En plena lucha contra la pandemia: La burocracia sindical nos vendió por unas monedas

Las condiciones de trabajo deplorables

Nos encontramos atravesando casi siete meses de pandemia en Argentina, en pleno pico de ascenso de la curva de contagio han quedado expuestas las escasas medidas que todos los gobiernos implementaron para garantizar el bienestar de la población.

Desde el comienzo, los gobiernos nacional, provincial y municipal, se llenaron la boca diciendo que estaban preparando el sistema de salud para la llegada de este momento, o sea para evitar que los efectores de salud se encontraran colapsados. Sin embargo, vemos claramente que tal preparación prometida no ocurrió, todo lo contrario, “los científicos de Ginés” se manejaron como si la curva de contagios nunca fuera a crecer.

Al comienzo González García dijo que el virus no implicaba ningún riesgo, ¡hasta llegaron a negar que los barbijos fueran necesarios! De haber hecho los testeos masivos, se podría haber planificado a tiempo las medidas necesarias, pero lo único que hicieron fue especular.

En muchos lugares del país, ante el hecho consumado de la falta de recursos, el personal de salud está obligado a “elegir” a quién poner en respirador y a quién no, es decir, a decidir entre la vida y la muerte de las personas. Se provoca así la muerte de personas que podrían ser evitables si se hubiera dispuesto de los recursos a tiempo. Esta situación está generando un impacto emocional muy grande personal de salud, que se suma al tremendo desgaste físico. Esto a las autoridades políticas poco les importa ya que obedece a las reglas del sistema capitalista, en donde sólo un sector minoritario, los empresarios, se benefician, y la inversión en salud por parte del Estado queda reducida a migajas que se diluyen ante la magnitud de la pandemia.

En lugar de resguardar a la población en el pico de ascenso “la sacaron a la calle”, abriendo actividades que no son esenciales exponiendo a los trabajadores a mayor contagio y tensando aún más la situación crítica en el sistema de salud por mayor circulación, quedando expuesto que el retroceso de fase implementado nuevamente en la ciudad de Rosario, constituye una mentira más que nos quieren hacer creer.

Perotti y Javkin le echan la culpa del crecimiento de contagios a las reuniones sociales cuando son ellos los que han cedido a las presiones de los empresarios para abrir la economía. Pero eso pasa porque son gobiernos capitalistas, y por lo tanto van a priorizar el lucro antes que la vida de los trabajadores y de la población en general.

Con respecto a la escasa importancia que le dan a la salud, queda a la vista la saturación que está atravesando el sistema en todos sus niveles. Actualmente, nos encontramos en Rosario con casi el 100 por ciento de las camas críticas ocupadas, una respuesta escasa y deficiente por parte del 0800, con personal agotado y con una cantidad de contagios entre los trabajadores que asusta y está en  ascenso, y que son producto de la falta de Elementos de Protección Personal (EPP) adecuados, de estructuras edilicias que no son acordes para afrontar la pandemia, de falta de vestuarios, la falta de provisión de uniformes, y la escasa cantidad de personal, camas, respiradores e insumos.

La falta de personal afecta a todos los sectores del equipo de salud, como por ejemplo a las mucamas que ya no dan abasto con el trabajo, cuando se sabe perfectamente lo importante que es la limpieza y la higiene de los sectores para hacerle frente al Covid.

Todos estos problemas ya existían antes de la pandemia, pero ahora se hacen más evidentes, ¡y no faltó tiempo para resolverlos! Con esto queda expuesto el carácter de clase de los gobiernos que ven a la salud como un gasto que es inevitable pero que deben minimizar porque no reditúa ganancias.

Toda esta situación genera una carga física y emocional sobre los trabajadores de la salud, que además por ser considerados esenciales, deben continuar concurriendo a trabajar. Muchos de los que están de licencia no han sido reemplazados, generando más desgaste en el personal que tiene que continuar en “la primera línea”, ​llegando a provocar incluso el cierre de algunos centros de salud o sectores parciales en algunos hospitales por falta de personal.

Estamos a un paso de ver en nuestra ciudad las imágenes que nos aterraban de Italia y España hace unos meses (ya empezamos a ver morgues colapsadas suplementadas por contenedores refrigerados en el Hospital Eva Perón. Sin ir más lejos, la morgue del Pami I está colapsada, y pacientes esperando por horas en la ambulancia a que se desocupe alguna cama como sucedió en el Sanatorio Rosendo García). Proporcionalmente a la población la cantidad de muertes en Argentina se acerca a la de EE-UU, tan expuesta en los medios de prensa como ejemplo de la desaprensión de su presidente Trump. 

Pero esto no es solo en el sistema de Salud, el problema es en todas las actividades laborales, los trabajadores somos los que arriesgamos nuestra vida y la de nuestras familias para poder conseguir el mango. La cantidad de trabajadores contagiados en los frigoríficos y diferentes industrias de la región es impresionante. Pero eso sí, los burócratas dirigentes de la Carne y de la UOM siguen en sus casas haciendo la cuarentena y ni se arriman a las fábricas. ¡Criminales!

Otra cuestión es que los trabajadores esenciales no pueden disponer de vacaciones, licencia para cuidado de hijos menores o familiares y es de recalcar que hay personal de más de 60 años trabajando en efectores municipales (siendo que está indicado entre los factores de riesgo que considera el gobierno nacional). Se ve que para la patronal y para los dirigentes del Sindicato Municipal la edad no constituye un factor de riesgo, cuando científicamente está comprobado que a partir de dicha edad las defensas del organismo comienzan a declinar naturalmente.

En el mismo sentido etario, están los convidados de piedra de la pandemia: los jubilados, que también fueron trabajadores, quienes pagan con su vida: la ecuación cierra para el sistema capitalista, dado que ya no producen y son considerados ¡un gasto!

Salarios de miseria

Además de los déficits del sistema sanitario contra la pandemia, el otro problema es el salario que no cubre el costo de vida. En realidad, son dos elementos que están completamente relacionados, porque al ser un salario cada vez más bajo, resiente la atención sanitaria, ya que los trabajadores de la salud tienen que tener dos o tres trabajos (o hacer largas jornadas de horas extras) para poder llegar a fin de mes. Esta situación la viene denunciando el sector de enfermería, problema que se acrecienta en el caso de aquellas compañeras que son sostén de hogar. 

Otro problema es que, ante la falta de personal, las patronales están tomando cientos de trabajadores contratados con monotributo en condiciones humillantes y con salarios de miseria, aplicando de hecho de la flexibilización laboral. Esto ya lo denunciaron los trabajadores del Hospital Provincial de Rosario y los del Eva Perón de Baigorria.

Por eso nosotros planteamos el pase a planta permanente de todos los trabajadores contratados, así como también la suba de nivel de todos los SAMCO de la provincia. 

A los trabajadores de la salud que arriesgamos el pellejo enfrentando el Covid, el gobierno “nacional y popular” nos “premia” con dos mangos. ¿Pero no éramos “los héroes” para Perotti, Javkin y Alberto?

Ante esto las direcciones de los sindicatos vienen entregándonos por monedas. De la dirección de UPCN y ATE ¿qué podemos decir? Son unos vendidos. Acordaron bonos de entre $3.500 y $5.000 todos en negro, es decir que las próximas paritarias (si es que hay) arrancarán con el sueldo actual de piso. ¡Una vergüenza! Esto despertó bronca entre los trabajadores, tal es así que tanto Molina como Hoffman son abucheados constantemente por los compañeros estatales cada vez que salen a la calle en Santa Fe capital.

Con respecto al Sindicato Municipal, Ratner y compañía, empezaron con un plan de lucha haciéndose los combativos y diciendo que no iban a aceptar nada que no fuera un aumento en blanco. Hubo paros de varios días durante cuatro semanas. A la quinta semana la burocracia levantó el paro y armó una carpa, y fueron tan caraduras que pusieron “la carpa de la dignidad”, pero más que de la dignidad, fue la carpa del “arreglo vergonzoso”.

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Terminaron arreglando por una miseria, un 20 %, más una suma fija no bonificable y no remunerativa de $5.000 en septiembre, octubre y noviembre, es decir un “aumento” muy debajo de la línea de inflación del 40 o 45 % que se espera para este año, lo que significa en los hechos una rebaja salarial. Pero no es solo eso, sino la pérdida de masa salarial porque el aumento empieza a correr recién a partir de diciembre, es decir que durante 11 meses no hemos recibido ningún aumento en la asignación básica.

Durante todas estas semanas su política (como los actos en algunos hospitales) fue para canalizar la bronca que había en la base dentro de la estructura sindical para terminar agarrando por una miseria, encima sin hacer una asamblea ¿qué asamblea de trabajadores municipales votó aceptar este miserable acuerdo? Ninguna!!

Esa es la política de la burocracia sindical, hacerle de bombero a las patronales, haciendo todo a espalda de los trabajadores.

Este golpe a nuestro nivel de vida puede ser más brutal todavía, si es que el gobierno de Fernández termina devaluando la moneda, lo que licuaría el aumento otorgado, ¿soportaremos los trabajadores de la salud semejante rebaja salarial, y más aún después del esfuerzo que se hizo este año?

La foto del saludo amistoso con el codo entre el Ratner y Javkin, fue una burla a los trabajadores y generó bronca en un sector del activismo. ¿Qué festejaban los miembros de la comisión directiva junto con la patronal? ¿Un sueldo mínimo garantizado de $34 mil pesos en septiembre, cuando para no ser pobre una familia necesita $47 mil?

Por un plan de lucha unificado de todos los trabajadores de la Salud

Esa bronca no tiene que disiparse. Tiene que servir de puntapié para organizarnos como trabajadores de la salud, sin importar que seamos municipales o provinciales. No vamos a arrancar de cero, porque partimos de la experiencia de algunos procesos de organización de los  trabajadores, como fueron la Asamblea de los Trabajadores del Hospital Roque Sáenz Peña ( que llamó a unificar los reclamos con la propuesta de realizar medidas de acción en común con otros efectores) o los del Hospital Eva Perón de Baigorria y en el Gamen de Villa Gobernador Gálvez (de la salud provincial), y también los trabajadores del HECA que también lograron organizar una jornada de protesta importante.

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Trabajadores de la salud en Santa Fe – Capital
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Personal de Enfermería del HECA
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Trabajadores del Hospital de Quilmes – Buenos Aires

La pandemia aceleró la crisis estructural de Argentina

La pandemia ha profundizado la crisis que venía arrastrando el sistema capitalista a nivel mundial. Pero así como un paciente con comorbilidades es más propenso a sufrir peores consecuencias ante el Covid-19, en Argentina veníamos arrastrando problemas estructurales propios de un país atrasado, y por eso estamos con índices prácticamente iguales o peores que los del 2001/2.

En el mes de octubre los índices económicos y sociales son tremendos, se calcula que un 40% de la población y un 60% de los niños son pobres, además ya hay un 25% de desocupación.

Muchos compañeros pueden decir que la pandemia sorprendió al gobierno, pero como lo venimos planteando en estas líneas, el problema es la política desastrosa que se tuvo. El gobierno de Fernández en plena fase 1 pagó intereses de la deuda por 850 millones de dólares, plata que se podría haber puesto para resolver buena parte de la infraestructura del sistema de salud pública.

A nosotros los trabajadores el gobierno y todos sus alcahuetes, incluida la burocracia sindical, nos dicen que tenemos que hacer el esfuerzo porque somos “unos privilegiados” que cobramos un sueldo, que nos quejamos pero que hay gente que no tiene para comer… no pueden ser más cínicos.

Mientras nos dicen eso, a las grandes patronales como Techint les dan subsidios (así y todo despiden trabajadores, pasando por arriba el mismo decreto de Fernández) y ahora después que se cansaron de criticar a Macri, les bajan las retenciones a todo el complejo oleaginoso. Encima estos oligarcas se le ríen en la cara y mantienen la soja sin vender, así pueden forzar un mayor aumento del dólar que la semana pasada rozó los $170. Ya conocemos perfectamente las consecuencias de un dólar que está por las nubes. Con estos valores, el salario mínimo argentino pasó a equivaler a USD 101,04, por debajo del nivel que alcanza por ejemplo en Haití, uno de los países con peores indicadores económicos y sociales de América y el Caribe.

Con Vicentín, amenazaron que iban a expropiarla, después bajaron un cambio y dijeron que había que intervenirla y como un juez les bajó el pulgar, no dijeron más nada… ¿y Vicentín? Ahí está, cerrada y con los trabajadores muriéndose de hambre.

Los kirchneristas son así, se hacen “los picantes” con los trabajadores y gobiernan para los empresarios. Por eso no hay ninguna diferencia con el Macrismo, está a la luz que aplican la misma política antiobrera, con un discursito progre.

Si esto no revienta es porque la burocracia sindical de la CGT y CTA y de los movimientos sociales le garantizan la gobernabilidad a los Fernández. No hay que olvidarse que hicieron lo mismo con Macri. Los trabajadores de la salud tenemos que recordar que Ratner, Leoni, Hoffman y Molina hicieron campaña para que votáramos al PJ.

Hasta ahí llegan las direcciones burocráticas, si en “tiempos normales” actúan como barrera de contención para amordazar y/o frenar todo intento de lucha de los trabajadores, en períodos de crisis su carácter de agente de las patronales en el movimiento obrero se expresa más crudamente, aceptando mansamente todas las condiciones a la baja que nos impone el capitalismo, que en estos momentos es llevarnos literalmente al matadero.

Por eso acá no queda otra, o los trabajadores nos organizamos y peleamos por una dirección clasista en los sindicatos y en todos los organismos que surjan de la lucha, que en estrecha unidad con un Partido de Trabajadores revolucionario tenga como estrategia la lucha por un Gobierno de los Trabajadores que expropie a los capitalistas o sufriremos las consecuencias de un capitalismo en descomposición que arrastra a la humanidad a mayores pozos de miseria, destrucción y muerte como nunca antes vista.

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