Mientras que, en el AMBA y en muchas de las principales ciudades del interior el sistema sanitario está casi al borde del colapso, sigue creciendo la cantidad de contagios y desgraciadamente también la cantidad de muertes. Esta “segunda ola” no fue una sorpresa para nadie, ya que afectó a Europa y luego a los países de América latina y en particular a Brasil, desde donde se fue expandiendo a los países vecinos. Inclusive Chile que tenía una cantidad importante de su población vacunada con la primera dosis de una vacuna china (coronavac). A pesar de la previsibilidad de la ola de contagio, igual el gobierno autorizó el comienzo de las clases presenciales, y los viajes del fin de semana largo de semana santa, manteniendo todas las actividades económicas y sociales abiertas, hasta el 14 de abril, en el que Alberto Fernández anunció la suspensión de las clases presenciales en el AMBA y otros lugares con alto índice de contagio, y algunas otras restricciones a la circulación nocturna.
Ante la realidad de la saturación de las camas de terapia intensiva (UTI), insólitamente, el presidente se deslindó de responsabilidad atribuyéndosela al relajo del sistema sanitario. Y la culpa del aumento de los contagios la tiene la población irresponsable que sigue haciendo fiestas clandestinas, no usa barbijo, etc. ¿No hay vacunas? Ese es un problema mundial ¡no del gobierno argentino! Todos tenemos la culpa, menos el gobierno.
Que la realidad evidente muestre, para quien lo quiera ver, a los trenes, colectivos y subtes, abarrotados de pasajeros que van obligadamente rumbo a sus trabajos, en eso el gobierno –por supuesto- no tiene nada que ver. Que en las fábricas haya gran cantidad de contagiados como en Toyota, es un dato que el gobierno omite, como si no existiera, mientras sigue con su patético “relato”.
Está claro entonces que, eso de que al gobierno lo primero que le interesa es la vida de las personas es un cuento electoral. El propio Alberto Fernández reconoció que “también” le preocupa la recuperación económica. Sin embargo, los únicos que se recuperan económicamente son los patrones. ¿Pero no dijo “Alberto” que este año el salario de los trabajadores le tiene que ganar a la inflación? Se ve que la inflación (13% en el primer trimestre) y los dirigentes sindicales no lo escucharon. La inflación goza de buena salud y gran estado atlético, mientras los burócratas sindicales gordos y pesados de tanta coima y prebendas recibidas, se arrastran arreglando convenios que ya saben de antemano que van a favorecer a las patronales. Un gran porcentaje de los trabajadores cobramos salarios por debajo de la canasta de la pobreza medida por las estadísticas oficiales del Indec (en marzo $ 60.874). En la pandemia del Frente de Todos el virus parece que afecta sólo a los salarios, pero a la suba de los precios no le hace nada. Acá también el gobierno se lava las manos, como si no tuviera nada que ver, como si la inflación fuera un fenómeno natural como la lluvia.
Alrededor de la suspensión de las clases presenciales se produjo un sainete politiquero, con miras a las elecciones de este año. Larreta haciéndose el defensor de la educación midiendo con frío cálculo electoral las aspiraciones de muchos padres que quieren que sus hijos vuelvan a las escuelas. Sea para aprender mejor, sea para socializar, sea para no estar encerrados en la casa. ¿Pero es que acaso el gobierno de Macri-Cambiemos del cual Larreta fue parte y lo sigue siendo en la CABA alguna vez se interesó por la educación? Para nada. O en todo caso, lo que puede interesar es que se mantengan las ganancias de los colegios privados en manos de la Iglesia. Y en contraposición Alberto Fernández y Kicillof, al borde del colapso sanitario, ahora se hacen los preocupados por la vida, cuando un mes atrás batían el parche por la vuelta a clases. Estos gobiernos patronales hacen equilibrio entre las cuarentenas, las aperturas y los cadáveres, tratando de pagar el menor costo político y económico posible. Si mueren 500 personas por día, pero se puede mantener la apertura de las actividades económicas, sin llegar al colapso sanitario, esas muertes no importan. El gobierno de los Fernández (AF & CFK) siguen el consejo de Macri: Que mueran los que tengan que morir.
Otra cuestión, muy grave es el tema de las vacunas. Empezamos con los vacunados VIP, lo que provocó que AF tirara por la ventana al ministro de salud, quien ya venía machucado por haber minimizado la pandemia a principios del año pasado. Pero en estos días también se supo que Ginés González García tenía negocios con Hugo Sigman para priorizar la vacuna de AstraZeneca, por lo cual demoraba los acuerdos para conseguir la Sputnik V, e incluso que en función de sus propios intereses vinculados a Sigman, adquirió el mínimo posible de la cantidad de vacunas que podría haber aspirado a comprar del fondo Covax de la OMS. También se supo que el arreglo de GGG con Sigman consistió en un pago por adelantado de 60 millones de dólares para una vacuna que se produce en Argentina, pero luego viaja por México y termina en EE-UU, pero que hasta ahora a la Argentina no llegó ni una. En otras palabras, Ginés González García, aunque para nada sea “trigo limpio”, termina siendo el chivo expiatorio de todos los “pecados” gubernamentales cometidos con las vacunas, ya que, siendo un problema de primer orden del gobierno nacional, tanto Alberto Fernández como CFK no podían desconocer las trapisondas del ministro. Dado que CFK impulsaba el acuerdo con Rusia por la Sputnik V, hay quienes atribuyeron la “ingenua” confesión de Verbitsky, dejando al descubierto el vacunatorio VIP de GGG, como una maniobra propiciada por el Kirchnerismo, para allanar el camino a favor de las relaciones con la vacuna de Putin.
Haya sido así o no, está claro que esas relaciones se estrecharon, al punto que se acaba de anunciar el acuerdo del Laboratorio Richmond con el Fondo de Inversión ruso que maneja los negocios de Instituto Gamaleya de Moscú, para la producción de la vacuna Sputnik en Argentina.
El kirchnerismo inmediatamente inundó las redes con un video de agosto de 2011, cuando CFK inauguraba en Pilar, el laboratorio Richmond de Marcelo Fuigueiras, tratando de capitalizar políticamente este anuncio que indudablemente generará esperanzas en la población, aun cuando recién la producción en masa de la vacuna pueda comenzar en junio, para cuando la segunda ola, cuyo pico se espera para mediados de mayo, ya habrá producido estragos todavía impredecibles.
Pero con la anunciada producción de la vacuna rusa en Argentina surge una pregunta: ¿Por qué el gobierno no confiscó la vacuna producida en el laboratorio de Sigman (ya pagada, además), para envasarla en el país y aplicarla a nuestro pueblo? Los argumentos de que no se podía envasar acá, se caen, frente al hecho de que si Richmond puede envasar porque no iba a poder hacerlo mAbxience. Puro cuento para no tocar los intereses de los capitalistas, y sobre todo si son amigos del gobierno como Sigman.
En el medio del temor por el contagio, la ansiedad por colocarse la vacuna y la discusión por las clases, pasó casi inadvertida la “visita” al país de dos enviados del gobierno de Biden. Justo después que Cristina Fernández le pidiera públicamente a EE-UU, nada menos que el 24 de marzo, “algún gestito” para con la Argentina, Biden le envió al Jefe del Comando Sur, Craig Faller, quién venía de declarar ante la Cámara de Representantes de su país que “China es la amenaza estratégica número uno del siglo XXI” y que “con su influencia insidiosa, corrosiva y corrupta, busca el dominio global”. Es decir, que el Almirante Faller fue enviado por Biden para marcarle la cancha al gobierno nacional, para que no avance en las relaciones con China.
Pero eso no fue todo. A los pocos días llegaron otros enviados del gobierno de Biden: el director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, y la subsecretaria Interina del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Julie Chung, los que le ratificaron al presidente Fernández, que su principal preocupación sigue siendo el avance de China en la región y apuntaron especialmente a proyectos clave de Beijing como la central nuclear Atucha III y el despliegue de Huawei. Es decir, sólo habrá un “gestito” de EE-UU en las negociaciones con el FMI si el gobierno argentino demuestra «prudencia» en el acercamiento a China.
Según la página LaPolíticaOnLine: “Otro tema en el que hubo coincidencias fue respecto a Venezuela. Todos los comensales (la cena fue en la casa de Massa, en Tigre) hablaron de impulsar «elecciones limpias» para encontrarle una salida a la crisis. En la Casa Blanca no ven con malos ojos el perfil de Alberto en la región y hasta lo imaginan con un mayor liderazgo en el Cono Sur. En Washington están hablando de armar un eje de presidentes para llevar la relación con América Latina, ante la ruptura de la relación con Brasil su histórico socio en la región. Además de Alberto en el Cono Sur, destacan a los presidentes de México y Colombia. En ese sentido, también destacan el giro pragmático del kirchnerismo duro y no ven a Cristina como un problema”.
Mientras el gobierno de los Fernández busca el apoyo del imperialismo yanki, reprimen y meten presos a 12 asambleístas de Andalgalá (Catamarca), activistas de la lucha por la defensa del agua contra la megaminera que, irónicamente, y casi como una burla, se llama “Agua Rica” de la canadiense Yamana Gold Inc., empresa que también explota el yacimiento de oro de Gualcamayo ubicado en el Departamento Jáchal, San Juan. Para imponer el Andalgalá los intereses de la minera, circulan por la ciudad tropas del ejército y la gendarmería.
El gobierno cuenta con la colaboración de la burocracia sindical, que actúa abiertamente como agente de la patronal y el gobierno, como añorando la época de la Triple A, armando las litas de los activistas como hace Fantini dirigente la Federación de la Carne para que la patronal los despida 250 trabajadores como en Arrebeef. O como el moyanista Guillermo Pereyra, amenazando con enviar un grupo de choque del sindicato de petroleros y camioneros para sacar los piquetes de las rutas y quebrar la huelga de los trabajadores de la salud de Neuquén.
A los trabajadores que votaron al frente de Todos con esperanza de salir de las malas o quizás sin mucha expectativa sólo como mal menor, les decimos que está a la vista que el verdadero mal es el régimen capitalista, que no tiene un solo partido ni un solo candidato, sino que tiene varias cartas para jugar, y cuando se gasta una juega otra. Macri-Cambiemos o los Fernández con el Frente de Todos, son dos caras de la misma moneda devaluada del capitalismo semicolonial argentino. El Frente de Todos gobiernan para las patronales y se somete a las potencias imperialistas, sólo que sabe mentir mejor que Macri-Cambiemos.
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Pero a los compañeros que quieren terminar con la explotación a la que nos somete la patronal, los que quieren echar a los burócratas traidores de los sindicatos, a los que están ya cansados de las mentiras de los gobiernos y se dieron cuenta que el peronismo es patronal, a esos compañeros les decimos: hay que organizar un partido de trabajadores, un partido que sea nuestro y que sirva para luchar, no para la politiquería electoral. Un Partido de Trabajadores que tenga como objetivo estratégico instaurar un Gobierno de Trabajadores que expropie a las grandes patronales del campo, los bancos, la industria y el comercio. Para recuperar lo que es nuestro, porque el capital que acumulan los burgueses es el trabajo que no nos pagan, su capital está hecho con nuestro trabajo, por eso es nuestro. Con las palancas de la economía en manos de los trabajadores podremos organizar la economía en función de los intereses de las mayorías populares, no como ahora para beneficio de unos pocos chupasangres capitalistas. Sólo contando los ingresos por las exportaciones agropecuarias y agroalimentarias de un año igualaríamos el préstamo que Macri recibió del FMI. Con un gobierno de trabajadores y esos recursos hubiera sido totalmente diferente la situación frente a la pandemia. Habiendo estatizado las clínicas y laboratorios privados, hubiéramos fortalecido el sistema de salud y desarrollado las vacunas y medicamentos paliativos que podrían haber minimizado las pérdidas de vidas humanas y los padecimientos de los contagiados.
Compañeros, dentro del capitalismo no hay mal menor, porque el capitalismo en todo el mundo está en crisis, en descomposición, a tal punto que prepara nuevas guerras de alcance internacional de cuyas consecuencias no estaremos exentos. Cada gobierno a su turno nos hunde un poco más en la miseria. Solo una Revolución Socialista que imponga un Gobierno de Trabajadores expropie a la burguesía, planifique la economía y abra paso a la lucha por el socialismo en el América latina y el mundo, puede terminar con la explotación, la miseria y todas las lacras que trae la descomposición capitalista. Para llevar adelante esa lucha militamos los compañeros del Partido de la Causa Obrera. Te invitamos a charlar con nosotros, a conocer más a fondo nuestro programa, y si estás de acuerdo a unirte a nuestra lucha.
24/4/21
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De toda crisis y calamidad, la gran burguesía hace negocios. Y en esta pandemia el gran negocio son las vacunas elaboradas en laboratorios privados.
Según una nota de Pascual Serrano, publicada en la página Sputnik el 23/4:
“Las denominaciones de las vacunas que se están distribuyendo en Europa y Estados Unidos ya nos resultan familiares por el nombre de sus empresas fabricantes: AstraZeneca, Pfizer/Biotech, Moderna, Janssen (Johnson & Johnson). Sin embargo, no se habla tanto de cuáles son sus accionistas o, dicho de otra forma, quiénes son los dueños de las vacunas. Como era de suponer básicamente se trata de fondos de inversión. Lo curioso es que si los analizamos encontramos dos fondos comunes a todas ellas (incluso en otras vacunas que están pendiente de aprobarse, como la de Novavax): The Vanguard Group y BlackRock. Estos dos fondos de inversión administran 16 billones de dólares. Si fueran un bloque de naciones, serían la tercera potencia mundial, solo por debajo de Estados Unidos y China, de acuerdo con datos del Banco Mundial en 2019…
BlackRock es uno de los grupos financieros más influyentes en Wall Street y Washington, así como en Europa. En abril de 2020, la división de consultoría de BlackRock ganó un contrato de la Reserva Federal de Estados Unidos para gestionar su programa de estímulo financiero. Este fondo de inversión mueve más de 6,65 billones de euros, es decir, supera en cuatro veces y media el Producto Interior Bruto de España…
En cuanto a The Vanguard Group, es uno de los mayores inversores del mundo, solo superado por el BlackRock. A comienzos de 2020 contaba con 6,2 billones de euros en activos repartidos en algo más de 400 fondos en EEUU, Europa y el resto del mundo. Cuenta entre sus principales inversiones con compañías como Apple, Microsoft, Amazon, Facebook o Alphabet (Google). Suma importantes participaciones en otras como The Coca-Cola Company, Walmart o Disney…
Y, mientras tanto, no dejan de salir a luz informaciones que muestran que los principales recursos para la investigación de las vacunas fueron públicos. Un estudio elaborado por prestigiosos científico a partir de toda la documentación ofrecida por los investigadores revela que, en el caso de la vacuna de AstraZeneca, la industria farmacéutica soportó menos del 3% de los costes de investigación que la han hecho posible. La mayor parte de los 120 millones de euros invertidos llegaron desde el Gobierno del Reino Unido (45 millones) y la Comisión Europea (30 millones), mientras el resto procedía de entidades también financiadas con fondos públicos (centros de investigación) y fundaciones que apoyan la investigación científica…
En cuanto a Pfizer, el presidente de la empresa, Albert Bourla, declaraba desde Nueva York al periódico español El Mundo que su empresa no dispuso de subvenciones ni dinero público para investigar la vacuna, sin embargo, el eurodiputado español Ernest Urtasun le recordaba que la tecnología RNA usada por Pfizer fue desarrollada por Biontech con el apoyo de casi 445 millones de dólares del gobierno alemán…
Una investigación de Corporate Europe Observatory muestra las maniobras del gran lobby farmacéutico EFPIA (Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas) para presionar a la Comisión Europea para que no ceda ante quienes piden la liberalización de las patentes para poder vacunar a toda la humanidad…
El periodista concluye su nota afirmando, con razón:
Esos fondos de inversión con los que empezamos nuestro texto ya no son solamente los dueños del dinero que se invierte en el mundo, ahora son los dueños de nuestra salud, o sea, de nuestra vida.”