10 años de Papa argentino y peronista: La iglesia sigue estando al servicio del capital

En situaciones socioeconómicas y política estables en las cuales la lucha de clases es más “calma”, y la vida parece estar más equilibrada, algunas instituciones aparecen a los ojos de los trabajadores como desinteresadas, confiables, “amigas del pueblo” … sus engaños no se notan tanto. Pero en situaciones de crisis como la actual, propias del carácter explotador del sistema capitalista (en el cual la única finalidad de la burguesía es acumular capital), esas mismas instituciones que son parte del régimen burgués y lo sostienen. Su accionar queda expuesto y se hace más evidente qué intereses defienden.

La iglesia católica apostólica romana (latina), que sostiene el orden capitalista al justificar las distintas medidas económicas y sociales que aplican los gobiernos al servicio de los explotadores, paralelamente la religión construye en las cabezas de los trabajadores un mundo ideal e irreal, metafísico, al que estos tendrán acceso si no cuestionan dichas medidas, aunque vayan en su contra, aunque los perjudiquen.

La Iglesia y los conflictos laborales y sociales

En momentos en que los trabajadores reclaman justicia frente a las patronales por casos de cesantías, aumentos de salarios, mejores condiciones de trabajo, etc., o por agravamientos en sus situaciones de vida, por agravamientos de la situación social, se hace presente la Iglesia Católica para “mediar,” o sea, para actuar de bomberos, como malla de contención, como agente del sistema capitalista.

Citamos unos pocos ejemplos de los últimos tiempos en nuestro país:

Argentina 2001: Durante la crisis del 2001-02 (aquella del “Que se vayan todos”) la iglesia cumplió un papel fundamental para amortiguar los conflictos sociales y encausarlos por la vía electoral. Fue la que promovió las mesas de crisis a nivel nacional y en las ciudades más importantes, junto con los partidos patronales responsables de la crisis las burocracias sindicales, y los movimientos sociales que organizaban y contenían a los desocupados pobres y hambrientos.

Neuquén, 2021: Durante la lucha de los trabajadores de salud autoconvocados, la Iglesia pide diálogo y ¡advierte! al gobierno por gravedad social de la provincia. El obispo Croxatto “…reclama al gobierno provincial que abra todos los canales de diálogos necesarios para que la solución de todos los conflictos pueda ser encontrada”, “Todos somos Estado, pero los primeros y últimos de garantizar todos los derechos son quienes gobiernan”.

Rosario- diciembre 2022- enero 2023.

Trabajadores portuarios luchaban por aumento de salarios y por la reincorporación de los despedidos, reclamos que la Terminal Puerto Rosario se negaba a otorgar. La situación se fue agravando y una comisión de obreros portuarios, pidió la intervención de la Iglesia, siendo recibidos por la Pastoral Social local. Esta se comprometió a buscar el dialogar entre las partes en conflicto. Pero, mientras el arzobispo entretenía a los trabajadores con la esperanza de abrir el dialogo con la patronal, ésta operaba con la burocracia de Aybar para hacer ingresar los carneros y quebrar la huelga. 

Pero la Iglesia no interviene en los conflictos sociales solo por medio de los curas y arzobispos. También utiliza como herramientas políticas y de contención social algunos movimientos llamados en general y por su relación con la iglesia “los cayetanos”: son el Movimiento Evita de Pérsico y el “chino” Navarro, y el MTE y la CTEP dirigidas por Juan Grabois. Ambos, además, este año van a participar de lleno en las elecciones, en la interna del Frente de Todos. Para ello, el Movimiento Evita formó su partido llamado “Patria de los Comunes”. Y Grabois ya se postuló como candidato a presidente. También están entre “los cayetanos”, Barrios de Pie de Menéndez, y la CCC (colateral del PCR).

Además, la Iglesia a través de su Pastoral Social mantiene muy aceitadas relaciones con todos los sectores de la burocracia sindical. De allí los saludos recibidos en 10 año de papado por la CGT.

 Es muy estrecha también la relación política del Partido Comunista Revolucionario, que no tiene nada ni de comunista ni de revolucionario y que integra el Frente de Todos, habiendo conseguido 2 diputados participando en sus listas, uno de ellos Juan Carlos Alderete dirigente de la CCC.

Iglesia colaboracionista y criminal

Cuando se está cumpliendo un nuevo aniversario del golpe del 76 no está de más recordar que la Iglesia Católica Romana siempre fue aliada de las fuerzas de represión, colaborando con ellas para servir de soporte al sistema capitalista. Estuvo al lado de Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet y de todos los fascistas que asesinaron trabajadores.

El 24 de marzo de 1976 los militares argentinos establecieron una sangrienta dictadura que asesinó a 30.000 personas. Como no podemos extendernos en ejemplos, para tratar de demostrar el tenebroso accionar de la Iglesia, vamos a mencionar la tarea llevada adelante por un cura que fuera Capellán de la Policía de Rosario. En el terrible período de la dictadura el cura Eugenio Zitelli desarrolló su trabajo más cruel. Entre 1976 y 1979 era jefe de la policía rosarina el gendarme Agustín Feced, imputado por 270 crímenes de lesa humanidad. Bajo su jefatura y por su condición de capellán, el cura Zitelli tenía acceso a los datos personales y a los informes de todos los detenidos que él mismo ayudaba a confeccionar, y también participaba de los interrogatorios en los cuales se daba tormento. El cura justificaba los procedimientos y exoneraba a los verdugos. Con terrible cinismo llegó a decir: “Sin tortura no hay confesión”. La muerte de Zitelli en 2018 provocó indignación porque no llegó a ser juzgado. El juicio de la causa Feced 3, en la que el sacerdote estaba procesado, fue postergado 4 veces. Hubiera sido el primer cura juzgado en Santa Fe como actor del terrorismo de Estado y el segundo en el país después del capellán Cristian Von Wernich detenido en 2003 y condenado a reclusión perpetua en 2007 por casos de secuestro, tortura y homicidios calificados. A pesar de esto, antes de morir, el arzobispo Eduardo Mirás lo ascendió mediante orden del Vaticano al rango de monseñor y siempre sus abogados fueron pagados por el arzobispado de Rosario.

Iglesia y pedofilia

Al festejar los 10 años de papado de Bergoglio sus adherentes lo presentan como un combatiente contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Argumentan que, en febrero del 2019, Francisco convocó una cumbre de líderes de la Iglesia que terminó con un llamado “a una batalla total contra el abuso de menores” e insistió en que la institución necesitaba proteger a los niños “de lobos rapaces”. ¿Se puede creer a Bergoglio capaz de semejante cruzada? ¿o solo será un lawfare en la interna vaticana?

Lo que ocurre en realidad es que la cantidad de abusos sexuales cometidos contra menores en el seno de la Iglesia ha tomado estado público, y alcanza tales dimensiones que ha obligado al Papa a pronunciarse.

Un ejemplo de esto es Portugal, un país en el que cerca del 80% de su población es católica. Allí, bajo su cobertura piadosa, sacerdotes y miembros del clero católico portugués abusaron de casi 5000 chicos desde 1950 hasta hoy, según el psiquiatra infantil Pedro Strecht, al frente de una comisión que investigó el tema. El obispo José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa dijo: “El informe publicado hoy revela una realidad dura y trágica. Creemos sin embargo que el cambio está en marcha (…) Pedimos perdón a las víctimas (…) es una herida abierta que nos avergüenza” (Telam 13/2/23)

¿Quién puede suponer que estos parásitos hipócritas no se enteraron de estos hechos cuando fueron denunciados? ¿Después de 70 años sin hacer nada ahora “el cambio está en marcha”? La nota mencionada agrega que “Los obispos portugueses se reunirán en marzo para sacar conclusiones del informe y ‘erradicar en la medida de lo posible esta lacra de la vida de la Iglesia’”.

¡Genial “…en la medida de lo posible…” ¿No es esto una burla hacia las víctimas y toda la sociedad?  En realidad, los obispos deben estar pensando sobre el alcance de este reconocimiento y hasta dónde afectará su buena vida.

Otro ejemplo: Irlanda era considerada la nación más católica del mundo, sin embargo, “entre 1996 y 2001 la asistencia regular a misa decayó de un 60% a un 48% (hacia 1973 superaba el 90%)” (Wikipedia, datos de 2016)… los abusos sexuales han sido absolutamente devastadores para la Iglesia, no sólo por el sufrimiento de las víctimas, sino también por el hecho de que cuando las víctimas los denunciaron, cuando hablaron con los que ocupaban posiciones de liderazgo dentro de la Iglesia se les dijo que lo estaban investigando, se les ignoró sistemáticamente”, señaló Michael Kelly editor del periódico Católico Irlandés.

Las denuncias contra esta pandemia de abusos sexuales dentro de la Iglesia latina, se extiende también por Alemania, Países Bajos, Chile, EE.UU., Italia y algunos más.

La doble moral de Bergoglio y la Iglesia Católica

La iglesia católica en nuestro país no está exenta de los horrores mencionados más arriba. Desde 2002 hasta 2017 había 62 sacerdotes denunciados (hoy no sabemos). De ellos, 59 son curas, obispos y arzobispos. “…recibieron condena judicial 8 y sólo 3 curas fueron sancionados con la expulsión del estado clerical…”. Los nombres de cada uno de ellos aparecen en una lista publicada por Infobae en marzo de 2017.

Pero, si existe un caso modelo de tanta duplicidad, de tanta doble moral, de tanta podredumbre en la iglesia, es el del cura Julio César Grassi, protegido por el entonces cardenal Bergoglio. Creador de la Fundación Felices los Niños, este cura, bajo el gobierno de Carlos Menem, recibió de Domingo Cavallo (su ministro de Relaciones Exteriores y Culto) un “subsidio” de 5 millones de dólares y 65 hectáreas en la localidad de Hurlingham para la Fundación. Además, su exposición mediática le permitió vincularse a personas de la política y del mundo empresarial (Amalia Fortabat, Bunge y Born, Chiche Duhalde, Bernardo Neustadt y muchos más). El cura fue condenado por la justicia en 2009 a 15 años de cárcel por abuso sexual y corrupción de menores, también condenado a 2 años de prisión por malversación de fondos en beneficio propio. En 2014 el director de Hogares de la Fundación lo denunció ante la fiscalía N° 8 de Morón por el robo de comida de los niños y las donaciones. Nada pudieron hacer sus “vinculaciones” para que evitara la cárcel, aunque pusieron a su disposición más de 24 abogados. Ahora, por un ajuste en los cálculos sobre la cantidad de años que debía estar preso, su estadía en la cárcel será hasta el año 2028.

Pero, fijémonos y tengamos en cuenta, la defensa más acérrima y más tenaz para Grassi la proporcionó Jorge -Francisco 1°- Bergoglio!, en ese momento cabeza de la Iglesia Católica en Argentina y jefe de la Conferencia Episcopal del país, quien atribuyó la caída de Grassi al complot pergeñado por un grupo mediático. Entonces la Conferencia Episcopal que Bergoglio encabezaba comisionó al abogado penalista Marcelo Sancinetti para que escribiera 4 libros, “Estudios sobre el caso Grassi”, destinados a refutar los relatos de los abusados y mostrar un Grassi inocente. A pesar de esa jugada de Bergoglio, en el año 2017 la Suprema Corte bonaerense confirmó la sentencia y el cura pedófilo fue trasladado a la Unidad N°41 de Campana, donde sigue hasta hoy.  Allí celebra misa todos los domingos porque sigue siendo sacerdote. La protección continúa aún dentro de la cárcel. Se ufana diciendo “tengo mis óbices sacerdotales”, “la iglesia no me ha soltado la mano”.  ¡En eso no miente!

Jorge Bergoglio, también protegió al ex obispo Gustavo Zanchetta condenado por la justicia de Orán (Salta) a 4 años y ½ de prisión efectiva por abusar sexualmente de 2 seminaristas. Sin embargo, por problemas de salud renunció como obispo, tras lo que abandonó Argentina y se instaló en España donde fue nombrado por Francisco I como Asesor del ente para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica que gestiona los bienes y propiedades de la Curia Romana… aunque está a la espera de un “veredicto preliminar” de la iglesia por su condena.

Bergolio es uno de los mayores encubridores de curas abusadores, y estos ejemplos demuestran cómo durante décadas la estructura creada por el Vaticano garantizó la impunidad de estos casos aberrantes. Impunidad agravada por la estrecha relación que existe entre la Iglesia Católica latina de nuestro país y el Estado que la mantiene.

¡Cuánta hipocresía, cuánta doble moral de Bergoglio y la Iglesia!

Estado capitalista e iglesia católica

La Iglesia Católica Apostólica Romana tiene alrededor de 1.340 millones de fieles en todo el mundo, y en nuestro país cerca de 34 millones. Por ser el culto oficial, contemplado en la Constitución Nacional, es mantenida por el Estado. El último presupuesto que conocemos (2018) le otorgaba $177 millones, cifra que debe haber aumentado al día de hoy. ¡Pobres curas, a ellos también los afecta la inflación! ¡Sólo que reciben los aumentos de “arriba”, sin trabajar!

Con esa cantidad de dinero el Congreso Nacional mantiene a 140 obispos y arzobispos, 640 curas y 1200 seminaristas. Además de otras transferencias como, por ejemplo, para la refacción de sus edificios y subvenciones a escuelas religiosas, tampoco pagan impuesto a las ganancias, ni IVA. Pero, junto al hecho de llenar sus estómagos gratuitamente, consiguen otros beneficios.

El socialismo, la Iglesia y la religión

Sostenemos la posición marxista en relación a la iglesia y la religión, tal como la expone Lenin en dos artículos sobre la cuestión, sintetizada en los siguientes párrafos:

“La religión es el opio del pueblo. Esta máxima de Marx constituye la piedra angular de toda la concepción marxista en la cuestión religiosa. El marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera”. [1]

No había contradicción ninguna entre la posición de Marx y la de Engels que condenaba con energía la idea seudorrevolucionaria sobre la prohibición de la religión en la sociedad socialista. Ya que una cosa es la total separación de la Iglesia y el Estado, tal como se desprendía del Programa de Erfurt (1891) «Declarar la religión un asunto privado», y otra cosa la eliminación de la religión por mecanismos administrativos o represivos del Estado.

Pero esta distinción entre Iglesia (institución) y la religión engendró una nueva distorsión del marxismo en el sentido oportunista, en el sentido de que nuestro Partido considera la religión un asunto privado.

“El Partido del proletariado exige del Estado que declare la religión un asunto privado; pero no considera, ni mucho menos, «asunto privado» la lucha contra el opio del pueblo, la lucha contra las supersticiones religiosas, etc. ¡Los oportunistas tergiversan la cuestión como si el Partido Socialdemócrata (*) considerase la religión un asunto privado!” [1]

“Nosotros exigimos que la religión sea un asunto privado en relación con el Estado, pero no podemos considerar, en modo alguno, la religión como un asunto privado en relación con nuestro propio partido. El Estado nada tiene que hacer con la religión; las sociedades religiosas no deben estar ligadas al poder del Estado. Toda persona debe ser completamente libre de profesar la religión que le plazca o de no reconocer ninguna religión, es decir, ser ateo, como lo es, habitualmente, todo socialista. Cualquier discriminación de los derechos de los ciudadanos relacionada con sus creencias religiosas es completamente inadmisible. Inclusive toda mención en los documentos oficiales sobre tal o cual creencia religiosa de los ciudadanos debe ser incuestionablemente suprimida. No debe efectuarse ninguna entrega de fondos del Estado a la Iglesia, no deben entregarse sumas del Estado a las sociedades eclesiásticas y religiosas, que deben ser asociaciones de ciudadanos-correligionarios totalmente libres e independientes del poder estatal …Completa separación de la Iglesia del Estado: he aquí la exigencia que el proletariado socialista presenta al Estado contemporáneo y a la Iglesia contemporánea”.

“…En lo que se relaciona con el partido del proletariado socialista, la religión no es un asunto privado. Nuestro partido es una asociación de luchadores conscientes, de avanzada, por la liberación de la clase obrera. Tal asociación no puede y no debe tener una actitud indiferente frente a la inconsciencia, el atraso o el oscurantismo en forma de creencia religiosa. Exigimos una completa separación de la Iglesia del Estado para luchar contra la niebla religiosa con un arma puramente ideológica y solamente ideológica: con nuestra prensa, con nuestra palabra. Pero nosotros hemos creado nuestra asociación, el POSDR (**), entre otras cosas, precisamente para tal lucha contra el engaño religioso de los obreros. Para nosotros, la lucha ideológica no es, pues, un asunto privado, sino un asunto de partido, un asunto que atañe a todo el proletariado.

Si ello es así, ¿por qué no declaramos en nuestro programa que somos ateos? ¿Por qué no impedimos a los cristianos y a los creyentes en Dios la entrada a nuestro partido? La respuesta a estas preguntas debe explicar la diferencia muy importante que existe entre el planteamiento burgués democrático y el planteamiento socialdemócrata de la cuestión acerca de la religión.

Todo nuestro programa está construido sobre una concepción científica y, precisamente, materialista, del mundo. Por ello, la explicación de nuestro programa también incluye, necesariamente, la explicación de las verdaderas raíces históricas y económicas de la bruma religiosa. Nuestra propaganda necesariamente incluye también la propaganda del ateísmo; la edición de una literatura científica que hasta ahora ha prohibido y perseguido severamente el poder estatal autocrático feudal, debe constituir ahora una de las ramas de nuestra labor partidaria”.[2]

“En los países capitalistas contemporáneos, estas raíces son, principalmente, sociales. La raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos es la opresión social de las masas trabajadoras, su aparente impotencia total frente a las fuerzas ciegas del capitalismo, que cada día, cada hora causa a los trabajadores sufrimientos y martirios mil veces más horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento extraordinario, como las guerras, los terremotos, etc. «El miedo creó a los dioses». El miedo a la fuerza ciega del capital — ciega porque no puede ser prevista por las masas del pueblo –, que a cada paso amenaza con aportar y aporta al proletario o al pequeño propietario la perdición, la ruina «inesperada», «repentina», «casual», convirtiéndolo en mendigo, en indigente, arrojándole a la prostitución, acarreándole la muerte por hambre: he ahí la raíz de la religión contemporánea que el materialista debe tener en cuenta antes que nada, y más que nada, si no quiere quedarse en aprendiz de materialista”.[1]

“Sería absurdo creer que, en una sociedad basada en la infinita opresión y embrutecimiento de las masas obreras, es posible aventar los prejuicios religiosos exclusivamente por la vía de la prédica. Sería una limitación burguesa olvidar que el yugo religioso que oprime a la humanidad no es más que el producto y el reflejo del yugo económico en el seno de la sociedad. Ningún libro, ninguna prédica podrán ilustrar al proletariado, si no lo ilustra su propia lucha contra las fuerzas oscuras del capitalismo”. [2]

“¿Debe deducirse de esto que el folleto educativo antirreligioso es nocivo o superfluo? No. De esto se deduce otra cosa muy distinta. Se deduce que la propaganda atea de la social-democracia debe estar subordinada a su tarea fundamental: el desarrollo de la lucha de clases de las masas explotadas contra los explotadores”.[1]

“La unidad de esta lucha verdaderamente revolucionaria de la clase oprimida por la creación del paraíso sobre la tierra es más importante para nosotros que la unidad de opinión del proletariado acerca del paraíso en el cielo.

He aquí por qué en nuestro programa no hacemos ni debemos hacer declaración de nuestro ateísmo; he aquí por qué no hemos impedido, y no debemos impedir, a los proletarios que aún conservan tales o cuales resabios de viejos prejuicios, el acercamiento hacia nuestro partido.

El proletariado revolucionario ha de lograr que la religión sea realmente un asunto privado para el Estado. Y en ese régimen político, liberado del moho medieval, el proletariado emprenderá una lucha vasta, abierta, por la liquidación de la esclavitud económica, que es la fuente verdadera del engaño religioso de la humanidad”. [2]

Leo K, 13/3/23

[1] Actitud del partido obrero hacia la religión; Lenin 1909

[2] Socialismo y religión; Lenin 1911

(*) Se refiere al Partido Socialdemócrata alemán.

(**) POSDR Partido socialdemócrata ruso, antecesor del Partido Bolchevique y del Partido Comunista de la URSS

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