Como no podía ser de otra manera la prensa y los medios de difusión presentan el capítulo actual del enfrentamiento entre Palestina e Israel, como iniciado por un ataque terrorista por parte de Hamás, mientras se presenta al Estado de Israel como víctima, haciendo uso del “derecho” a la defensa de su población.
Los periodistas reaccionarios (como Antonio Laje -de América TV- y muchos otros) pretenden engañar incautos presentando a Hamás como un grupo terrorista que pretende desalojar a los israelíes de “su territorio”, para ocuparlo y establecer un Estado Islámico.
Ocultan a propósito que el “conflicto” entre Palestinos e israelíes comienza cuando, con el aval de las potencias imperialistas, se constituye el Estado sionista de Israel en el territorio donde vivía el pueblo palestino, que fue despojado y desalojado de su tierra en sucesivas ofensivas de las milicias y el ejército sionista durante 75 años.
El antecedente inmediato de estos enfrentamientos empezó en el mes de abril durante el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes, cuando la policía israelí prohibió reuniones nocturnas, y realizó en los ingresos de las mezquitas excesivos controles, por lo que se generaron enfrentamientos entre manifestantes y policías no sólo en Jerusalén, sino también en Haifa y Ramallah.
Durante el pasado lunes la situación comenzó a agitarse, justamente cuando israelíes sionistas fundamentalistas realizaron la “marcha de la bandera” por las calles festejando el día de Jerusalén en conmemoración de la ofensiva del ejército sobre la parte oriental de esa ciudad durante la guerra de “los seis días” en 1967. La marcha que recorre las zonas de Jerusalén habitadas por palestinos es una verdadera provocación. Al mismo tiempo se producía el desalojo de familias palestinas para otorgar sus hogares a colonos israelíes en un barrio de mayoría árabe de Jerusalén. En los últimos años avanzaron los asentamientos de los colonos sionistas, sobre territorios palestinos en donde ahora viven 600 000 judíos.
Entonces, comenzaron los enfrentamientos, en las puertas de la mezquita Al Aqsa, entre palestinos y la policía israelí.
Ante la represión contra el pueblo palestino –que dejó unos 300 heridos- Hamás lanzó cohetes hacia Jerusalén lo que desencadenó la respuesta militar con misiles del ejército israelí. El bombardeo indiscriminado con un poder de fuego totalmente desigual que ya ha provocado casi un centenar de muertos, incluyendo decenas de niños, en la Franja de Gaza, desató al mismo tiempo enfrentamientos entre palestinos e israelíes en varias ciudades.
En el fondo de estos nuevos combates, se encuentra la disputa por el control de la ciudad de Jerusalén, que Israel reclama íntegramente como su ciudad capital (con el apoyo de EE-UU), y los palestinos que reclaman la parte oriental como capital de un futuro Estado palestino que unifique Cisjordania (cada vez más ocupada por asentamientos de colonos judíos) y Gaza.
Mientras escribimos esta nota, a 73 años de la primera guerra entre árabes y sionistas, el conflicto está en plena escalada, cuando parece que Israel prepara una ofensiva terrestre sobre Gaza, y Turquía le propone Rusia intervenir en apoyo del pueblo palestino.
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La única solución para terminar con la opresión del pueblo palestino y para alcanzar una paz duradera, es la destrucción del Estado sionista de Israel y la instauración de una Palestina obrera y socialista en todo el territorio histórico anterior a la ocupación, desde el Río Jordán hasta el Mediterráneo. Una Palestina multiétnica y laica sólo puede nacer bajo la forma de un Estado Obrero, porque la única clase históricamente capaz de llevar adelante esta tarea revolucionaria es el proletariado. Sólo con un gobierno obrero y campesino que expropie a la burguesía sionista y árabe, y redistribuya la tierra nacionalizada en manos del Estado Obrero podrán regresar los palestinos exiliados y podrán convivir pacíficamente y con igualdad de derechos los trabajadores de cualquier raza, religión y sexo. Para alcanzar esta conquista histórica, los trabajadores palestinos deben romper con sus direcciones políticas burguesas y construir su propio partido obrero revolucionario junto con los trabajadores judíos que repudien la opresión sionista, para luchar por una Palestina Socialista, y junto con los trabajadores de la región por una Federación Socialista en Medio Oriente.
· Por el triunfo de la lucha por la liberación nacional del pueblo palestino
· Por la destrucción del Estado Sionista de Israel.
· Por una Palestina Obrera y Socialista, en una Federación Socialista en Medio Oriente.
· Por un Partido de trabajadores revolucionario e internacionalista, sección del partido mundial de la revolución socialista.
¡¡Proletarios de Medio Oriente y el mundo uníos!!
13/5/21