Sebastián Piñera un multimillonario dos veces presidente de Chile, falleció en un accidente cuando el helicóptero de su propiedad que él mismo pilotaba se precipitó sobre el lago Ranco, en la Patagonia chilena.
Para los trabajadores y los jóvenes de América latina su nombre se hizo conocido porque fue presidente durante “el estallido” social en Chile que comenzó el 18 de octubre de 2019. Iniciado por la rebeldía de los estudiantes que decidieron saltar los molinetes de ingreso al subterráneo tras un aumento en el precio del boleto, se transformó en una rebelión generalizada de los trabajadores y el pueblo, que prácticamente todos los dias durante largos meses se manifestaba en las plazas y las calles de Santiago y otras ciudades, siendo ferozmente reprimidos por los carabineros, e incluso en un primer momento por las tropas de las Fuerzas Armadas que el gobierno de Piñera, asustado, temiendo su caída, también movilizó.
La consigna cantada en la rebelión decía que “no son 30 pesos son 30 años”, señalando que se trataba de un cuestionamiento de fondo al régimen “democrático” capitalista.
La represión ordenada por Piñera causó más de muertos, 2200 heridos, ellos más de 450 mutilados por la pérdida de un ojo, 22000 detenidos, y una cantidad indeterminada de compañeras abusadas y violadas.
Como es lógico, todos los partidos y dirigentes políticos afines a las posiciones de este fallecido presidente multimillonario y reconocido de la derecha chilena, inmediatamente hicieron declaraciones de pésame y elogiaron la figura del ex mandatario. Sin embargo, para muchos trabajadores y militantes seguidores de los líderes y ex presidentes “nacionales y populares”, como Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales, tal vez haya sido una sorpresa sus declaraciones. Las declaraciones de CFK son deplorables, dijo que Piñera “era un hombre de derechas pero profundamente democrático”. ¿Qué pasó con la careta de los derechos humanos?
Evo Morales lamentó su fallecimiento y recordó que “si bien no coincidíamos ideológicamente, trabajamos codo a codo en varios temas”.
Lo mismo hizo Gabriel Boric el actual presidente de Chile, quién cuenta con el apoyo del Partido Socialista y el Partido Comunista, quien dijo que “Sebastián Piñera durante el Estallido Social actuó usando siempre, repito siempre, los mecanismos de la democracia y la Constitución”
Quizás algunos traten de justificar como hacen aquellos que definitivamente no quieren mirar la realidad a los ojos. Lo cierto es que ambos con estas declaraciones demuestran que por encima de las “diferencias” está su unidad de clase, su pertenencia a la burguesía y su defensa al regimen capitalista y que ante un levantamiento obrero y popular que lo cuestione, como el que ocurrió en Chile, estarían dispuestos a actuar igual que Piñera. Lo han demostrado cada uno en sus respectivos países reprimiendo huelgas y luchas parciales de trabajadores y campesinos. Llamamos la atención a los activistas obreros y a los jóvenes que empiezan a actuar en política contra quienes hablan de la “unidad del campo popular” y agitan el lema “la Patria no se vende”, que detrás de esos atractivos lemas nos quieren arrastrar detrás de estos sectores de la burguesía que se pintan de progresistas o de nacionales y populares, pero le sirven al capitalismo, siendo una de las caras de la misma moneda, para mantener las cadenas de dominación imperialista y la esclavitud asalariada.
Estas declaraciones representan una verdadera afrenta a los trabajadores y al pueblo pobre chileno, que sufrió la explotación y la brutal represión del gobierno de Piñera. Una demostración del verdadero sentimiento del pueblo trabajador lo dio la hinchada del Colo Colo que ante el “minuto de silencio” solicitado en memoria del ex presidente, fue respondido masiva y repetidamente con el cantito “Piñera, concha ‘e tu madre, asesino igual que Pinochet”.