Cada vez que se acerca la fecha del 1° de mayo la burocracia sindical saca a relucir que los trabajadores argentinos les debemos todo a Juan Perón y a Eva Perón, que gracias a ellos se consiguieron muchas reivindicaciones (o todas), hasta llegan a decir que son los que inventaron los sindicatos en este país. Con los retratos de ambos de fondo y obviamente cantando el himno nacional, realizarán algún acto de apoyo a algún representante actual del gobierno peronista, tal vez algunos harán un acto que apoye a Alberto y otros a CFK y Máximo K, no lo sabemos todavía, pero de lo que sí estamos segurísimos es que nos van a decir que debemos seguir agachando la cabeza, que no se puede ir contra un gobierno peronista, es decir, que no se puede ir contra el capital.
De cualquier manera, para la burocracia sindical peronista, todo es relativo, depende a quien ellos consideren que es, según el momento político, el mejor exponente del “movimiento”, puede ser alguien como Néstor Kirchner o CFK, pero también puede ser Alberto o el mismo Massa. Para la burocracia sindical y para el peronismo en general, todo se mide en función de mantener la dominación del capital sobre los trabajadores y obviamente poder seguir como burócratas, atornillados a los sillones.
Lo de Moyano con Macri es interesante destacarlo, recientemente Daniel Yofra, Secretario General de la Federación de Aceiteros dijo en el diario La Capital de Rosario, que debemos dar una “batalla cultural”, en la que los trabajadores por ejemplo, no podemos seguir votando “a quienes nos desprecian totalmente como en el 2015” en obvia referencia al “Gato” Macri. Pero parece que Yofra se olvida que la Federación Aceitera ha saludado la reciente incorporación del moyanismo al triunvirato de la CGT. Por eso cuando Yofra habla de “empoderar” a los trabajadores, es decir “darle poder”, la principal “batalla cultural” que hay que dar es que la clase obrera tenga un programa político propio, un partido propio, que defienda nuestros intereses históricos y esto no puede venir ni de la mano de votar al Kirchnerismo ni de la mano de ninguno de los Moyano.
Por eso es bueno recordar que no siempre hubo retratos del General y Evita en las sedes sindicales, más importante aún, en su origen los sindicatos tenían independencia política del Estado y se organizaban en torno a los intereses de los trabajadores, siempre contrario al de las patronales. En definitiva, la organización de los trabajadores en la Argentina tuvo un origen muy diferente al que la burocracia sindical nos quiere vender en su “batalla cultural”.
Un breve repaso histórico
En realidad, los trabajadores a nivel mundial se organizaron en sindicatos y otros tipos de organizaciones 80 años antes de que Perón asumiera su primer gobierno en 1946; y el 1° de mayo fue una fecha establecida por la II Internacional Socialista, en base a la lucha por las 8 horas de los trabajadores de Chicago en 1886. En la Argentina, las primeras centrales obreras (FOA-FORA) ya existían a fines del siglo XIX y fueron organizadas por socialistas y anarquistas, sin ir más lejos, fue en Argentina, en 1890, el primer país de América Latina donde se hizo una conmemoración por el 1° de mayo, realizada por trabajadores inmigrantes europeos. Durante los primeros años del siglo XX el movimiento obrero argentino lleva adelante grandes luchas recibiendo fuertes represiones de los gobiernos patronales como la de 1909 donde son asesinados varios activistas a manos de las fuerzas de represión.
En 1915 la FORA se divide y surge a partir de esta ruptura una tendencia sindicalista que en 1922 da origen a la Unión Sindical Argentina (USA) una de las centrales que integrará la CGT. Los sindicatos más fuertes de la época fueron los marítimos y los ferroviarios quienes ya habían empezado un proceso de burocratización y de cooptación política por parte el gobierno de Yrigoyen. Ya por esos años y como efecto de la Revolución Rusa en 1919 se producen grandes luchas obreras que son fuertemente reprimidas por el gobierno radical, la Semana Trágica y la denominada Patagonia Rebelde unos años más tarde.
En 1930, surge de la fusión de la USA y la COA, la CGT, influenciadas por las ideologías de los sindicalistas revolucionarios, los socialistas y el “comunismo” stalinista. Para fines de los años 30 las tres tendencias originarias se habían dividido: los sindicalistas revolucionarios se habían separado de la CGT refundando la USA, los comunistas (stalinistas) la CGT 2 y los anticomunistas estaban en la CGT 1. Después del golpe del 43, la dictadura proscribe a la CGT 2 y junto a la política desarrollada por Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, se irá reunificando el movimiento obrero en una sola central, con el objetivo de cercenar cualquier tendencia que pretenda mantener una política de independencia de clase, siendo controlada “desde arriba” por el Estado.
El primer peronismo
Al finalizar la Segunda Guerra mundial, la clase obrera europea estaba en una etapa de ascenso, el triunfo de un Estado Obrero (la ex URSS) sobre el nazismo había sido clave. En Europa Occidental los trabajadores convertidos en guerrilleros partisanos estaban armados y el peligro de que el comunismo se extendiera a Europa era un grave problema para la burguesía y el imperialismo. Como decía Lenin, las crisis generan guerra y las guerras, generan revoluciones, en el caso de la Segunda Guerra Mundial, las expropiaciones en el este europeo y posteriormente en la Revolución China de 1949. Además del plan Marshall para la reconstrucción de la Europa devastada por la guerra, el objetivo del imperialismo era frenar este ascenso obrero, pero además de la inyección de millones de dólares en ayuda económica, el capital tenía a la burocracia estalinista para contenerlo con la denominada política de “coexistencia pacífica” establecida en los acuerdos de Yalta y Potsdam que tenía como objetivo frenar la revolución en la Europa Occidental a cambio de un reparto de áreas de influencia a nivel mundial con Stalin.
La clase obrera argentina no era la excepción de este ascenso, pero esta situación política se daba en el marco de un país que era semicolonia del imperialismo británico -en retroceso por los costos de la guerra- con quien la burguesía nacional, principalmente la vinculada a las exportaciones agrícolas y ganadera, la burguesía terrateniente, había mantenido una relación de subordinación durante décadas, expresión de esto fue el denominado pacto Roca-Runciman. Sin embargo, Argentina al igual que los otros países de América Latina, no iban a poder escapar por mucho tiempo de la esfera de influencia del imperialismo yanky, que estaba en ascenso luego de ser el principal triunfador capitalista de la guerra.
En esa disputa, en ese “cambio de mando” de dependencia imperialista, un sector de la burguesía argentina con Perón a la cabeza, vio la posibilidad de aumentar su peso específico. Pero para resistir la presión del imperialismo yanky iba a necesitar apoyarse en el movimiento obrero, constituyendo un tipo de régimen que Trotsky había caracterizado como bonapartismo sui generis. Para ganarse el apoyo del movimiento de masas Perón debió otorgar concesiones aprovechando los saldos favorables de las exportaciones durante la guerra, pero al mismo tiempo cercenando todo tipo de independencia de clase.
Perón a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social comenzó un proceso de captación de la clase obrera, incorporándola al estado a través de la nueva CGT unificada.
“Las condiciones históricas eran ideales para el éxito de una política bonapartista. La economía argentina atravesaba un ciclo de creciente prosperidad, la cuota de ganancia de los capitales crecía constantemente y era posible otorgar mejoras a la clase obrera sin perjudicar en nada esencial los intereses de la burguesía, aunque ésta, claro está, proclamaba lo contrario”
Las direcciones tradicionales de la clase obrera, socialistas y stalinistas estaban desprestigiadas, por su integración a la Unión Democrática financiada por el embajador yanky Spruille Braden -de ahí la famosa frase con Braden o Perón- y, en consecuencia, quedaron pegados a la fórmula de los candidatos pro imperialistas, Tamborini/Mosca, es decir, eran “la contra” de Perón.
Ya durante la guerra, los dirigentes sindicales del PC (stalinista) que dirigían los principales sindicatos obreros, como el de la construcción y el de la carne, debido a su apoyo al “imperialismo democrático” (como llamaban a los aliados, en oposición al eje imperialista nazi-fascista), traicionaron las huelgas de sus respectivos gremios en aras de la apoyar la línea de neutralidad en la guerra que mantenía el gobierno militar que integraba Perón (surgido del golpe del ’43).
“En setiembre de 1943, el Partido Comunista, que controlaba al gremio de la carne, cortó sus últimas amarras con la clase obrera, entregando al gobierno una gran huelga de los frigoríficos para no perturbar a las empresas anglo-norteamericanas, aliadas de la URSS.”
Con el apoyo a la Unión Democrática proimperialista, contra Perón al que caracterizaban de fascista, el retroceso del PS y el PC en la clase obrera fue histórico. A esto hay que agregar que, una gran masa de trabajadores rurales, se incorporaron a las industrias. Era un proletariado sin experiencia sindical y política, lo que el peronismo aprovechó otorgando concesiones para ganar su confianza. Pero el objetivo principal del peronismo fue abortar toda posibilidad de combatividad del movimiento obrero incorporándolo en el Estado “desde arriba”, y mientras hacía eso, eliminaba a todos los elementos díscolos (Cipriano Reyes y otros)
Some click these guys viagra sale pain relievers reduce the effectiveness of ACE inhibitors. 2) Alpha Blockers -Alpha blockers stop the hormone norepinephrine (noradrenaline) from constricting the muscles that surround the veins, smaller arteries and other muscles through the entire body. It is thought that over viagra buy cheap 40% of males have the inability to gain and maintain hard erection needed for successfully making love your partner. When used together with alpha blockers, a reduction of BPH progression to acute urinary retention and cialis 40 mg surgery has been noted in patients with larger prostates. Some Medicines prescribed for High Blood Pressure, Cancer, Depression, etc. can levitra on line sales also cause male impotence.“La nueva CGT fue desde el primer momento en todo lo esencial, una repartición estatal. No surgió de la movilización autónoma de la clase obrera. Sus funcionarios salieron de la clase obrera; pero no se elevaron hasta la dirección sindical destacándose en el curso de la lucha, no fueron elegidos por su clase, sino designados y promovidos desde la Secretaría de Trabajo.”
La situación económica empieza a cambiar a partir de principios de la década de 1950 y el peronismo empezó a dar un marcado rumbo hacia la derecha, es que para seguir el curso de crecimiento económico necesitaba la inversión de capital principalmente en los sectores estratégicos de la economía, acero, química, petróleo, etc. Para eso iba a tener que apoyarse en el único imperialismo hegemónico de la época, es decir, EEUU. En 1955 todos los problemas estructurales de la economía semicolonial argentina seguían en pie, el peronismo no modificó la estructura económica del país.
“[…] Pero en el fondo de todo esto yacía una aguda descapitalización de la economía argentina. El sistema de transportes era anticuado y estaba agotado. La producción de energía no satisfacía las necesidades ni el previsible aumento de la demanda. La agricultura trabajaba con un utilaje anticuado que agravaba su tradicional insuficiencia en punto a mecanización. La industria había llegado desde 1943 al límite máximo en la plena utilización de sus equipos (Memoria del BCRA, 1943) y los incrementos en la producción se lograban en base a un desgaste intensísimo y al agotamiento de los equipos —que no se reemplazaba y ni siquiera se reparaba adecuadamente— y al empleo de cantidades siempre crecientes de obreros (entre 1937 y 1949 su número aumentó en 96 %), lo que elevaba los costos y reducía la productividad.”
“En 1950, agotados los dólares, el gobierno suscribe con el Export Import Bank de Washington un empréstito de 125 millones de dólares, el primer empréstito que solicitaba la Argentina después de más de 10 años. A partir de 1952 el valor de las exportaciones desciende, y los términos del intercambio se deterioran incesantemente; el mercado interno se contrae, disminuye la producción industrial, aumentan las quiebras y se insinúa la desocupación obrera. […] En 1953 se sanciona una Ley de Inversiones Extranjeras que asegura trato excepcionalmente favorable al capital internacional. Se obtiene un empréstito norteamericano de 60 millones de dólares para construir una planta siderúrgica, se entrega al capital internacional la industria automotriz y se confía a la Standard Oil de California el desarrollo de la producción petrolera, estancada como toda la economía argentina.”
Cuando fue el golpe del 1955 la clase obrera demostró que apoyaba al gobierno peronista, pero este no tenía ninguna disposición a movilizar a las masas contra el gran capital. La CGT cooptada desde el gobierno en vez de organizar la movilización contra el golpe sacó a relucir la famosa frase de Perón “de la casa al trabajo y del trabajo a la casa”.
“En momentos en que la reacción anti-peronista se adueñaba del país, los dirigentes peronistas de la CGT recomendaban «de casa al trabajo y del trabajo a casa» y, por añadidura, con el mayor orden. Así cayó el régimen peronista, o mejor dicho, así se desvaneció, sin combate y sin honor. Perón declaró en el exilio que en sus manos estaban los arsenales y que no quiso dar armas a los obreros que las pedían insistentemente, para evitar una matanza (El Piafa, de Montevideo, octubre 3, 1955).”
“Bajo el peronismo, […] los dirigentes obreros solo podían ser colaboradores del Estado pero respaldados, ante todo, en las organizaciones sindicales. El peronismo sólo tenía lugar para dirigentes obreros convertidos en funcionarios del Estado.”
La situación que se presentaba con el agotamiento del “modelo” peronista planteaba dos caminos: o se expropiaba al capital o sino subyugar aún más a la clase trabajadora aumentando las tasas de explotación. Sucedió lo segundo, es decir el golpe militar del 55. La huida posterior de Perón con la famosa frase “no podemos permitir que siga derramando sangre obrera” expresó que gran parte de la burguesía nacional que había apoyado antes a Perón, ante el fin del intento de “desarrollo” nacional independiente, se pasó al bando imperialista para ser su socia menor, demostrando una vez más la validez de la teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky, que la burguesía nacional de los países atrasados no importa cual fracción sea, está vinculada estructuralmente al imperialismo, por eso solo la clase trabajadora puede romper las ataduras con el gran capital a través de la revolución socialista.
La vuelta de Perón en 1973
La vuelta de Perón de la mano del Gran Acuerdo Nacional con la UCR y las FFAA (Lanusse) tuvo como objetivo frenar el ascenso de la lucha obrera y popular iniciado en el Cordobazo. Las luchas de la clase obrera fueron desviadas hacia el apoyo al principal dirigente burgués, y luego amortiguadas, pero no derrotadas. Y tras la muerte de Perón, esas luchas alcanzaron su máxima expresión en la huelga general de junio del 75 contra el plan del ministro de economía Celestino Rodrigo y el gobierno de Isabel Perón y López Rega. Fue esa huelga general, que había surgido por la base, a través de las coordinadoras fabriles de zona Norte, Sur y Oeste del Gran Buenos Aires, la que provocó la caída de López Rega y puso en crisis al gobierno peronista. Pero ese mismo ascenso del 75´, al no haber un partido obrero revolucionario que tuviera la estrategia de luchar por la revolución socialista, fuertemente implantado en la vanguardia, no pudo continuar con la ofensiva hasta llegar a la toma del poder. La crisis del gobierno peronista y del régimen burgués que no tenían fuerza para frenar las luchas de la clase obrera, abrió paso a la dictadura militar que ahogó en sangre buena parte de esa vanguardia que había surgido en el Cordobazo. Fue un alto precio que pagó la clase trabajadora y su vanguardia, por no haber alcanzado a tiempo a comprender el programa revolucionario y la necesidad de construir su partido.
Cuando los trabajadores a nivel mundial festejemos el 7 de noviembre
Las clases y capas sociales dominantes tienen un rasgo en común: Intentan mantener su dominación reescribiendo la historia para que sirva a sus intereses, y la burocracia sindical, que no es una clase sino una casta, no escapa a esto, su objetivo es enrostrarnos en la cara que ellos son los que “mandan” y que los trabajadores no podemos hacer nada para cambiarlo.
El 1° de mayo es un día internacional y eso se lo debemos a que la clase obrera de fines del siglo XIX estaba organizada en la II Internacional Socialista. Pero el 1° de mayo que implica la lucha por 8 horas de trabajo, no deja de ser una pelea por reformas, pero no para acabar con la explotación, por eso la burocracia sindical puede apropiarse de esta fecha, pero además puede hacerlo porque al no haber grandes luchas obreras en la actualidad puede darle el contenido que más les convenga.
Pero la clase obrera no solo ha gestado la lucha por las 8 horas en la época reformista del capitalismo, sino que ha dado varias luchas revolucionarias, por el poder. La primera de ellas fue la Comuna de París en 1871 donde el movimiento obrero y su vanguardia -durante un poco más de dos meses en el poder- a pesar de la tremenda derrota, de las persecuciones y los fusilamientos, utilizó esa experiencia encarnada en el marxismo revolucionario para llevar adelante la mayor victoria, que fue la Revolución Rusa un 7 de noviembre de 1917.
Claramente esta fecha no puede ser reivindicada por la burocracia sindical, hasta otra burocracia, la stalinista restauradora del capitalismo, con el correr de los años fue cercenando la celebración para dejar casi caer en el olvido los últimos años de existencia de la URSS, porque ahí SÍ la clase obrera por primera vez en su historia pudo destruir al Estado Capitalista e instaurar un nuevo tipo de Estado Obrero, basado en los concejos (soviets) de obreros y campesinos. No nos cabe ninguna duda que cuando los trabajadores del mundo tomemos el poder pondremos en el más alto pedestal la fecha del 7 de noviembre junto a las otras luchas que dio nuestra clase por acabar con la explotación del hombre por el hombre.
*Las citas son del libro Historia del Pueblo Argentino de Milcíades Peña
Mariano López
Entiendo tienen un frente con Gustavo Burgos, de El Porteño de Chile. No entiendo como pretender formar un partido revolucionario de clase con este tipo de personas y este tipo de organización. Como ejemplo, pongo una cita de declaración firmada por el susodicho este 26 de abril último:
«La VIOLENCIA POLÍTICA ha marcado negativamente la historia de nuestro país y la profundización de la Democracia. Nos parece relevante usar todos los mecanismos de movilización social y actuación de distintas instancias Gubernamentales y del Estado, además de la Sociedad Civil, para evitar la repetición de la violencia política y también de la violencia policial»
(Carabineros ampara a fascistas del Rechazo y es cómplice de agresión a menor de edad, El Porteño, 26 abril).
Esta declaración es firmada por Gustavo Burgos representando a El Porteñp, junto a (entre otros) los siguientes:
– Federación Nacional de Pobladoras y Pobladores de Chile FENAPO. – Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha MPL.
[Frente de lucha poblacional que fue el primero el disolverse bajo el nuevo el gobierno, otorgando su apoyo a éste sin exigencia alguna]
– Radio WhatsApp Salvador Allende
– José Barrera (Dirigente Frente Estudiantil Convergencia Valparaíso)
[principal partido de gobierno actual, cuna y casa política del presidente Boric]
– Gregorio Mondaca C Dirección del Movimiento del Socialismo Allendista.
– Víctor Osorio (Ex ministro de Estado). Se desempeñó como ministro de Bienes Nacionales en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet entre 2014 y 2016.