Como siempre ocurre en los acontecimientos críticos de la lucha de clases y los pueblos oprimidos se revelan las verdaderas posiciones de los partidos y organizaciones que se dicen revolucionarias, exponiendo su carácter.
Al encarar esta crítica nos vamos a ocupar en primer lugar del FIT-u, que es un punto de referencia de grupos y partidos que se reivindican trotskistas. Como es sabido, el PTS se impuso en las últimas elecciones internas (PASO) y dos de sus dirigentes encabezan las listas como candidatos presidenciales.
Frente a la acción de Hamás del 7 de octubre, la corriente internacional FTCI dirigida por el PTS de Argentina, publicó una declaración de la cual transcribimos el siguiente párrafo en el cual se concentra su posición:
“Defendemos el legítimo derecho del pueblo palestino a defenderse y resistir al Estado genocida de Israel y condenamos toda la hipocresía del imperialismo contra el pueblo palestino, al que acusa de terrorismo, mientras apoya la ocupación israelí…
Rechazamos los ataques a la población civil. No compartimos los métodos de Hamas, que impiden avanzar hacia la necesaria unidad en la lucha entre la población árabe palestina, los árabes israelíes e incluso sectores de la clase obrera judía que rompan con el sionismo y su política criminal, contra el Estado de Israel y su sistemático apartheid…»
Mientras arreciaba la campaña imperialista que pretende justificar el exterminio del pueblo palestino enclaustrado en la Franja de Gaza, el PTS se lamentaba por las víctimas “civiles” de los kibutz israelíes, quienes cuentan con depósitos de armamentos y entrenamiento militar para repeler ataques armados.
“…la acción de Hamas fue celebrada en todos los territorios palestinos, ya que se vio como la posibilidad de continuar la resistencia contra el opresor, una resistencia que todos los Estados imperialistas del planeta quieren borrar. La incursión armada mostró una imagen de vulnerabilidad de “Goliat” frente al “David” de la resistencia palestina, lo que también cosechó enormes simpatías entre las poblaciones árabes de todo medio oriente, oprimidas por el imperialismo”, dice la declaración de la FTCI.
Pero el PTS no “empatiza” con el pueblo oprimido, ni siquiera “siente” como propia su sed de venganza por los mártires de una causa justa. No considera la acción de Hamás como parte de la lucha del pueblo palestino.
No. Bregman empatizó con las víctimas civiles del ocupante sionista, Esa fue la principal preocupación como quedó expresada en la intervención de la candidata en el debate presidencial. Tomar distancia de Hamás y no perder votos del progresismo judío y la clase media que rechaza la violencia. Hasta apareció dispuesta a hacer “un minuto de silencio” junto a los candidatos burgueses pro-sionistas, ya que sólo se limitó a desmentir que hubiera habido una propuesta en ese sentido.
Donde quedaron los puntos del programa del FIT-u que plantean: “Apoyo al heroico pueblo palestino. Abajo la ocupación sionista de Palestina”.
Esta posición no es un error ni un descuido. Es coherente con haber votado (junto con Gabriel Solano del PO), en la legislatura porteña el 18 de junio de 2020, una ley promovida por el sionismo mundial a través de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), un grupo de 35 países (incluyendo Argentina) comandado por los EE-UU e Israel, que considera antisemitismo las manifestaciones críticas contra “las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”, con la cual hasta la crítica al Estado de Israel queda enmarcada en la acusación de “antisemitismo”.
Bregman y el PTS cuidan sus intereses electorales, ya que en la elección del 2021 en la cual resultó elegida diputada nacional por CABA, fue en los barrios del centro porteño incluidos aquellos de mayor densidad de población judía donde obtuvo sus mejores resultados.
No se animaron a repudiar la toma de rehenes porque habrán leído alguna vez a Marx o a Trotsky:
«Cuando la Comuna de París fue ahogada en sangre y los canallas reaccionarios de todo el mundo empezaron a arrastrar su bandera por el barro, muchos filisteos demócratas se encontraron difamando junto a la reacción a los comuneros que habían ejecutado a 64 rehenes y entre ellos al arzobispo de París. Marx no dudó ni un momento en defender esta acción sangrienta de la Comuna. En una circular del Consejo General de la Internacional, Marx nos recuerda (y uno cree oír la lava burbujeando bajo estas líneas) que la burguesía utilizó el sistema de rehenes en la lucha contra los pueblos de las colonias y en la lucha contra su propio pueblo. Hablando entonces de las ejecuciones metódicas de los comuneros encarcelados, escribió: “Todo lo que le quedaba a la Comuna para defender la vida de sus combatientes encarcelados era recurrir a la toma de rehenes, como era costumbre entre los prusianos. Las vidas de los rehenes se perdieron y se volvieron a perder porque los versalleses seguían fusilando a sus prisioneros. ¿Fue posible perdonar a los rehenes después de la horrible carnicería con la que los pretorianos de Mac-Mahon marcaron su entrada en París? ¿El último contrapeso al salvajismo del gobierno burgués (la toma de rehenes) no iba a ser más que una burla?” Tal era el lenguaje de Marx sobre la ejecución de los rehenes…» (Su Moral y la nuestra, L Trotsky 1938)
Continua la declaración del FTCI: “Para terminar con el régimen de apartheid, es necesario desmontar el Estado sionista de Israel. Defendemos el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo palestino y luchamos por una Palestina obrera y socialista, en el marco de una federación socialista en el Medio Oriente.”.
El PTS solo defiende el derecho del pueblo palestino a defenderse. Y su derecho a la autodeterminación.
¿El derecho a la autodeterminación? En general, el derecho a la autodeterminación se plantea como derecho a la separación del estado opresor y la constitución de su propio Estado en el territorio que ocupa. ¿Esa es la solución de los dos Estados con otras palabras? Pero, ¿y entonces? ¿Cómo se conjuga esa defensa de la lucha por una Palestina obrera y socialista? ¿O si no, en qué consistiría ese derecho? ¿En una votación para determinar lo que quiere el pueblo palestino? Está muy clara la “autodeterminación” del pueblo palestino, y escrita con sangre: es recuperar las tierras de las que fue despojado.
La dirigente de la FTCI Claudia Cinatti aclara aún más en su artículo publicado en IDZ:
“Como han demostrado organizaciones como Amnesty Internacional Human Rigths Watch, la ONG israelí B’Tselem, lo que hay en Israel es un régimen de apartheid contra el pueblo palestino, que se encuentra sometido a distintos tipos de opresión en Gaza, Cisjordania y en el Estado de Israel donde los llamados “árabes israelíes” componen alrededor del 20 % de la población. Y que por lo tanto no se puede considerar una “democracia” para algunos y un régimen de opresión colonial para otros.
Esta similitud con el régimen de segregación racial sudafricano se basa en que el pueblo palestino está privado de sus derechos democráticos elementales, empezando por la autodeterminación nacional, que vive bajo ocupación militar, que al interior de Israel tienen ciudadanía, pero no nacionalidad, porque el Estado de Israel ha declarado por ley su carácter exclusivamente judío, discriminando a los árabes y otras minorías. Sería el equivalente a postular por ejemplo que Estados Unidos fuera un Estado exclusivo de cristianos blancos”.
El PTS-FTCI no se pronuncia claramente diciendo que apoya la lucha del pueblo palestino y que está por la destrucción del Estado de Israel. La referencia a “desmontar” el estado sionista vinculada al eje principal de sus demandas que ha pasado a ser contra el “regimen de aparhteid” implica un giro en el programa ya que no pone como base de su programa el problema estructural de la ocupación, de cómo resolver el problema del Estado, con todo lo que ello incluye, sino que critica la falta de “democracia” del regimen racista. Pareciera que para el PTS sería suficiente con que se equiparen los derechos civiles y democráticos de judíos y palestinos. Por supuesto siempre seguirían luchando por una Palestina obrera y socialista, pero eso sería “en la otra vida” como el paraíso que prometen las iglesias. Para esta vida, los palestinos deberían conformarse con ser considerados ciudadanos, con poder votar y transitar libremente. Pero, ¿y las tierras y las viviendas de las que fueron despojados? El programa democrático de Moreno vuelve bajo nuevas formas más reaccionarias, a tal punto que si fueran consecuentes, su posición podría ser “Por un Estado de Israel democrático, laico y no racista”. O sea, el programa “progresista” de la clase media judía.
¿Y el FIT-u? ¿Qué programa levanta?
Ninguno. No hay una declaración conjunta del FITu, lo que revela su carácter claramente electoral y su bancarrota como punto de referencia para la vanguardia de la clase trabajadora. Pero tampoco, ninguna de sus organizaciones integrantes ha criticado la intervención de Bregman referente a la cuestión palestina en el debate presidencial, lo que significa que hay un acuerdo tácito o que por encima de los deberes revolucionarios del internacionalismo están los votos que financian los aparatos partidarios. ¡Y está bien! ¡Como se le ocurre a Hamás patear el tablero dos semanas antes de las elecciones presidenciales!
La corriente internacional de Izquierda Socialista UIT-CI, declaró que “reafirma que la única solución posible a la situación en la región es luchar por el fin del estado sionista y genocida de Israel y por un estado único laico, democrático y no racista en todo el territorio histórico de Palestina, donde a partir la devolución de las tierras y casas robadas a los palestinos, puedan convivir todas las comunidades en el marco del respecto de todas las creencias”. Es decir, son consecuentes con la consigna de Moreno, que planteaba esta salida de un Estado burgués con un regimen democrático, y la expulsión de los colonos de las tierras usurpadas, en linea con la posición del nacionalismo burgués palestino.
Otra corriente del centrismo trotskista como el MST-LIS plantea: “Por una Palestina única, laica, democrática y socialista”. Aquí mezclan todo como en botica ya que al decir “Palestina democrática” siguiendo la tradición programática morenista, indican que se trataría de un Estado burgués. Pero seguidamente le agregan “socialista”, para que su oportunismo encaje para todos los gustos.
La LIT-CI declara su “apoyo incondicional a la heroica e histórica resistencia palestina. Llamamos a todos los oprimidos y explotados a solidarizarse con la lucha del pueblo palestino, realizando manifestaciones y, sobre todo, sumándose a la campaña central de BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) contra Israel. En este sentido, exigimos que los gobiernos de todo el mundo reconozcan que existe un régimen de apartheid sionista y rompan inmediatamente todos los acuerdos con el Estado colonial y asesino de Israel, en especial promoviendo un embargo militar.”. Es decir, suplantan la lucha revolucionaria de la clase obrera y los pueblos del mundo, en particular de las masas trabajadoras árabes, por campañas que presionen a los gobiernos burgueses a adoptar sanciones contra Israel. Solo faltaría que impulsen una campaña de firmas por internet. Y al igual que el PTS-FTCI avanzan con el eje contra el apartheid, buscando una solución a lo sudafricana -a lo Mandela- para Palestina.
Su consigna principal “¡Palestina libre del río al mar!” es lo suficiente ambigua para contener ese programa burgués reformista que luche por las libertades democráticas para los palestinos, contra el apartheid. La consigna ¡Palestina libre! difundida ampliamente no indica en que consistiría esa libertad ni cuáles son los medios para conseguirla. Se caracteriza más por lo que le falta, como ocurre siempre con las consignas oportunistas.
La declaración del Partido Obrero, llama a “impulsar la movilización en Argentina y a escala internacional en solidaridad con la heroica resistencia del pueblo palestino. Es sabido que el Partido Obrero no comparte la estrategia de Hamas. Como socialistas, hemos denunciado el carácter confesional de su política y el sistema estatal con el cual pretenden gobernar la franja de Gaza, sus vínculos que lo unen a la organización nacionalista de los Hermanos Musulmanes y su apoyo al régimen teocrático de Irán y al régimen reaccionario de Erdogan en Turquía. Pero con independencia de nuestras serias diferencias, estamos en presencia de un golpe al sionismo y al imperialismo que lo sostiene.
Defendemos en forma incondicional el derecho a la rebelión del pueblo palestino con los medios a su alcance para hacer frente a este verdadero genocidio.
Abajo el Estado sionista y los crímenes de la ocupación israelí. Por derecho al retorno de la población palestina. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente”.
Tiene la virtud de no correrle el cuerpo a “los métodos” de Hamás, y se delimita en contra de su estrategia y su programa, aunque sin explicitar los suyos propios, y solo plantea una consigna correcta sin desarrollar su conexión interna. Pero al no haber ninguna crítica a la intervención de Bregman en el debate presidencial, indica que no están dispuestos a dar batalla por sus posiciones, o que no le dan mucho valor a su internacionalismo, ya que tener posiciones enfrentadas en relación a la guerra entre Ucrania y Rusia no fue obstáculo para integrar un frente electoral oportunista. Parafraseando a un famoso filósofo de “la noche porteña”: Electoralismo mata internacionalismo.
16/10/23