Cuando el entrante embajador yanqui para Argentina Lamelas expuso abiertamente su plan de trabajo ante el parlamento de su país, plan que corresponde con una injerencia política de tipo colonial, kirchneristas y sindicalistas aliados estallaron en voces de indignación hablando de soberanía nacional.
Analicemos brevemente factores económicos y políticos que nos permitan profundizar en el concepto de soberanía. Pero primero hay que señalar que Milei actúa como si fuera un funcionario del gobierno de EEUU. Todo su gobierno, su programa de privatizaciones, sus planes económicos de incentivos a la inversión transnacional (RIGI), su intento de quita de incentivos a la producción en territorio nacional (Ushuaia), su adquisición y manejo fraudulento de la deuda en beneficio de los bancos y grandes capitales (fuga de capitales), su plan de ajustes y motosierra para cumplir con los mandatos del FMI, todo hunde al país en un sometimiento en toda línea a EEUU. Por eso ¿Cómo no aprovecharían los kirchneristas? Si comparada con Milei CFK parece William Wallace. Pero las apariencias engañan.
Deuda externa:
La deuda es uno de los mecanismos de sometimiento más eficiente del capital financiero. Los kirchneristas alaban el pago de la deuda que han realizado sus gobiernos, vendiéndolo como una forma de “recuperar soberanía”. Al punto que CFK se reivindica orgullosamente como “pagadora serial”.
Pero veamos cómo ha venido funcionando el proceso de adquisición y pago de deuda. El kirchnerismo protesta la adquisición de deuda de Macri o de Milei, con fundamentos la llama ilegitima y en muchos casos ilegal, pero luego la paga. Pagó la contraída en dictadura, realizó puntualmente los pagos de la contraída por Macri, e intentará pagar la de Milei si es que vuelve a gobernar. Es la sociedad perfecta, lástima que sea en beneficio del FMI, unos contraen deuda y otros la pagan, la “espiral de bienestar” del capital financiero, pero el lomo lo pone la clase trabajadora. Pintar de soberanía pagarle al FMI es de un cinismo descarado.
La “soberanía” nacional que pregonan los kirchneristas es ficticia. Al estar limitada por su contenido de clase, se detiene ante las barreras que le impone la propia clase burguesa cuyos intereses representa, y que es dependiente del capital financiero. A lo sumo se limita a negociar una quita de capital y una rebaja de intereses, como negociaría cualquier comerciante del Once.
Pero además son bancos extranjeros los que manejan las finanzas del país, ningún gobierno kirchnerista amenazo su poder, sino todo lo contrario, “la levantaron en pala” durante sus gobiernos. Quien maneja las finanzas maneja el país porque el flujo de capital pasa por los bancos.
La matriz productiva:
Somos un país tan sometido como los demás paises semicoloniales. Más allá de una industria incipiente en algunos rubros, la matriz productiva es fundamentalmente primario exportadora, dependiente de la liquidación de divisas por parte del sector agropecuario, la minería, gas y petróleo. Todos estos sectores, aun con la participación de capitales nacionales (incluyendo el Estado a través de YPF en el caso de la energía), están controlados por el capital imperialista. El kirchnerismo siempre entregó los recursos mineros con regalías irrisorias ¿No se dieron cuenta que todo esto atenta contra la soberanía? Por otro lado, la industria manufacturera no solo es limitada, sino que abastece casi exclusivamente el mercado interno.
En Ushuaia, Mirgor, Newsan, Electrofueguina y BGH, están todas tan vinculadas a empresas transnacionales que no pueden dar un solo paso sin su aprobación. Los países realmente independientes tratan de controlar todas las fases productivas, desde la minería hasta la terminación, lo pueden hacer porque someten a otros países, es decir, los países independientes son imperialistas.
Pero además la llamada “industria nacional” se compone mayoritariamente de capital transnacional. Por eso, el discurso sobre soberanía que ya de por si es un intento de buscar el apoyo de los trabajadores a los intereses de la burguesía nacional, se torna patético cuando se usa para defender a transnacionales que amenazan con irse del país ¿Si eso es soberanía que será sometimiento?
Un párrafo aparte merece el territorio. Es un hecho que Milei opera en Lago Escondido el reparto de la Patagonia. Está demostrado que por lo menos una parte de los devastadores incendios del último verano fueron ocasionados por hacendados ¿pero de donde aparecieron? La Patagonia está repartida entre terratenientes extranjeros hace varios gobiernos, Benetton, Lewis, y un largo etcétera ¿El kirchnerismo expropió a alguno de ellos en defensa de la soberanía? Por supuesto que no, por encima de todo resguardan la sacrosanta defensa de la propiedad privada.
Estado burgués y Gobernabilidad:
Aunque hicieran discursos opositores, el kirchnerismo garantizó la gobernabilidad de Milei en las fábricas, establecimientos y en las calles. El parlamento le otorgó facultades extraordinarias para que tenga todavía mayor facilidad de gobernar con decretos, además dispone del veto. La democracia le da 4 largos años para que haga lo que quiera, y si protestamos están las fuerzas represivas para molernos a palo. “A aguantar lo que votaron” dicen los kirchneristas.
Se trata del Estado burgués que hace posible la profundización del entreguismo, de las mismas herramientas que se valió el kirchnerismo y del Estado que siempre defendió y fortaleció. Recordemos que Néstor vino a revitalizarlo cuando estaba en una profunda crisis y a reconciliar a la población con las fuerzas represivas. No hay vuelta que darle, un estado burgués en un país semicolonial es un Estado semicolonial.
Si apenas asumido Milei se llama a darle gobernabilidad, si ese llamado se sostiene inmovilizando a la clase trabajadora mediante la burocracia partidaria para que pase la ley bases con su capítulo del RIGI y privatizaciones (incluida el agua) además de darle quorum y si como frutilla del postre afirman que sabían perfectamente todo lo que iba a hacer el presidente ¿No es el kirchnerismo cómplice y facilitador de la política entreguista del gobierno, así como de toda su política en general?
Recordemos que la burocracia sindical, afín al kirchnerismo y a otros sectores del peronismo, apenas ha hecho paros aislados de 24hs para descomprimir la bronca, y uno de ellos no antes sino después de aprobada dicha ley que ha sido fundamental para apuntalar el plan del gobierno.
La fase imperialista del capitalismo:
Pero ¿Cómo es que la soberanía es un valor tan frágil que basta con que llegue a la Casa Rosada un adicto del imperio yanqui para destrozarla con una ley y un par de decretos, como si se tratara de una copa de cristal en manos de un niño de 3 años? ¿Se imaginan a EEUU o China entregando mediante una ley el poderío económico construido durante décadas?
La realidad es que no hay tal soberanía, Argentina es un país dominado por el imperialismo desde fines del siglo XIX, es decir desde el mismo momento en que el capitalismo ingresó en su fase imperialista. Lenin en su folleto del imperialismo ya daba datos del sometimiento financiero de nuestro país a Inglaterra en aquel entonces.
Lo que sí hay, en tiempos de bonanza como los mencionados, es un alivianamiento de las tensiones, tanto entre las clases como entre los países. Caen migajas en formas de concesiones para los trabajadores de la mesa del gran festín empresarial (aunque antes pasan por el cernidor de los pagos de deuda), en la que siempre se sienta a la cabeza el capital financiero imperialista. Cuando hay crisis ya no caen migajas e incluso no todos los empresarios reciben su plato. El ajuste achica el mercado interno que es el marco de operación de esas empresas. Eso es lo que está sucediendo. Los chillidos sobre la soberanía es el disfraz patriótico con el que empresarios nacionales protestan haber sido excluidos del festín.
El “modelo” hace más a las formas que al fondo. Así como Alberto no revirtió lo hecho por Macri, sino que lo profundizó. Un gobierno Kirchnerista que reemplace a Milei tampoco lo hará porque el telón de fondo es la crisis que, tal como venimos explicando hace años, solo puede encontrar salida (dentro del capitalismo) mediante una tercera guerra mundial que lamentablemente ya está muy próxima.
Un gobierno de trabajadores para lograr la soberanía real:
No es necesario pasar por un nuevo gobierno kirchnerista. Debemos y podemos luchar por instaurar un gobierno de trabajadores.
Los distintos gobiernos han cogestionado la crisis siendo cómplices de la expoliación de los recursos. La diferencia es que Milei está regalando lo que el kirchnerismo vende a bajo costo. Algunos llamarían a votar al mal menor de los vende patria contra el mal mayor de los regala patria. Nosotros decimos que la clase trabajadora debe velar por sus propios intereses.
Hablar de soberanía en este contexto es un chiste, pero también un arma de un sector de la burguesía que ve amenazado sus negocios ¿Qué posición debemos tomar los trabajadores? Es natural pensar que si las empresas se van o quiebran quedaremos en la calle. Con ese chantaje nos bajan el sueldo o hacen despidos masivos, siempre somos los sacrificados por los intereses burgueses, en este caso bajo un manto patriótico. Es hora de que esto acabe, si son incapaces de llevar adelante la economía hay que expropiarlos y planificarla bajo un gobierno de los trabajadores en dirección al socialismo. Es un hecho rotundo, el capitalismo no puede darle ni trabajo ni vida digna al pueblo trabajador.
Podemos dejar de pagarle al FMI y sacar adelante la economía, pero para ello debemos tomar el poder con un partido de trabajadores propio, que monopolice el comercio exterior y toda la banca, que expropie todas las grandes empresas, latifundios y haciendas, de modo que su funcionamiento no dependa del lucro. De esa manera el Estado, en manos de los trabajadores, podrá absorber la pérdida temporal en algún sector productivo mediante el flujo de recursos de acuerdo a un plan general que tenga como principio rector las necesidades del pueblo trabajador y el fortalecimiento del estado obrero que afrontará una lucha sin cuartel contra el capitalismo en el plano internacional. Eso es soberanía, todo lo demás es charlatanería.
Joaco Cuevas y Turco Morales, 28/8/25