De como Bukele pasó de ser Néstor Kirchner a inspirador de Milei
Tras el recrudecimiento de las acciones de violencia protagonizados por sicarios de los narcos contra trabajadores que estaban realizando sus labores (dos taxistas un chofer de colectivo y un empleado de una estación de servicio), más una cantidad de amenazas a escuelas, centros de salud, recolectores de residuos, una ola de pánico se apoderó de la población de Rosario.
Pronto se leyó en las redes que aca lo que hace falta es un Bukele por tres.
Quienes reclaman esta solución de basan en “los resultados” obtenidos por la gestión de Bukele en El Salvador que bajó el delito de 37,1 (x cada 100 mil habitantes) en 2019 a 1,8 % en 2023, según datos gubernamentales. También apoyan su opinión en el alto respaldo electoral obtenido en las recientes elecciones presidenciales. Sin embargo, nosotros creemos que visión es unilateral, solo ven la superficie que destacan los medios de derecha, pero ignoran lo que realmente sucede en El salvador. Ignoran lo que significa el establecimiento permanente del Estado de excepción” al que recurrió Bukele para implementar su política de mano dura. Tampoco conocen el conjunto de la situación en la que vive el pueblo salvadoreño bajo el gobierno de Bukele. Ni el fraude electoral que le permitió completar el control de los tres poderes del Estado.
Empecemos por ver quién es y de donde viene Bukele, y nos vamos a sorprender por algunos parecidos con presidentes argentinos.
Nayib Bukele es hijo de Armando Bukele Kattán, un empresario líder de la comunidad musulmana, que entablo una relación de amistad con Schafik Hándal, histórico dirigente del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, la guerrilla de izquierda que actuaba en El Salvador entre 1979 y 1992 enfrentando en una guerra civil a las FFAA salvadoreñas. Tras la firma del acuerdo de paz de Chapultepec, el FMLN se transformó en partido político y comenzó a participar de las elecciones. Por la relación de Hándal con los Bukele, Nayib -que había heredado de su padre una agencia de publicidad- se encargó de la promover la propaganda política del FMLN. A partir de esta relación Bukele ingresó como afiliado al FMLN y fue candidato (2012) a alcalde (intendente) de una pequeña localidad (Nuevo Cuscatlán) en donde ganó las elecciones. Sus formas poco convencionales y su perfil opuesto a los políticos tradicionales, le permitieron ganar apoyo juvenil, por lo que fue propuesto candidato a la alcaldía de San Salvador, la capital del país, que también ganó y desde donde empezó a trabar relaciones y hacer acuerdos con las bandas narcos llamadas “las maras”. Cuando las aspiraciones de Bukele crecieron reclamando ser candidato a la presidencia, y viendo el entramado tejido por Bukele con los narcos, fue expulsado del FMLN. Entonces Bukele fundó su propio partido Nuevas Ideas con el cual ganó las elecciones en 2019.
En ese corto tiempo Bukele se transformó en el “presidente millennial” de 38 años, que gobierna a través de Twitter, desde donde nombra o destituye funcionarios, da órdenes a sus ministros y anuncia políticas.
“Bukele inició su gobierno con medidas que parecían ubicarlo en el espectro progresista del continente. En un país donde la guerra civil dejó 75.000 muertos y en el que aún se debate la creación de una ley que permita juzgar los crímenes de guerra y de lesa humanidad que sucedieron en los 12 años que duró el conflicto armado, el retiro del nombre del coronel Domingo Monterrosa (Comandante militar de las Fuerzas Armadas de El Salvador durante la guerra civil) de uno de los cuarteles militares del país fue una medida que causó gran satisfacción en el bloque de población que siempre ha clamado por la justicia. Sobre todo, porque el informe de la Comisión de la Verdad sindicó a este militar como el autor material de una de las masacres más grandes de América Latina, que dejó a casi 900 asesinados (entre los que se encontraban muchas mujeres y niños)”. ¿Para hacer esta maniobra demagógica se habrá inspirado en Néstor Kirchner?
“En la misma lógica se entendió el voto de la delegación salvadoreña en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra el ya histórico bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Debe recordarse que esta decisión de condena también fue sostenida durante los pasados diez años por los dos presidentes de izquierda que gobernaron el país. Bukele mantuvo también relaciones diplomáticas amistosas con China [Parecido a CFK ¿no?]. El desarrollo de esta relación diplomática cercana comenzó recién en 2018, cuando el ex presidente Sánchez Cerén (del FMLN) produjo la primera visita de un presidente salvadoreño al país asiático. La decisión de Bukele de sostener esa política (además de declarar que existe una sola China, lo que implicó la ruptura de relaciones con Taiwán), provocó declaraciones subidas de tono de parte de algunos funcionarios estadounidenses.” (Malcom Cartagena, Nueva Sociedad)
Bukele llegó a la presidencia con el 53,1% de los votos en alianza con un partido de extrema derecha Gran Alianza Nacional. Pero ese caudal electoral no se vio reflejado en la composición de la Asamblea Legislativa (Congreso) que recién se renovó en 2021. Durante sus dos primeros años de gobierno, Bukele debió coexistir con un poder legislativo que aún estaba dominado por la oposición. Las tensiones no tardaron en aparecer. Alegando que la oposición bloqueaba su “agenda de gobierno” (la autorización de un préstamo de Estados Unidos de 109 millones de dólares para reforzar el presupuesto de la Policía Nacional Civil) , el 9 de febrero de 2020 tropas del Ejército Nacional irrumpieron en el edificio legislativo durante una sesión extraordinaria con el objetivo de forzar la aprobación de ese crédito internacional destinado a financiar el plan de Bukele contra el crimen.
Tras la llegada de la pandemia de COVID-19, dado que la Asamblea, se negó a extender el estado de emergencia, Bukele decretó la prórroga -pasando por arriba de las atribuciones de la Asamblea- restringiendo el derecho a circular o reunirse, entre otros. La Sala Constitucional (Suprema Corte) declaró inconstitucional la medida, pero Bukele desconoció sus resoluciones. Milei todavía no llegó a tanto, pero con el DNU también quiso gobernar por decreto. Y cuando el DNU y la Ley “ómnibus” quedaron empantanadas en el Congreso, ganas de hacer lo de Bukele no le habrán faltado.
En las elecciones legislativas del 2021 Bukele ganó la mayoría absoluta parlamentaria luego de lo cual destituyó a los miembros de la Corte Suprema, colocando jueces afines con el apoyo de los militares.
Al acentuar sus rasgos autoritarios, Bukele llegó a decir que es un “instrumento de Dios” y que habla con Dios. Seguramente con él habla en musulmán y con Milei en ídish.
Respecto del éxito de Bukele en el “combate a las maras”
Como dijimos antes Bukele mantenía acuerdos con las maras desde cuando era alcalde de San Salvador. Evidentemente en alguna negociación no se pusieron de acuerdo cuando Bukele estaba en la presidencia y en 2022 las maras respondieron con el asesinato de 86 personas en dos días. Con esa excusa Bukele implementó el estado de excepción, que según la ley salvadoreña solo puede regir por 30 días, pero Bukele lo fue prorrogando e inclusive la campaña electoral y las elecciones transcurrieron bajo régimen de excepción, es decir, sin garantías constitucionales.
Las cifras oficiales indican que son 76 mil personas capturadas en menos de dos años. Pero se estima que ha habido más de 64 mil detenciones ilegales. Han detenido a miles de personas inocentes, principalmente jóvenes en barrios pobres. Los miembros de las maras están en una cárcel inmensa que tiene muy buenas condiciones de higiene, con gimnasios y áreas de juegos. Pero los jóvenes apresados que no tienen nada que ver con las maras están en otros centros penales, en condiciones infrahumanas, sin acceso a la salud, impedidos de ser visitados por sus familiares, ni sus abogados pueden reunirse con ellos. Hay detenidos de los cuales sus familiares no han podido conocer en qué centro penal encuentran.
Evidentemente el acuerdo de Bukele, por lo menos con un sector de las maras continúa:
“La justicia estadounidense tiene bajo custodia a seis de los 27 máximos líderes de la Mara Salvatrucha-13 (MS-13) a quienes el FBI señala como los miembros de “mayor rango” en el mundo… según varios reportes de inteligencia de la Policía Nacional Civil de El Salvador, 17 se encuentran en alguna cárcel de El Salvador y cuatro en calidad de prófugos, probablemente en México…. Algunas de estas certezas son puestas en duda por un hecho: la liberación de Crook en noviembre de 2021, cuando aún debía 40 años de prisión en El Salvador. Crook es uno de los seis capturados por las autoridades estadounidenses gracias a que según el relato oficial las autoridades mexicanas lo detuvieran en su territorio en noviembre de 2023, dos años después de ser liberado por la administración de Nayib Bukele. México lo envió a Estados Unidos y no a El Salvador. Desde que en El Salvador inició el régimen de excepción en marzo de 2022, las autoridades han mostrado decenas de imágenes de pandilleros sometidos, pero ninguna de los líderes nacionales requeridos por Estados Unidos. A la luz de lo ocurrido con Crook, no son pocas las sospechas que aparecen en el debate público de que pueda haber otros líderes que tras ser liberados ilegalmente estén prófugos y no en una celda salvadoreña.” (Faro.net)
La situación económica
El Salvador ha sido por quinto año consecutivo la economía que menos ha crecido de la región centroamericana. Mientras la de Costa Rica crece entre 4,5 y 5%, según datos del Banco Central de Reserva, la de El Salvador creció en 2023 un 2,2%.
Asimismo, se importa más de lo que se exporta -sobre todo a EE-UU, son artículos textiles producidos en empresas maquiladoras-, lo que le llevó al país el año pasado a tener un déficit de la balanza comercial de más de US$8.000 millones.
El principal ingreso del país son las transferencias que reciben los salvadoreños de sus familiares en el exterior. En 2023 las remesas alcanzaron un monto de US$1.181 millones.
La salvadoreña es además una economía altamente endeudada, a pesar de que en enero de 2023 Bukele celebró haber saldado un vencimiento de deuda por US$800 millones. Lo logró, con una reforma de pensiones (es decir, ajustando a los jubilados) y la renegociación de la deuda, lo que llevó a su vez a un mayor endeudamiento. Con ello, El Salvador no pagará intereses ni capital de la deuda previsional hasta 2027, pero ese año deberá saldar otro vencimiento de la deuda total del país, esta vez por cerca de US$2.035 millones.
El Salvador tiene un desempleo de “apenas” el 7%, pero el 65% de la fuerza laboral está en el sector informal. Según Oxfam 160 millonarios en El Salvador acumulaban una riqueza equivalente al 87% del PBI, mientras la pobreza abarca a la mayoría de la población.
“Bukele representa a un sector de la burguesía emergente que pretende sustituir a la oligarquía de El Salvador que se consolida en el contexto de la guerra civil, haciendo uso y abuso del aparato del Estado, robando, privatizando, haciéndose de activos públicos. Su modelo no solo es neoliberal, es ultra neoliberal, fundamentado en un programa de ajuste muy severo, que ha recortado un tercio de las instituciones del estado, ha hecho despidos masivos, suprimido 33 de los 46 programas de desarrollo económico y social que había en el país. Bukele suprimió la pensión básica universal, el programa de agricultura familiar, ha desfinanciado Ciudad Mujer, ha reducido a su mínima expresión a la Universidad Nacional. Sacrifica el gasto interno para pagar a los acreedores externos, y tiene un gran endeudamiento. Es grave la situación y hay un gran costo de la vida. Hay sectores donde ya tenemos hambruna. … Hay un régimen de terror generalizado. Hay también persecución política de los líderes de la oposición. Yo soy víctima justamente de dos procesos judiciales totalmente amañados, pero no soy la única, son decenas de compañeros perseguidos judicialmente. Tenemos presos políticos, algunos incluso con carta de libertad, pero no los sacan porque no les da la gana. Lo último que hemos estado viendo es que cuando algún activista que sigue a Bukele comienza a denunciar algo, también lo meten preso”. (Lorena Peña, fundadora del FMLN, en entrevista por Página 12)
Las recientes elecciones
Bukele salió eufórico a anunciar el triunfo electoral por más del 85 % de los votos y 58 diputados como mínimo, ufanándose de ser un regimen de partido único. Aunque finalmente el resultado fue de 82.66 % igual fue arrollador. Lo mismo que la cantidad de diputados, no fueron 58: Nuevas Ideas obtuvo 54 diputados sobre 60 en total. Eso es lo conocido y exaltado por sus admiradores en Argentina, asustados con los atentados de los narcos locales. Pero lo que poco se conoce es que el día de las elecciones -4 de febrero- falló el sistema de transmisión de resultados, en el momento justo en el que muchas de las juntas receptoras de votos se preparaban para enviar los datos a la sede central y esto dio como resultado que a la hora del escrutinio final buena parte de las actas presentaran inconsistencias. “El Faro permaneció dentro de las mesas durante la jornada de escrutinio del jueves y viernes, en la que pudo constatar que principalmente las discusiones se generaban por la presencia de actas escritas a mano (sin sello o sin firma), la falta de las actas originales para escrutar o que simplemente no aparecieron algunas actas, o el hecho, sin explicación oficial, de que se tuviera que recurrir a actas que sólo el oficialista partido Nuevas Ideas, o la Fiscalía General de la República poseían”. (Faro.net)
Pero, además, el padrón electoral era de 6,214,399 electores, y de estos solo asistieron a las urnas 3.268.466 lo que corresponde a 52.60%, sobre una población total de aproximadamente 7,120,861. Es de ese 52.60% que fueron a votar que Bukele obtuvo el 82.66% lo que significan 2,701,725 votos.
Esta es la orientación que Milei y Bullrich pretenden trasladar a la Argentina y a Rosario en particular. Atacar el problema más sentido por el pueblo como es la inflación (que también afecta a los empresarios cuando es muy alta), para ganar apoyo electoral y obtener mayoría propia en las elecciones intermedias legislativas de 2025. ¿Que la inflación baja a costa de una tremenda recesión que ya registra índices similares a los de la crisis del 2001? Eso a Milei no le interesa, siempre y cuando los trabajadores y el pueblo puedan ser controlados por la burocracia sindical, los curas y pastores. Y por si estos mecanismos de contención social no funcionan y por las necesidades crecientes irrumpe el descontento en huelgas y manifestaciones, entonces preparan a las fuerzas federales y a los militares para intervengan en la represión interna, primero en el laboratorio rosarino, en donde hay todos los días amenazas y muertes, lo que hace que un sector mayoritario del pueblo esté deseando que los milicos copen la ciudad. Luego lo mismo podría suceder en Córdoba y en el Gran Buenos Aires, en donde los periodistas oficialistas ya empezaron a hacer la campaña “descubriendo” repentinamente el accionar de las bandas narcos.
Como explicamos en otros artículos, esto solo puede servir para reprimir o disciplinar preventivamente al pueblo trabajador. Hasta el Papa reconoce los vínculos del narcotráfico con los políticos, jueces, policías, empresarios y financistas. Los únicos que podemos terminar con el narcotráfico somos los trabajadores conquistando el poder e instaurando un Estado Obrero.
AB, 26/3/24