Finalmente, el gobierno del Frente de Todos, después de cacarear para la tribuna, terminó claudicando a las exigencias del FMI. Si faltaba una muestra más de que la campaña electoral de Alberto Fernández y Cristina Kirchner de 2019 había sido un cúmulo de mentiras y promesas al aire, llegó la confirmación: la supuesta “buena vida” o “recuperación de lo perdido con Macri” que prometían, y sigue prometiendo, el gobierno peronista-kirchnerista nunca llegará. Lo que se viene es una profundización de los niveles de desocupación, miseria salarial y precarización laboral.
El preacuerdo con el FMI, que se terminaría de definir a finales de marzo como acuerdo formal, no es diferente a todos los acuerdos históricos del FMI con Argentina o cualquiera de los países semicoloniales que hayan pasado por esa picadora imperialista de carne obrera y popular. Alberto Fernández y el ministro Guzmán juran y perjuran que no habrá ajuste y que ellos se “plantaron firme” para evitar un “acuerdo peor”. En primer lugar, el gobierno ya viene haciendo el ajuste desde que asumió. Pero, además, ese cuento del superávit fiscal sin ajuste lo han contado todos los gobiernos ante cada acuerdo con el FMI, y todos terminaron en lo mismo: ajuste de salarios públicos y privados; tarifazos y devaluación como alimento de una inflación que sigue en ascenso. Es que la inflación es una de las armas más efectivas del gobierno y los capitalistas para ajustar el gasto público, así como para licuar los ingresos de los trabajadores, jubilados y de los planes sociales.
El régimen político patronal de conjunto está metido hasta las rodillas en esta ofensiva contra el pueblo trabajador en beneficio de la banca imperialista. El macrismo, el radicalismo, la AEA de Techint y Clarín, la UIA, y la burocracia sindical de la CGT y la CTA celebran el acuerdo. Justamente todos los que ya alcanzaron esa “buena vida” a costa de la explotación de la clase trabajadora. Los parásitos de la sociedad celebran y brindan, los trabajadores pagamos el champán.
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Los trabajadores debemos sacar las conclusiones del caso y prepararnos para pasar a la acción. No hay más alternativa que enfrentar el plan de ajuste del FMI y el gobierno. A menos que queramos ver pasivamente como nos hunden más profundo en la miseria y la descomposición social. No podemos esperar nada de los dirigentes sindicales, todo están entongados con el gobierno del FMI y las patronales. La lucha contra esta ofensiva capitalista deberá ser preparada y dirigida desde abajo, desde los lugares de trabajo y los barrios. Impulsando la movilización obrera y popular en todos los sentidos. Por eso desde el PCO llamamos a marchar este martes 8 de febrero a Plaza de Mayo y en todo el país. Pero esta ofensiva capitalista no será derrotada sólo con marchas, sino con la organización y coordinación en la lucha de los sectores de la clase trabajadora y el pueblo pobre contra el acuerdo y sus consecuencias. Si logramos enfrentar con firmeza el plan del FMI y el régimen político patronal, se planteará en la práctica la caída del gobierno que aplica este plan. Por eso debemos construir un partido obrero revolucionario que luche por instaurar el gobierno de los trabajadores que expropie a los capitalistas y rompa todo acuerdo y pacto de dependencia con el FMI y el capital imperialista de conjunto.
3/2/22
Nos tenemos que organizar el pueblo trabajador, es verdad, desde abajo porque si no vamos a pagar por varios años el ajuste del FMI.