¡No permitamos ningún despido, ni rebaja salarial, ni flexibilización laboral! ¡Que ningún compañero se quede sin trabajo! ¡Pago íntegro del salario!
Pasan los días de un nuevo capítulo de la novela de tener que luchar casi todos los meses para cobrar. ¿Es casualidad que aun estando el dinero para pagar el cobro se extienda obligándolos a ir al paro? La misma historia todos los meses y ya van en total más de 80 días de paro en el año. Ahora ya pasaron 18 días de noviembre ¡y deben la mitad del sueldo de octubre!
Desde que comenzó la Pandemia hubo que salir a luchar casi todos los meses para cobrar. Es una forma de tenerlos en “remojo” para que vayan ablandando sus pretensiones, de hacerles sentir la crisis, y de que crean que el gobierno no tiene plata para pagar.
Evidentemente la pandemia vino a agravar la situación de un sistema de transporte que ya desde mucho tiempo antes no funcionaba sin el “respirador” de los subsidios.
La gravedad de la pandemia es real y ¡alarmante! ¡Por eso mismo la obligación del Estado es garantizar que los trabajadores esenciales trabajen y viajen en condiciones dignas! Si el gobierno abrió gran parte de las actividades económicas a pesar de la curva ascendente de contagios, es su obligación garantizar un transporte eficiente y seguro desde el punto de vista sanitario, tanto para los choferes como para los pasajeros.
Paralelamente el consejo municipal acaba de aprobar la ley de emergencia en el transporte
Sobre llovido mojado, luego de que la empresa El Cacique amenazó con dejar el servicio el 31 de octubre aduciendo pérdidas, el Intendente Javkin presentó ante el Consejo Municipal una declaración de emergencia para el transporte urbano de la ciudad, buscando renegociar los contratos con las prestatarias Movi, El Cacique y Rosario Bus y establecer nuevas “reglas del juego” para los próximos tres años, que finalmente en el consejo se redujeron a 2 años.
¿Que propone el Estado municipal? Achicar el servicio de transporte: cambios en los recorridos, unificación de líneas, espaciando las frecuencias en horarios normales, anulando varias frecuencias en horarios nocturnos, concesionando las líneas a empresas que pongan unidades de transporte más chicas, es decir, de menor capacidad de pasajeros. Y un sistema de transporte que circule por Circunvalación, con transbordo en los bulevares.
La intención del Ejecutivo es rediseñar todo el servicio en función de “las variables de movilidad que se monitorean”: En criollo, eso quiere decir que quieren achicar el servicio. Ya que, según el municipio, de los 450 mil viajes diarios, por la pandemia, se achicaron a 65 mil. Y el intendente pretende adaptar el “nuevo” transporte a esa cantidad de pasajeros.
El jueguito que están haciendo tiene como objetivo obligar a los choferes a ceder. A aceptar como un hecho inevitable que sobran choferes. Pero ¿qué pasó? ¿Desapareció el 90 % de la población rosarina? ¿La pandemia va a durar dos años?
¿Y qué van a hacer con los choferes si el municipio calcula que sobra un 85 % del transporte?
Y, además, ¿por qué el Intendente quería un plan a tres años cuando se supone que las condiciones de vida se aproximarían a la normalidad después de la prometida vacuna, que estaría para marzo de 2021?
Evidentemente quieren aprovechar la pandemia como excusa para reducir el sistema de transporte de manera de achicar los gastos en subsidios. Es parte de los compromisos que el gobierno nacional de los Fernández va tomando con el FMI: achicar el gasto público. Y los gobiernos, provincial (Perotti-PJ) y municipal (Javkin-Frente Progresista) se alinean como dóciles lacayos, porque ellos también están de acuerdo con que hay que hacer un ajuste.
Veamos sino como terminaron las paritarias de los estatales provinciales y los municipales: ¡Violenta rebaja salarial frente a la inflación!
Ahora cuando tengan que pagar los sueldos de los choferes con aumento ¡van a llorar más todavía!, que no les alcanza lo que recauda la provincia y el municipio para pagar subsidios, de manera de forzar a los trabajadores y a los usuarios a aceptar este recorte en el servicio.
Está más que claro para el que lo quiera ver. Ya tiraron el globo de los retiros voluntarios para tantear. ¡¡Compañeros, Hay que levantar la guardia!! No permitir los despidos. Los choferes se quedarán sin trabajo y los pasajeros laburantes de los barrios nos quedaremos sin transporte.
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Y ¿qué dicen los dirigentes de la UTA Rosario?
Dijo Copello: “Desde la UTA vamos a defender los puestos de trabajo y la totalidad del pago de salarios, esa es nuestra base y desde ahí podemos hablar un montón de cosas” (Conclusión, 1/10). Pero esas declaraciones son un saludo a la bandera, si desde ya no sale a oponerse al achicamiento del sistema de transporte. En cambio, la UTA lo avala:
«Lo de las unidades más pequeñas se adecuaría a la realidad, porque tener vehículos grandes que consumen mucho combustible para trasladar una o dos personas es inviable«, aseguró Copello. Parece que a Sergio Copello, le preocupan más por los gastos que tienen las patronales, que lo que puede pasar con los choferes.
En cuanto a la idea de modificar recorridos expresó: «la tarea es conducir el colectivo, sin importar el color ni el recorrido. No afectaría, siempre y cuando se conserven las medidas de seguridad». (fuente: Versión Rosario). Es decir, le está dando el aval a los achiques que quiere hacer el intendente en el servicio.
¡No nos engañemos! El proyecto de emergencia que el Consejo le votó a Javkin sólo intenta resolverle el problema a las patronales y achicar el gasto del Estado como parte del ajuste para pagarle al FMI y a los usureros privados. Y apunta a dejar en la calle a los choferes y a los laburantes que son los que viajan en colectivo, sin poder viajar o teniendo que caminar varias cuadras en horarios difíciles y con la gran inseguridad reinante.
¿Cuántos compañeros se quedarán sin trabajo? Copello se hace el distraído. Cuando le preguntan sobre la reestructuración en marcha dice que no sabe, que no lo invitaron a discutir… Y cuando ya no lo queda más remedio reconoce: “hemos escuchado es que van a quitar servicios, que van a quitar líneas, quedan en el aire los puestos de trabajo”. (#LaRegionNoticias).
¿Y entonces, que hace la UTA? ¿Nada? Como el mismo Copello reconoce son los dirigentes los que están parando a los choferes para que no vayan a acciones de lucha y manifestaciones más fuertes. ¿Qué espera? ¿a que llegue el momento en que le corten la cabeza a los compañeros?
Compañeros: Los dirigentes sindicales no viven de su trabajo, viven del aparato sindical. Los que van a perder son los choferes. Los dirigentes seguirán en sus cómodos sillones de las oficinas sindicales, con menos afiliados tal vez, pero van a vivir bien igual. Por eso no podemos confiar en los dirigentes que no quieren pelear por cuidar más sus intereses en el aparato gremial, que el puesto de laburo de los choferes. Ni tampoco se puede especular esperando que “a mí no me toque”. Esto nos va a afectar a todos los laburantes. Muchos serán despedidos y los que queden trabajarán por menos sueldos y en peores condiciones laborales.
En lugar de ver como se ajusta a los choferes y como se perjudica a los pasajeros, para hacer “rentable” el negocio del transporte para las patronales que son parásitos que viven de los subsidios del Estado y del trabajo de los choferes, lo que hay que hacer es estatizar todo el transporte público.
Compañeros, hay que organizarse para defender el laburo. Y para eso hay que ver quiénes serán los aliados de los choferes. Indudablemente con los únicos que se puede contar es con los pasajeros que son trabajadores que también se van a quedar sin transporte
Por eso hay que organizarse por línea y buscar empalmar con los pasajeros, explicarles lo que pasa mediante volantes y charlas, y llamarlos a organizarse por barrio y a unirnos para esta pelea. Y coordinar esas organizaciones en una organización común, en donde las acciones de lucha se voten en asambleas de base.
El transporte público es un servicio imprescindible que tiene que ser garantizado por el Estado. Por eso acá la única solución que cabe es la estatización de todo el transporte y que esté al servicio de todos los trabajadores con un boleto accesible para el conjunto de toda la población, con móviles suficientes para garantizar el aislamiento y evitar los contagios. Estatizar todo el sistema de transporte bajo administración de los trabajadores con control de una comisión de usuarios de los barrios es la única salida para que todos los pasajeros puedan viajar, y todos los choferes puedan trabajar, expropiando sin indemnización las unidades e instalaciones de las empresas privadas que ganaron plata a costa de los subsidios estatales. Si hace falta algún cambio en el sistema de transporte debe ser para mejorar el servicio. Y esas modificaciones solo se pueden discutir en una comisión de choferes y pasajeros de los barrios, elegidos todos en asambleas de base.
Que no vengan con el cuento de que no hay plata. La plata para sostener el transporte público tiene que salir de los millones de dólares que factura la patronal cerealera de la provincia de Santa Fe.
18/11/20