El gobierno del “mal menor” ajusta como si fuera el del mayor
Finalmente, el 26 de septiembre los medios anunciaban que “los docentes aceptaron la propuesta del gobierno”. Como crónica de un final anunciado, la burocracia Celeste firmaba un acuerdo ruinoso para los trabajadores de la educación, de sumas en “negro”, muy por debajo de la inflación y a años luz de la canasta familiar que por ahora estaría por los 70 mil pesos.
Este desenlace era evidente. Al igual que todos los años asistimos a lo que hemos llamado el “folclore de las paritarias”: la Directiva Provincial de la Celeste dilata o evita que se luche, y la “oposición” se limita a votar en contra o proponer una moción un poquito a la izquierda a sabiendas que pierde.
En agosto el gobierno de Perotti planteaba que iba a convocar a los trabajadores estatales a cerrar la paritaria que interrumpió en marzo con la excusa de la cuarentena. Así ganaba más de medio año sin pagar ningún tipo de aumento salarial, y prácticamente sin gastos en reemplazantes, ya que también suspendieron el llamado a cubrir reemplazos. Un negocio redondo.
En todo ese período la conducción de Amsafé Provincial dejó en soledad al espontáneo agrupamiento de docentes reemplazantes que salió a reclamar por su precaria situación en abril. Recién promediando el mes de mayo agregó la reivindicación de “un bono” a los reemplazantes en sus “flyers”. Y para julio recién salió el primer paro virtual, como para decir que estaban haciendo algo. Con esto dejaban en claro su colaboración con el gobierno, traicionando a los docentes, en función que aquel pueda imponer el ajuste, no dando aumento salarial y solo un bono en negro.
Por su parte, la conducción de Rosario -que estuvo 16 años adaptada a la precarización laboral de los docentes reemplazantes- tampoco intervino en abril, cuando centenares de reemplazantes se organizaban y decenas votaban que Rosario inicie el paro virtual para imponérselo a la CDP. Recién intervinieron con acciones minoritarias impulsadas por el aparato sindical cuando las distintas alas de la burocracia habían desmoralizado el movimiento. Tampoco alentaron la participación de los reemplazantes durante la lucha por la apertura de la paritaria.
Por eso, después del receso invernal, la dirección provincial del gremio, no hizo más que darle continuidad a esa política. Dilatar, maniobrar, con paros aislados que prácticamente pasaban desapercibidos. Para completarla, la burocracia provincial, también hizo uso de la cuarentena e impuso un “reglamento” especial para “decidir”, reemplazando el mecanismo del voto directo para aceptar o rechazar un acuerdo paritario. Ese “reglamento” en resumen le permitía una “consulta” a las bases a través de los delegados departamentales, que en concreto -aun dando por cierto que se hubieran hecho en todas las escuelas- anuló cualquier posibilidad de deliberar. Tampoco es posible comprobar si los delegados “oficialistas” traducían correctamente el resultado de la consulta. En síntesis, con el “reglamento” la burocracia Celeste obtuvo amplios márgenes para maniobrar y hacer lo que quisiera. Lo que quería Alesso y cía. era aprobar el acuerdo para demostrar su apoyo y fidelidad al gobierno, traicionando los intereses de los trabajadores docentes. El “reglamentazo” fue el instrumento para asegurarse no tener que maniobrar con un rechazo de los docentes de base.
Ante esta situación, como quedará en claro a continuación, la “oposición” del Frente Gremial que conduce Rosario y tres departamentos más, aunque declaró su rechazo, terminó aceptando el “reglamentazo de Alesso”.
Con el “reglamento” la burocracia celeste pudo imponer su posición, porque la oposición del Frente 4 de Abril le claudicó asquerosamente al levantar el plan de lucha que venían desarrollando los cuatro departamentos opositores, para subordinarse nuevamente a la “orgánica” de la burocracia sindical. Después de lanzar un paro de dos semanas, retrocedieron violentamente a un paro de dos y tres días, apenas diferenciándose en un día de paro con la celeste, pero sobre todo sin ninguna diferencia en los métodos de lucha y sin plantear objetivos claros. Luego terminaron aceptando el “reglamento” trucho de la Celeste, que es un decreto antisindical, sometiéndose a la política de la celeste, siendo cómplices de su traición.
La CD de Amsafe Rosario también hizo todo lo posible por “independizarse” del control de la base, para evitar tener que responder a alguna presión que viniera desde abajo.
En Rosario el mecanismo utilizado de Asambleas departamentales en donde se elaboran las mociones, para después realizar una votación secreta por escuela, hizo que las Asambleas departamentales, que es donde está el debate, hayan quedado reducidas al micro “activismo” de las agrupaciones y un muy reducido numero de activistas. En condiciones normales los docentes esperan en la escuela que llegue el “papel” donde están escritas las mociones, pero que no se debaten en una asamblea de escuela, y por lo tanto la base no puede contraponer otras mociones o plan de lucha. Esto fue exacerbado y utilizado por las direcciones sindicales para tener una mayor “libertad” de acción, bajando a la base “plebiscitos” donde sólo se votaba la cantidad de días de “paro virtual” (pero sin informar los fundamentos que sostenían las mociones), quedando en manos de la comisión directiva las cuestiones de los métodos y las tácticas de la lucha, e inclusive del objetivo a conquistar con la lucha.
La traición de la burocracia Celeste y la complicidad consciente y explicita de la oposición fue posible por varios factores.
La dispersión de la base, que no tuvo un punto de reunión en las escuelas generó un cuadro particular, que le dejó a la burocracia las manos libres para escapar al control de la base.
A diferencia de los trabajadores de la salud que salieron a protestar autoconvocados contra el acuerdo firmado por ATE y UPCN, una parte de los docentes, al no estar trabajando presencialmente, no ha logrado todavía dimensionar el golpe recibido contra su nivel de vida, ni tampoco apreciar el salto en los métodos burocráticos utilizado para imponerlo. Sin embargo, la realidad se impondrá por sobre los vapores que nublan la visión en medio de la pandemia.
La oposición, furgón de cola de la burocracia celeste
Dentro de Amsafe, hay cuatro departamentos (Rosario, Caseros, Gral. López y Belgrano) que se reclaman “opositores” a la celeste (y en conjunto representan casi la mitad de los docentes provinciales). Las conducciones de estos departamentos integran el Frente Gremial 4 de Abril, por lo que actúan en común. Este Frente está dirigido por la agrupación Sur de Gustavo Teres (que responde a la línea interna de Víctor De Gennaro que conduce actualmente la CTA Autónoma, encabezada por Peidro y Godoy) y el PCR (agrupación Mariano Moreno); también está integrado por las agrupaciones docentes de algunos partidos de izquierda: el PO (Tribuna Docente), el PO Tendencia (Tribuna Docente Tendencia), el MST (Alternativa Docente), Izquierda Socialista (Docentes en Marcha) y el PTS (Marrón), entre otros.
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El motivo es que la dirección burocrática de la CTA Autónoma (CTA-A), compuesta por la corriente político-sindical degennarista y el PCR, se hizo oficialista, integrando el Frente de Todos. Recién comenzado este año, ya se apuraban sus dirigentes para sumar su “firma” en el “pacto social”. El mismo se firmó en una reunión en la Casa Rosada. Con esto, el gobierno comenzó el año contando con el apoyo de prácticamente toda la burocracia sindical para hacer que la crisis la paguemos los trabajadores.
La primera muestra de esto fue el apresurado “cierre de paritarias” que hizo Baradel en Bs As, en negociación récord, aceptando un aumento miserable, que hoy se ve aún más disminuido por la inflación creciente.
¿Cómo se puede esperar que la conducción de Amsafe Rosario, hegemonizada por el degennarismo y el PCR (integrados al Frente de Todos), dé una lucha consecuente contra el gobierno del Frente de Todos y contra la burocracia celeste de Alesso cuyas agrupaciones internas también pertenecen al Frente de Todos? Sabemos que honestas compañeras luchadoras pueden desconocer estos datos, pero entendemos que las direcciones de los partidos de izquierda que integran el Frente Gremial que conduce Amsafe Rosario “tienen el boleto picado”.
Por un reagrupamiento clasista e independiente del gobierno y de cualquier otro sector patronal
La subordinación al gobierno peronista en nuestra región se reflejó en la parálisis completa de la CTA-A de Rosario (cuyo secretario general también es Gustavo Teres) porque las direcciones sindicales de ATE Rosario, Amsafe Rosario, Siprus, Sadop son parte del gobierno o están comprometidas con éste mediante el “pacto social”.
Por eso la CTA-A y Amsafe Rosario (quien es la cabeza de esa supuesta “oposición”) hizo todo lo que hace la burocracia: acompañó la división que hicieron los dirigentes de todos los gremios estatales. Cada uno por su lado (o sea, Ate, Siprus, Sadop, municipales…) se movilizaron para pedir “sus” “paritaria ya”, dándole un margen amplio al gobierno para ir golpeando a cada sector de los trabajadores por separado.
Por eso nuestra intervención estuvo dirigida en un comienzo a plantear la ruptura del pacto social con el gobierno y a proponer que Amsafe Rosario junto a la CTA-A Rosario convoquen a un Plenario de Delegados de base de todos los estatales para enfrentar unidos al gobierno de Perotti, moción que fue proscripta burocráticamente por Teres.
Después de agotada esa experiencia, llamamos a la izquierda a romper el Frente 4 de Abril, para constituir un frente único clasista, que pueda intervenir con independencia política del gobierno-patronal. El oportunismo prevaleció y todas las agrupaciones dejaron “los pies en el plato”. Capitulando ante la burocracia degennarista-PCR que aceptó de hecho el “reglamentazo” de la Celeste y levantó la lucha.
El veto de Perotti
El gobierno, como manifestación de su triunfo, se dio el lujo de vetar una Ley que, con muchas limitaciones, reglamentaría un “bono” de apenas $ 10 mil a los docentes reemplazantes. Esto generó indignación entre los compañeros que este año prácticamente no han trabajado, porque el gobierno se ahorra los sueldos no llamando a reemplazantes. En los últimos días, montándose en su indignación Amsafé Rosario y los partidos del FIT-U pretenden “lavarse la cara” impulsando acciones de tipo “superestructural”, como radio abierta, o concentraciones ultraminoritarias garantizadas en su aplastante mayoría por las agrupaciones. Pero a los compañeros tenemos que decirles la verdad, la traición que describimos más arriba es a todos los docentes, sean titulares o suplentes. Cuando el gobierno logró cerrar la paritaria, gracias a la política de la burocracia celeste (y a la capitulación de la dirección de Rosario y los “departamentos opositores”), también terminó de aislar la lucha de los reemplazantes.
Como seguir
Para la docencia en particular, y para los trabajadores estatales en general, está planteada la necesidad de discutir un reagrupamiento clasista, tanto en Amsafe como en los gremios de la CTA. La integración de todas las burocracias al gobierno nacional, se ha manifestado en todo el país como lo sufrimos aquí en Santa Fe. Los frentes sindicales oportunistas constituidos en el periodo anterior (Listas Multicolor en Sutebas y otros gremios docentes), defendidos por los partidos del FIT-U como un “Frente Único” contra la burocracia Celeste, ahora se evidencian como una claudicación en toda la línea, ya que los arrastró detrás de otras alas de la burocracia que terminaron integradas al gobierno (el degennarismo y el PCR que son parte de la dirección de la CTA-A). Así se ven las dos caras de la moneda del FIT-U: de un lado, campañas “políticas” electorales “adaptadas al régimen” para retener los puestos parlamentarios, de la otra, la defensa de esa política sindical claudicando en los frentes gremiales ante la burocracia para no perder los “puestos” en los sindicatos.
Esto a los trabajadores no nos ha servido de nada. Al revés, la capitulación del FIT-U al Frente 4 de Abril nos ha costado no poder estructurar una lucha contra este retroceso brutal en las condiciones de vida. Por eso tenemos que discutir la necesidad de un verdadero reagrupamiento clasista, independiente de los partidos patronales y las burocracias sindicales de todos los colores. Porque en este momento donde sentimos bien de cerca la crisis capitalista con la pandemia, la devastación forestal y el desastre medioambiental, la tarea de los sindicatos no puede limitarse a discutir entre un puñado de agrupaciones y activistas “un poquito más de salario” corriendo detrás de la inflación cuando empieza cada año.
Los trabajadores necesitamos organizar una lucha consecuente por los intereses de los docentes y del conjunto de los trabajadores contra todos los gobiernos patronales; lucha que sólo una dirección realmente clasista e independiente de todos los partidos patronales puede garantizar. Pero paralelamente tenemos que prepararnos para luchar por derrocar al capitalismo. Porque la crisis sin salida del capitalismo no deja lugar para salidas intermedias. Y para eso, necesitamos direcciones sindicales revolucionarias, no solo que no “traicionen”, sino que tengan claro y sin rodeos las tareas estratégicas que plantea la actual crisis: socialismo o barbarie.
Los docentes del PCO, con ese objetivo, pretendemos impulsar ese reagrupamiento clasista en los sindicatos, y al mismo tiempo luchamos por construir un partido de trabajadores revolucionario, sin el cual los trabajadores y los sectores oprimidos del pueblo no podrán coronar su triunfo contra la ofensiva de la burguesía y el imperialismo.