ello argumentando que fue un error aislado, que no había una linea de continuidad en esa posición. Pero tanto este desubicado homenaje que le sirve de cobertura al genocidio sionista contra el pueblo palestino y el programa democrático pequeño burgués en reemplazo de un programa trotskista revolucionario para Palestina (https://comitedeenlaceinternacional-ior.com/index.php/2024/01/25/palestinaprograma-democratico-o-programa-revolucionario/), indican que estamos ante la continuidad de la capitulación oportunista y que siguen avanzando con rumbo hacia la socialdemocratización de su programa y partido.

Antonio Bórmida, 15/5/24

  1. Trotsky solo era por su origen familiar judío, pero como todo dirigente revolucionario marxista era ateo por su interpretación científica materialista dialéctica de la existencia histórica universal.
  2. El PTS y su candidata presidencial Myriam Bregman tomaron como ciertas las primeras informaciones provenientes de la prensa sionista e imperialista, para no perder votos de la comunidad judía, de la cual había obtenido los más altos porcentajes en CABA. Sin embargo, poco tiempo después del ataque de Hamás, investigaciones periodísticas (incluyendo el diario sionista Haaretz) confirmaron que  al menos una parte importante de los muertos civiles fueron provocados por tiroteos con las guardias armadas de los ‘kibutzim’ de frontera de Israel, y por la intervención de las fuerzas armadas sionistas, que actuaron bajo la directiva Hannibal que ordena disparar sobre los grupos que secuestran civiles o militares israelíes con el propósito de convertirlos en rehenes, sin ahorrar la vida de los atrapados.

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