Cuando se destapa la olla…

Desde hace varias semanas el eje de la difusión mediática fue pasando raudamente de la búsqueda de Loan a la intimidad del expresidente Alberto Fernández y la ex primera dama de hecho Fabiola Yáñez. Durante las semanas en las que la búsqueda de Loan acaparó el interés popular, emergieron con fuerza las conexiones entre “informantes de los servicios” de inteligencia Pérez (ex capitán de navío y ex chofer de Alfredo Astiz) y Caillava (ex funcionaria de la municipalidad de 9 de julio) con redes de narcotraficantes (Maidana) con la policía local encabezada por el comisario Maciel, redes de trata que actúan en Corrientes, y todos estas “actividades” ilícitas bajo el manto protector del gobierno radical de Valdez. El pueblo de Corrientes y de todo el país fue registrando como estupefactos espectadores, estas contundentes de la podredumbre que yace en el seno del regimen provincial capitalista, apenas se rasca un poco su fachada. En el medio, la desaparición de un niño de 5 años todavía no resuelta, que este domingo se sentirá con más fuerza.

Este aberrante entramado de denuncias, intrigas, encubrimientos, y pistas falsas, dio lugar, como en los viejos cines continuados, a una nueva secuencia que en capítulos diarios va dando a luz reflejos parciales de una verdad sesgada, pero que con suficiente nitidez deja ver la putrefacción e hipocresía que se asienta en la impunidad del poder estatal en su máxima expresión, la presidencia de la Nación.

Empezó con la denuncia contra Alberto Fernández (AF) por actos de corrupción relacionadas con la intermediación de seguros en el Anses, con los que el entonces presidente favorecía a su amigo-socio Héctor Martínez Sosa por intermedio de la esposa, María Cantero, que fue la secretaria privada de AF durante más de 20 años. La investigación de la causa “cayó” (siempre “caen” -como si fuera casualidad- donde deben caer, sea se trate de encubrir o de inculpar a alguien) en el juzgado del juez Ercolini (*), rival histórico de AF, entre los que hay un encono personal desde hace tiempo.

Por otra obra de las “raras casualidades”, en la investigación del celular de Cantero la secretaria de Alberto, aparecen fotos y chats comprometedora que demostraría la existencia de violencia de género por parte del presidente contra la primera dama. A partir de allí una catarata de noticias acompañadas de los respectivos comentarios periodísticos inundaron los medios.

Fabiola hubiera sido un “mueble”, como ella misma sintió que la trataban, si no fuera por la fiestita que por su cumpleaños organizó en Olivos, cuya foto filtro a los medios -ahora sabemos- una amiga suya (Sofia Pacchi).  Las primeras damas, salvo aquellas mujeres que ya son cuadros políticos (como CFK) antes de ser damas de compañía presidencial, ocupan solo un lugar secundario protocolar. Pero aun así son parte del poder político, del gobierno burgués y en actos públicos de segundo orden, lo representan. Son parte integrante de los representantes políticos de la clase que es enemiga de los trabajadores. Ella ha sido víctima de la violencia machista que el regimen capitalista sostiene como herencia patriarcal para sus fines actuales de mantener el seno familiar como reproductor de la fuerza de trabajo condenada a la explotación capitalista. Esta violencia machista que castiga y asesina todos los días a mujeres pobres y trabajadoras, se refleja al interior de la burguesía de formas más refinadas y envueltas en ropas de primera marca. Pero en el gobierno peronista kirchnerista, en su decadencia, emerge con fuertes señas de descomposición. 

Corrupción, violencia de género e hipocresía por partida doble, del supuesto presidente feminista y del ministerio de la mujer ocupado por el feminismo K. La ola de repudio tiñe a todas las fracciones peronistas integrantes del gobierno del Frente de Todos.

Cristina Fernández de Kirchner (CFK) ha tratado de tomar distancia de AF. Pero es inocultable su responsabilidad y complicidad. CFK fue la que designó como candidato a presidente contra Macri, al que fuera vicepresidente de Néstor Kirchner y gobernador de la provincia de Bs As durante su presidencia, Daniel Scioli. Proveniente del menemismo, Scioli fue también parte del gobierno de AF-CFK como embajador en Brasil. Y ahora es miembro del gobierno de Milei como secretario de turismo.

Imposible olvidar que fue CFK la que designó a dedo a AF como candidato a presidente e integró junto con él la fórmula presidencial. Suena ridículo que haya kirchneristas que la quieran hacer pasar a CFK como primera víctima de la violencia de genero de AF, cuando después de la derrota electoral de medio término CFK se dedicó a tomar distancia de Alberto castigándolo duramente en los actos públicos, y haciéndolo único responsable, hasta que en los hechos el gobierno fue “intervenido” por CFK colocando a Massa como ministro que actuaba como presidente de hecho. Parece que ya nadie le quiere reconocer a CFK las “dotes de estratega” que le atribuyeron con el triunfo electoral de 2019.

Destapada esta olla, todavía no se sabe todo lo que puede haber adentro. ¿Que Fabiola lo chantajeó a AF para no hacer la denuncia? ¿Que Fabiola era informante de los servicios desde antes de ser primera dama? ¿Qué todo esto es obra de la nueva SIDE manejada por Milei? ¿Que el ojo morado no fue por un golpe? ¿Qué Fabiola estaba en tratamiento psiquiátrico? Lo cierto es que cada día Alberto está más comprometido y el escarnio público ya ha caído sobre él, el kirchnerismo y el peronismo en general.

Esto le viene como un regalo de “las fuerzas del cielo” a Milei, que ya se ve ganando las elecciones de 2025, por falta de competidores. Habrá que ver cuánto tiempo lo aguanta el pueblo hambreado y desocupado, la masa creciente de trabajadores pobres y los sectores de clase media que ven caer su nivel de vida.

Pero que Milei se aproveche de estos hechos para hacer una campaña reaccionaria contra el “progresismo” K y el feminismo, no quiere decir que haya que cerrar los ojos a la realidad.

La cuestión es que conclusiones sacan de esta situación los trabajadores que adherían al kirchnerismo. Porque no se trata solo de este capítulo oprobioso de la intimidad de Olivos. Milei le ganó las elecciones al peronismo kirchnerista antes de que esto se supiera, y con Massa de candidato, porque una parte de los trabajadores y sectores de clase media que los habían votado contra Macri en 2019, se vieron nuevamente defraudados por la caída de los salarios y el retroceso en las condiciones de vida frente a la inflación creciente.

Pero los kirchneristas no empobrecieron al pueblo por ser socialistas, como dice Milei, sino justamente lo contrario; por no serlo.

Ante el primer roce que tuvo el gobierno con un sector del poder económico, en el 2008 con la gran burguesía rural, CFK retrocedió en chancletas. Y no fue porque CFK junto con su ministro radical Lousteau les quisieran expropiar las tierras, sino apenas por querer aplicar retenciones móviles con lo cual aumentaba el porcentaje de las retenciones cuando el precio de la soja subía. El gobierno “nacional y popular” no le tocó los intereses a ningún sector importante de la burguesía y por el contrario CFK se ufanaba que durante sus gobiernos los capitalistas la habían levantado con pala. Abiertamente CFK se consideró “burguesa” y reivindicó al capitalismo como el único sistema eficiente desde el punto de vista económico, cuando estaba dejando su mandato con un 30% de pobreza!!!

La regulación estatista, que aplicaba el kirchnerismo, solo redistribuía la riqueza de un sector a otro de los capitalistas, mientras que los trabajadores y el pueblo recibíamos migajas cuando el viento económico internacional soplaba a favor y caíamos en la pobreza, cuando el viento venía de frente.

Cambiar los dirigentes por otros nuevos o “poco usados” como Kicillof y Grabois, no va a resolver nada, porque su programa es similar.

Lo que necesitamos los trabajadores es un cambio, pero no dentro del capitalismo. CFK y Milei son dos caras de la misma moneda capitalista. Esa moneda que se ha ido alternando a través de la historia entre gobiernos peronistas cada vez menos populares y gobiernos radicales y liberales cada vez más de derecha. Los trabajadores tenemos que dejar de ir como furgón de cola de partidos patronales que defienden al capitalismo. Tenemos que organizar nuestro propio partido, para luchar por conquistar un gobierno de trabajadores, que expropie a la burguesía y al imperialismo e inicie el camino hacia el verdadero socialismo, el de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.

PDV, 18/8/24

(*) El juez Ercolini fue parte del cónclave político-judicial secreto que se reunió en Lago Escondido de Joe Lewis para garantizar la impunidad de Mauricio Macri. https://www.pagina12.com.ar/490241-retiro-espiritual-en-la-motana.

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