ELECCIONES BURGUESAS EN BOLIVIA, GANA EL MAS Y ¿AHORA QUÉ?

(Nota perteneciente a manifiesto internacional N° 4, PCO-CSR TOPO OBRERO-FSR)

El gobierno de Evo Morales, aferrado al poder por la dependencia de los recursos estatales de la burguesía emergente que representaba, cometió fraude en 2019, ese fraude fue en contra de las variantes burguesas de la derecha tradicional. Pero la pugna interburguesa no se limita al proceso electoral, esos sectores se reorganizan y organizan a la pequeña burguesía en las principales capitales del país, cuya consigna fue el 21f y luego el fraude de 2019, y que, aprovechando que la política del MAS a su favor durante 14 años permitió que se reposicione políticamente
(a pesar de que luego de la guerra del gas estaba dada la correlación de fuerzas para acabar con el latifundio y sepultarla), y también aprovechando el desgaste del MAS por su política anti obrera que se expresó más claramente desde la llegada de la crisis al país el 2015, termina con una movilización masiva bloqueando las ciudades del país, conformando equipos de choque cuasi paramilitares, y organizado el motín policial en todos los municipios del país, que junto al ejército terminan concretando el golpe de Estado a la variante burguesa que representaba Evo Morales.

Esta expresión de la pugna inter-burguesa entre el MAS y la burguesía tradicional, se da en un contexto de crisis económica capitalista que, sumado a la crisis sanitaria por la pandemia, nos obligó al confinamiento por meses. Todos estos elementos hicieron inadmisibles la vida económica en la mayoría de la clase trabajadora y sectores empobrecidos del país, que viven del día a día. 

Producto de esta situación, para la enorme mayoría de la clase trabajadora y sectores empobrecidos del país fue el gobierno de Añez el responsable directo de esta situación debido a los siguientes elementos: dar vía libre a la burguesía para aplicar ajustes entre ellos el despido de sus fuentes laborales de muchos trabajadores; de carácter pro-imperialista principalmente con la norteamericana a través del FMI Y BM para que nosotros, los trabajadores, paguemos la deuda externa; y finalmente racista, debido a que masacró a campesinos y a los sectores más empobrecidos para aleccionar a título de “recuperación de la democracia” y pacificación del país. 

Un análisis más profundo demuestra que la crisis fue co-gestionada junto con el MAS desde el parlamento que, sea abierta o veladamente por su discurso, o bien apoyo o bien no opuso resistencia al gobierno en las principales medidas mencionadas. Sin embargo, las masas al votar no consideraron este aspecto, el hecho de que las distintas variantes burguesas, sin duda diferentes, y que coyunturalmente se enfrentan, componen el crisol de tuercas que hacen andar la maquinaria capitalista. Las masas se sintieron atacadas y se replegaron hacia el partido que consideran menos de derecha y más popular.

Luego de un año de dura crisis, las grandes masas de sectores empobrecidos del país, sintieron que debían terminar con quienes consideraron responsables de toda esta nueva situación, es por ello que en las pasadas elecciones depositaron nuevamente su confianza en la variante burguesa que le dio estabilidad económica durante más de diez años. Los productos distorsionados y sumamente limitados de su propia lucha como la renegociación de contratos con las transnacionales petroleras con mayor participación estatal, medidas mínimas que debía hacer el MAS para contenerlas y revitalizar el capitalismo, con el tiempo las masas pasaron a verlo como si hubieran sido “gracias al MAS” y todo en un contexto de bonanza en el precio de materias primas. Esto explica el contundente triunfo del MAS en las pasadas elecciones. Pero como FSR sabemos que esta ilusión no durará mucho tiempo, ya que el nuevo gobierno dará continuidad, a su manera, a las políticas del pasado. 

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El nuevo gobierno del MAS a diferencia de las gestiones pasadas estará sumergido en una nueva situación política internacional que pueden señalarse en los siguientes elementos: Por un lado, ya no será un gobierno de bonanza, (en las gestiones anteriores producto de la venta de materias primas con la subida histórica del precio del barril de petróleo) sino de crisis capitalista, que llegó al país en 2015 pero que es más profunda ahora. Por otro lado, producto de la crisis económica capitalista, será un gobierno de mano dura contra los trabajadores ya que intentará demostrarle a la burguesía nacional y trasnacional de que son un gobierno fuerte capaz de contener a las masas como ya lo venía demostrando en sus últimos años. Esto ira de la mano con el ataque a cualquier intento que desarrolle una política independiente de la clase obrera que pueda disputarle su hegemonía por izquierda. Finalmente, el gobierno de Arce y Choquehuanca no tendrá el apoyo social de los primeros años del MAS, las masas han pasado de un apoyo militante a un apoyo ora más pasivo ora más activo según la defensa ante ataques de la burguesía tradicional y no de la simpatía al MAS. La burguesía tradicional y facciones más reaccionarias seguirán fortaleciéndose gracias al propio MAS, que en su política conciliatoria no hará más que ceder ante ella, y estos sectores no dudarán en volver a aprovechar la inestabilidad del gobierno en su favor a la primera oportunidad.

En ese sentido, el nuevo gobierno que asume, será relativamente débil, ya que tendrá que gobernar en la coyuntura de una fuerte crisis económica mundial y la pandemia, adoptando un bonapartismo muy duro, puesto que buscará disciplinar a la clase trabajadora y sectores más pobres del país para con ello satisfacer a la burguesía demostrando que puede gobernar protegiendo sus negocios y ganancias.

Por lo tanto, no debemos tener ninguna confianza en el gobierno entrante, ya que la realidad de la clase trabajadora y sectores oprimidos del país no cambiara, sus políticas no representan nuestros intereses, sino de la burguesía tradicional, la emergente y el imperialismo opresor. A ello se suma la traición por parte de los ejecutivos de nuestros entes matrices, que nuevamente serán cooptados por el nuevo régimen para contener nuestras luchas. Por eso es importante como primer paso recuperar las direcciones de nuestros sindicatos, de los entes matrices, para darle un carácter de independencia política-sindical de clase y con ello sostener al ataque por parte de la burguesía y su Estado. Solamente organizándonos y con ella la conformación del Partido de la clase obrera, evitaremos que todo el peso de la crisis económica capitalista caiga sobre nuestras espaldas, y conducir las riendas hacia un verdadero socialismo en post de terminar con la miseria e injusticia para un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.

Fabriles Socialistas Revolucionarios

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