Tensión EE.UU. Irán: Preparativos de Guerra en el Golfo Pérsico

En las últimas semanas se ha incrementado la retórica belicista norteamericana sobre Irán. Un artículo publicado por el New York Times afirmó que el Pentágono contempla el envío de 120.000 soldados a Medio Oriente en caso de que Irán ataque objetivos estadounidenses en la región o incremente su capacidad nuclear. De hecho, agencias semioficiales del país persa indicaron que lograron cuadruplicar la producción de uranio enriquecido, llegando prácticamente al límite de los acuerdos alcanzados con las potencias europeas en 2015.

Desde el lado norteamericano se ha decidido enviar al portaaviones USS Arlington, provisto de vehículos anfibios y aviones de combate, que se unirá al otro portaaviones presente en la zona del Golfo Pérsico, USS Abraham Lincoln. Agreguemos también el reciente envío de baterías de misiles Patriot y bombarderos B-52 a Qatar.

Consultado por periodistas, Donald Trump desmintió los planes del Pentágono aunque echando más leña al fuego y fiel a su estilo: “Creo que es mentira, ¿de acuerdo? Ahora, ¿que si lo haría? Por supuesto, pero no lo hemos planeado. Y, si lo hiciéramos, enviaríamos muchas más tropas que esas”. 

En Medio Oriente, parece que todos juegan con fuego. Al cruce de amenazas verbales se suman las acusaciones de  Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (dos países aliados de EE.UU.) de actos de sabotaje contra barcos petroleros en el Golfo, indicando de manera velada la responsabilidad de Irán detrás de esos hechos.

Tras la ruptura del acuerdo nuclear con Irán en 2015, Trump reanudó las sanciones comerciales, entre ellas, las destinadas a impedir las exportaciones de petróleo de Teherán, quien a su vez, amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz, zona por donde se comercializa la quinta parte del crudo mundial.

El ministro de relaciones exteriores alemán Heiko Maas ha dejado en claro a su par norteamericano (Mike Pompeo) que le “preocupa las tensiones en la región” y que “no queremos una escalada militar”. La preocupación del ministro alemán es compartida por sus pares europeos, entre ellos Jean-Yves Le Drian (Francia) y Jeremy Hunt (Gran Bretaña). Pero el trasfondo de la posición europea responde a la necesidad de garantizar las inversiones en Irán. El ejemplo francés es particularmente elocuente:  Entre las empresas francesas que operan en el país persa, se hallan la petrolera Total, así como Airbus, Renault, Peugeot, etc. que suman miles de millones de dólares en operaciones comerciales, y que se pueden ver truncadas si se hacen efectivas las sanciones yanquis.

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El trasfondo de las operaciones políticas y militares que están en boca de todos, es la crisis económica mundial que lleva una década desde su eclosión.. En el caso de EE.UU. hace años que transita una lenta decadencia económica. De ahí que de la mano de Trump se esté tratando de “hacer a América grande de nuevo”, implementando políticas para reconstruir el aparato productivo interno de EE.UU, como por ejemplo, rebajas impositivas para el capital y flexibilización de la mano de obra , o la eliminación de las ventajas de la deslocalización de empresas (esto es que las que se radicaron fuera de Norteamérica) o elevando aranceles a los productos extranjeros (sobre todo los de China).

En tal sentido, con tal de ganar mercados y oportunidades para colocar su capital, la burguesía imperialista no duda en recurrir a la guerra comercial, a la guerra económica y de divisas, para terminar finalmente en la guerra militar.

Carrera armamentista: mayor gasto militar de las potencias

Recientemente se conocieron los datos del gasto armamentístico a nivel mundial. De ese registro se desprende el hecho de que el año pasado se batió el record de gasto militar de los últimos treinta años.  Las potencias destinaron 1,82 billones de dólares. La cifra representa la friolera del 2,1% del gasto a nivel mundial, encabezado por EE.UU. y China.

Es por esto que Elbridge A. Colby, ex secretario adjunto de estrategia y desarrollo de fuerzas de EE.UU, recientemente publicó un artículo en la Revista Foreing Affairs con un título por demás de explícito “Si quieres paz, prepárate para una guerra nuclear”, donde sostiene que el poder global incuestionado de Norteamérica tras la caída de la Unión Soviética está llegando a su fin, dado que “tanto Rusia como China pretenden cambiar el status quo” (la unipolaridad americana). 

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De hecho, tanto Rusia como EE.UU. han abandonado el tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, por su sigla en inglés), el cual prohibía a Washington y Moscú desarrollar misiles de alance corto e intermedio.

Ya hace un tiempo el vicepresidente yanqui Mike Pence, sostuvo que “Estamos desplegando y desarrollando nuevos e innovadores aviones de caza y bombarderos. Estamos construyendo una nueva generación de portaaviones y buques de guerra. Estamos invirtiendo como nunca en nuestras fuerzas armadas”.

Muchos podrán pensar que todas las declaraciones que hemos reproducido no son más que mera retórica imprudente por parte de un grupo de chiflados que ocupan eventualmente la Casa Blanca, como los republicanos Trump o Pence. Sin embargo, no hay que olvidar que declaraciones de similar talante ya han sido reproducidas por los más “diplomáticos” demócratas como Hilary Clinton e incluso Barak Obama al referirse a Irán.

Ya en 2008, en plena campaña electoral, Clinton amenazaba con “obliterar” (borrar del mapa) a Irán si atacaba a Israel, mientras se refería a la “masividad del ataque” que estaba dispuesta a ordenar.

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En 2003, el jefe de la diplomacia norteamericana Colin Powel, junto a Tony Blair (primer ministro británico) y José María Aznar (primer ministro español), aseguraban al mundo que Irak disponía de armas de destrucción masiva. Sobrevino una guerra que asesinó a más de un millón de iraquíes y dejó al país en un estado calamitoso.

Hoy se dice que Irán es responsable de los actos de sabotaje en Arabia Saudita y en los Emiratos Árabes, y que sus avances en materia nuclear no tienen otro fin que el de hacerse con la bomba atómica.  Las consecuencias de un ataque militar estadounidense contra Irán (que cuenta con un tamaño cuatro veces mayor y el doble de población que Irak), serían catastróficas.

¿Es casualidad que Irán sea el segundo país con mayores reservas de petróleo en Medio Oriente?

El imperialismo norteamericano buscará en un plazo más bien breve asegurarse recursos naturales y zonas de influencia, a costa de iniciar una guerra que podría escalar hasta convertirse en una tercera guerra mundial. Es por esto que el Pentágono ha cambiado los objetivos de su hipótesis de conflicto, que pasó del “terrorismo islámico” a las principales potencias mundiales.

La crisis general del sistema capitalista, que no encuentra ni encontrará salida desde lo económico, abre el camino a la vía militar. Y con ello el hundimiento de la mayor parte de la humanidad en la barbarie. Sólo la Revolución Socialista puede impedir la guerra, o a partir de sus ruinas, reconstruir la humanidad sobre nuevas bases. Nunca más actual la alternativa histórica: Socialismo o Barbarie. Luchar incansablemente para construir el partido marxista revolucionario internacional, no es una cuestión de “idealismo” sino una necesidad básica para la supervivencia humana.

Lucho Andrade

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