La burocracia sindical garantiza la “paz social” para que pase el ajuste contra los trabajadores
“El papel de los sindicatos en nuestro tiempo es, pues, o el de servir como instrumento secundario del capitalismo imperialista para la subordinación y el disciplinamiento de los obreros y para obstruir la revolución, o, por el contrario, el sindicato puede convertirse en el instrumento del movimiento revolucionario del proletariado.” León Trotsky (Los Sindicatos en la Era de la Decadencia Imperialista)
Si bien a ningún activista sorprende el nivel de arrastrados que pueden ser los burócratas sindicales, muchos compañeros, no podían dejar de masticar bronca, al ver las imágenes de la movilización del 17 de noviembre, de parte de la CGT y ambas CTA en apoyo al gobierno de Alberto Fernández. Es que, en estos dos años de gobierno, se han profundizado todos los índices de degradación social, la pobreza está en niveles cercanos al 40% de la población, es decir similares a la crisis del 2001/2002, si vamos a los menores de 18 años, ésta alcanza el 62%. Gobierno que además ha tenido uno de los peores manejos -a nivel mundial- de la Pandemia, llegando cerca de los 117.000 muertos, y que como si esto ya fuera poco, se prepara a cumplir todos los compromisos adquiridos con el FMI y el imperialismo.
Sin embargo, a pesar de esta situación, la clase trabajadora y el pueblo pobre permanecen sin realizar grandes luchas, pero como lo venimos diciendo en varias notas de La Causa Obrera, estamos en una situación de crisis económica sin salida dentro de los marcos “normales” del capitalismo, por lo tanto, como decía Trotsky, una situación así hace prever, giros bruscos en la situación política -y social-, en la que se pase rápidamente, de una situación de relativa normalidad, a grandes estallidos y movilizaciones como la de Chile, Colombia, Ecuador, Nicaragua, etc.
La burocracia garantiza la paz social
Esta situación es la que está previendo el gran capital, el gobierno y lógicamente la burocracia sindical, por eso hacen una serie de movimientos de tipo preventivo, no permitiendo que ninguna movilización o lucha de la clase trabajadora se salga de su curso “orgánico”, es decir de su control. En ese marco, hay que colocar el apoyo de la burocracia sindical al acuerdo con el FMI y el imperialismo, el cual no comprende, solo el aspecto fiscal, sino que es mucho más profundo, entre otras cosas, tiene como objetivos la reforma laboral y previsional.
Es la misma burocracia sindical la que “aconseja”, en abierto acuerdo con las patronales, destruir conquistas “empresa por empresa”, en una especie de aplicación de reformas laborales de manera “gradualista” y no a través de “shock”, como comenzaron a hacerlo con los petroleros y los lecheros durante el macrismo y, más recientemente, en Toyota. En referencia a este último, hasta el mismo Pignanelli, el burócrata que dirige SMATA, sin “pelos” en la lengua, se ufanó de decir, “que se asemeja al acuerdo de “Vaca Muerta” o sea una reforma laboral de hecho.
Un ejemplo de flexibilización “fábrica por fábrica”, es la metalúrgica de Bosques, Gri Calviño. La patronal con la venia del mismo intendente del Frente de Todos, Andrés Watson, ha colocado a la policía dentro de la planta para amedrentar a los trabajadores, con la obvia complicidad de la burocracia de la seccional de la UOM de Quilmes, que dirige el Barba Gutiérrez.
Este caso de GRI Calviño, es un botón de muestra. La empresa impulsa condiciones de mayor explotación y, como los trabajadores se organizan de manera independiente, la burocracia sindical, la patronal, y el gobierno, cierran filas para intentar derrotarlos. No pueden permitir que haya ningún caso testigo que plantee un ejemplo de resistencia para el conjunto de los trabajadores.
La “nueva” CGT
Unas semanas antes de la movilización de apoyo al gobierno y con el objetivo de garantizar el acuerdo con el FMI, la burocracia de la CGT cerró filas a través de la elección de un “nuevo” triunvirato.
A la dirección de la CGT se incorpora nuevamente el moyanismo (Pablo Moyano) y el sector de la Corriente Federal que maneja el burócrata de los bancarios, Palazzo. El triunvirato mantiene dos dirigentes de los anteriores, Daer, del sector de “los Gordos”, uno de los dirigentes más cercanos a Alberto Fernández, y Carlos Acuña, un barrionuevista enrolado en el peronismo no kirchnerista. Palazzo tendrá la Secretaría Administrativa y el resto de las secretarías quedan en manos de los burócratas que ya las manejaban. El nuevo triunvirato parece ser bastante endeble, porque las diferentes alas tienen disputas internas, obviamente ninguna que vaya a favor de los intereses de los trabajadores, es por eso que Daer y Acuña, se reservan la mayoría de los cargos en las secretarías, en el caso de que haya alguna ruptura. Parte de esta disputa interna es lo que sucedió con Caló, que, si bien parece ser relegado con el cargo que obtuvo, de ninguna manera esto se debe a que vaya a estar en contra del acuerdo con el FMI, todo lo contrario, es uno de los principales impulsores.
Sin embargo, si hay algo que se destaca es que el moyanismo, pudo ubicar a Mario Manrique, el adjunto de SMATA, en la secretaria Gremial, un cargo muy importante. Que aparezca en este lugar no es ninguna casualidad, es un gesto al gobierno y al gran capital, queriendo demostrar que el acuerdo que tranzó SMATA en Toyota, es el que toda la burocracia está dispuesta a garantizar.
La burocracia sindical cierra filas no solo en la CGT sino también en ambas CTA. La presión para que ambas -la CTA Autónoma dirigida por Cachorro Godoy/Peidró y la CTA T por Yasky- se unifiquen vienen desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández, es muy probable que en el congreso que se hará a fines de diciembre en la CTA A, haya novedades en este sentido.
Como síntesis, podemos decir, que buena parte de la inmovilidad de la clase trabajadora, se debe a que sus dirigentes, están todos lamiéndole las botas al gran capital y al gobierno. La burocracia sindical, sabe perfectamente que la situación puede cambiar de un momento a otro por eso de manera preventiva, sube sus niveles de alertas, con el objetivo de apagar cualquier atisbo de lucha que surja por parte de la clase trabajadora.
El apoyo de Yofra a Pablo Moyano y a “Paco” Manrique de SMATA
Hace unos días Daniel Yofra, secretario general de Federación Aceitera, dijo en una entrevista radial que “la incorporación a la CGT de Pablo Moyano y “Paco” Manrique y otros “compañeros” del Frente Sindical, le traerá “un aire nuevo a la CGT”.
O sea, para la Federación Aceitera, un representante de SMATA que viene de pactar un acuerdo flexibilizador con una empresa imperialista como Toyota, ¿trae aire nuevo? Yofra quiere decir que ese “aire nuevo” ¿es beneficioso para los trabajadores? Pero es todo lo contrario, la incorporación de estos dos burócratas a la CGT, tiene el objetivo de beneficiar los intereses del gran capital, en este caso la flexibilización laboral.
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Yofra, en otro lugar de la entrevista dijo que “los empresarios no se prestan a la situación del país, que necesita más que nunca de aquellos que más tienen. Sin embargo, son egoístas, siempre fueron egoístas. Creo que es un error de lectura de este gobierno de no tener mano dura con los empresarios y sí con los trabajadores”. Pero no es un problema de que los capitalistas sean “egoístas”, los capitalistas siempre quieren mayores tasas de ganancias y por lo tanto de explotación de la clase trabajadora, porque es la lógica misma del funcionamiento del capital.
Estos dirigentes que se reivindican sindicalistas “puros”, apartidarios, pero en los hechos reivindican lo más rancio de burocracia sindical y llamaron a votan al Frente de Todos. Dicen que se puede mantener el nivel de vida de los trabajadores, bajo un sistema capitalista que se derrumba por todos lados. Al final, en aras de apoyar al gobierno del “mal menor”, no les queda más remedio que retroceder frente a la inflación y postrarse frente a las condiciones adversas de la crisis capitalista, pero de un capitalismo que ellos mismos sostienen.
Por otra parte, el criterio sindicalista de los dirigentes de la Federación que sólo negocian el valor de venta de la fuerza de trabajo, dejando “la política” en manos de los dirigentes peronistas para que se mantenga la explotación capitalista, los inhibe ahora, como los inhibió antes de postularse como eje de una restructuración clasista del movimiento obrero, y por lo tanto, mantienen la línea burocrática de no movilizar al resto de la clase obrera contra el ajuste del gobierno nacional.
Recientemente hubo elecciones en el SOEAR-Rosario (la seccional con más afiliados de la Federación Aceitera), ganó la lista Azul y Blanca, encabezada por Marcos Pozzi. Si es cierto que el objetivo de la nueva dirección es defender los intereses de los trabajadores, deberían impulsar un movimiento dentro de la Federación, para exigir a la conducción nacional que rompa el acuerdo con el moyanismo y con todas las alas de la burocracia, organizándose, alrededor de un programa de ruptura con el capital y todos sus gobiernos. Esto les podría permitir ubicarse como un punto de referencia para la clase obrera de la región. Es que ya no hay nada intermedio entre el programa de la burguesía y el FMI y el programa clasista, es por eso que los Kirchneristas se corren para dejarle aplicar ese programa al gobierno de Alberto Fernández.
El ocultamiento vergonzoso que hacen el FIT-U del acuerdo entre el “Pollo” Sobrero y Omar Maturano
En varios portales de noticias salió la noticia del acuerdo Pollo Sobrero con el burócrata de la Fraternidad, Omar Maturano. Esperábamos que en alguna nota de los partidos del FIT-U salieran a desmentirlo. Sin embargo, no emitieron palabra alguna sobre el hecho. Pero, aunque ocultaron todo de manera vergonzante, para no deschavar a su “candidato” que aparece sentado al lado de lo más podrido de la burocracia sindical peronista, la mugre no se puede esconder debajo de la alfombra.
En realidad, el Pollo Sobrero, hace rato que viene teniendo una política oportunista de acuerdo con la burocracia sindical, principalmente con el moyanismo, pero ahora parece que cambió de bando, porque Maturano quedó descontento con Moyano porque colocó al sector de Sasia de la Unión Ferroviaria, a la cabeza de la Confederación del Transporte (CATT) y en una de las secretarias de la CGT.
Recordemos que fue Maturano quien defendió al Subsecretario de Transporte, Antonio Luna, acusado por el mismo PO en el 2010 cuando fue el crimen de Mariano Ferreyra. Además, fue Maturano quien dijo que la izquierda quiere “instalar en la Argentina la violencia política sectaria” cuando fueron los despidos en las tercerizadas a fines del 2020 pasado, denuncia que hasta salió en LID https://www.laizquierdadiario.com/Tren-Roca-Lo-que-paso-ayer-fue-un-problema-con-barrabravas-no-con-los-usuarios.
Por una dirección clasista en los sindicatos
Todas las condiciones de vida que afectan a los trabajadores se van deteriorando, y muy rápidamente. No necesitamos más direcciones sindicales burocráticas que le hagan de sostén al capitalismo, y que le hagan creer a los trabajadores la ilusión reformista de que, bajo el capitalismo, en esta época de crisis y decadencia, pueden conquistar un “salario justo” para toda la clase trabajadora. La burocracia sindical dice que los sindicatos “son de Perón”, eso explica bastante porque la clase trabajadora está como está, si son de Perón, sirven justamente para eso, para apoyar al gobierno capitalista. Los sindicatos tienen que ser de los trabajadores y una palanca para luchar por un gobierno obrero.
Una dirección sindical no puede considerarse verdaderamente clasista si no tiene como estrategia la unidad de la clase obrera contra la patronal y contra toda la burocracia sindical, para luchar hasta instaurar un Gobierno de Trabajadores. Porque solamente con un gobierno de nuestra propia clase, los trabajadores podremos liquidar la inflación y la desocupación, repartiendo las horas de trabajo entre todos los obreros, y conquistar un salario que garantice todas las necesidades una vida digna.
Mariano López
3/12/21