Rechacemos la nueva ley de ART

Repudiemos la adhesión de Lifschitz y Perotti

El gobierno de Lifschitz, en el marco de los acuerdos de transición con el gobernador electo Perotti, y como parte del Pacto Fiscal que acordó el año pasado con Macri, pretende implementar la adhesión de la provincia de Santa Fe a la nueva Ley de ART, aprobada en el Congreso nacional.

Esta adhesión es parte de la Reforma Laboral aplicada en los hechos, que exige el FMI y el imperialismo y que, impulsada por el macrismo, sin dudas van a continuar los futuros gobiernos del PJ, Alberto y Cristina Fernández en la nación y Perotti en Santa Fe. En ese mismo sentido figura el planteo de Perotti reclamando frenar los pases a planta permanente de personal con años de trabajar como “transitorio” y anunciando el fin de la cláusula gatillo en estatales para el año que viene.

La ley es nacional, pero para que tenga validez en cada provincia la tienen que votar las legislaturas provinciales. Capital Federal, la provincia de Buenos Aires y Córdoba ya la han votado, y Santa Fe, es la única de las “provincias grandes” que todavía no ha hecho tal adhesión. Ya ha tenido media sanción en la cámara de senadores de la legislatura provincial en la cual, “casualmente”, tiene mayoría el PJ. Pero todavía falta que se vote en la cámara de diputados para que se implemente.

En que consiste la reforma

Hasta ahora cuando un trabajador sufría un accidente en el trabajo -supongamos una hernia de disco- iba a la ART y si le correspondían por el accidente -supongamos 100-, y te daban la mitad -50-. Si al trabajador no lo convencía lo que decía la ART, agarraba esos 50 y podía ir de un abogado para iniciarle juicio a la ART, para cobrar el resto de la plata que le correspondía. Se llevaba esa plata con la posibilidad de arrancarle algo más.

Pero con la nueva ley, y con las necesidades que tenemos, el trabajador directamente va a cobrar las migajas que diga la ART a través de lo que establezcan estas Comisiones Médicas, integradas por médicos puestos por las mismas ART. Una vez cobrada esa plata, fin del tema, a la casa, roto y con menos de la guita correspondiente. O sea, si hasta ahora cobrar un juicio era muy difícil -porque la justicia no es imparcial, sino que está del lado de los empresarios- ahora va a ser prácticamente imposible.

Pero esto no es todo, el problema va a ser que las patronales al saber que no van a tener juicios, invertirán muchísimo menos en seguridad. Es decir que el problema de la adhesión a la ley es doble, por un lado, padecer el accidente y cobrar dos mangos, y por otro el problema de que se van a incrementar la cantidad de accidentes, porque todos sabemos perfectamente que para los patrones no somos más que un número. Por las modificaciones que se realizaron en la Ley, las empresas ahorraron en el 2018 más de 22.600 millones de pesos en seguros por accidentes y enfermedades labores ya que la lograron reducir el valor de su alícuota. Esto se debe a la reducción de los valores de las primas que fijan las empresas del sector, en buena medida, de acuerdo a los índices de litigiosidad. En Capital Federal, el promedio se ubicó en el 2,27%, mientras que en la provincia de Buenos Aires representó el 3,42%; en Mendoza el 3,48%, y en Córdoba el 3,53%. En Santa Fe el índice de la alícuota es del 4,30%.

Los empresarios ponen la excusa que el costo laboral es muy alto y que hay una “industria del juicio” que no permite la inversión. Nada más alejado de la realidad, son ellos, los patrones, los que viven de nuestro trabajo y no les interesa nada nuestra salud y menos que menos nuestra vida. Esta nueva ley no solo le va a ahorrar millones a las empresas, sino que las mismas ART, van a salir beneficiadas porque van a tener que pagar muchos menos juicios. Las ART -que fueron puestas en vigencia en el año 1995 en pleno menemismo- están vinculadas a los grandes bancos, y durante estos últimos años han sido los grandes ganadores a través de la especulación financiera. La nueva ley solo beneficiará a las nueve empresas de ART que facturaron en su conjunto 85 mil millones de pesos en 2018.

La crisis que los empresarios dicen tener es propia del sistema capitalista. No somos nosotros los trabajadores el problema, el problema es el capitalismo. Y a no equivocarse, la nueva ley de ART beneficia no solo a las grandes empresas sino también a las Pymes que no son ningunos “pobrecitos”, sino que son unos chupasangres que implementan regímenes de trabajo mucho peores que las grandes empresas. Por ejemplo, son las Pymes las tienen los mayores índices de trabajo en negro e informal, ¡andá a accidentarte en una Pyme donde ni siquiera tenés una enfermería ni los mínimos dispositivos de seguridad!

Por eso nosotros decimos que no es un problema sólo del macrismo o de un “modelo”, la crisis va a continuar el año que viene con los Fernández en el gobierno y como ya dio a entender Alberto, la Reforma Laboral va a ser aplicada en complicidad con la burocracia sindical. El problema es el capitalismo.

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Por comisiones de Higiene y Seguridad independientes de las patronales

Mueren 2 trabajadores por día en accidentes laborales en Argentina y son 123 accidentes diarios que se producen en Santa Fe, como los casos de los obreros de la tercerizada de Acindar producto de la explosión de un interruptor, o las muertes el año pasado de los trabajadores de COFCO en Puerto General San Martín o los accidentes que se produjeron en el frigorífico Swift de Villa Gdor Gálvez. Las patronales aceleran los tiempos de producción -o capacitación- o directamente no informan a los trabajadores en cómo realizar trabajos peligrosos, para bajar “costos operativos”.

Estos casos suceden por la complicidad de la burocracia sindical que directamente miran para otro lado dejando pasar la falta de seguridad en el trabajo. Ni siquiera son capaces de hacer una asamblea como pasó en Acindar, a pesar de tener una comisión interna supuestamente combativa. Solo en algunos lugares hay compañeros que son parte de los comités de seguridad y van a fondo con el respeto de las condiciones de seguridad y son capaces de parar la planta. Pero no en todos lados sucede esto. Por eso planteamos la formación de comisiones de Higiene y Seguridad independientes de las patronales y que sean elegidos en asambleas por los mismos trabajadores. Tenemos que ser nosotros mismos los que cuidemos nuestra salud y nuestra propia vida, sino no lo va a hacer nadie.

Hay que frenar la adhesión a la ley en la Provincia

Independientemente de la rosca interna del PJ y el PS, de quien votará o no la adhesión a la ley, los trabajadores no podemos dejar librado a lo que decidan diputados que en su amplia mayoría no sabemos ni como se llaman. Acá no se trata de si hay legisladores que “no tienen agallas” o no tienen “humanidad”; defienden, sin más, los intereses de los empresarios.

Por eso más allá de que haya algunos que se opongan a la adhesión a ley, los trabajadores no podemos dejar librado a que las instituciones del régimen capitalista puedan resolver nuestros problemas, tenemos que utilizar nuestros métodos de lucha; son los únicos con los cuales les hemos arrancado conquistas a los empresarios, es decir: haciendo huelga. Confiar en las instituciones del sistema es un camino sin salida. Como les pasó a los aceiteros en el 2018 cuando supeditaron toda su lucha contra los 65 despidos a lo que decía el Ministerio de Trabajo provincial. La Federación aceptaba todo lo que decía el Ministerio, mientras la patronal no lo hacía, así fue desgastando a los trabajadores despedidos, pero nunca se impulsó un paro nacional de la Federación, como sí había sucedido en el triunfo de la huelga del 2015. Conclusión es sencilla: con huelga hubo triunfo, confiando en el Ministerio de Trabajo hubo derrota.

Sabemos que en esta situación un paro no va a salir así nomás, se necesita una preparación. Por eso planteamos que lo que hace falta es que los dirigentes de las Federaciones y Sindicatos que están en contra de la ley hagan una fuerte campaña de explicación y concientización al conjunto de la base del movimiento obrero de la región, acerca de cuáles son las terribles consecuencias que trae la aplicación de esta ley.

En la última reunión que se dio en la legislatura provincial, participaron varios dirigentes de sindicatos y federaciones rechazando la adhesión: Gustavo Terés por Amsafé Rosario, también de la Federación de Aceiteros, del Siprus, de La Bancaria, de ATE, del Sindicato de Jaboneros y de otros más. Ellos son los que deben comenzar a realizar esta campaña en las bases de sus propios gremios para luego hacer un llamado al conjunto de los trabajadores de la región. Puede ser una convocatoria abierta a un plenario de delegados y activistas a nivel regional que discuta un plan de lucha, el cual contemple alguna medida de acción directa el mismo día que se trate la adhesión a ley en la Legislatura. También la Federación Aceitera, en el marco de su huelga nacional puede tomar como parte del pliego de reivindicaciones el rechazo a la adhesión a la ley de ART haciendo efectivo un paro cuando se termine la conciliación obligatoria. El rechazo a la ley puede servir de catalizador para ampliar a otros sectores el mismo paro de la Federación.

Al mismo tiempo hay que arrancarle a Perotti un pronunciamiento público contra de la adhesión a la ley y a Alberto Fernández que cuando asuma va a derogar con un DNU, la ley del macrismo.

Estamos hablando de nuestra propia vida, la salud es lo primero, la vida es el límite, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Pasamos nuestra vida en los trabajos, cada vez con menos tiempo para estar con nuestra familia, y si nos “rompemos”, estos criminales de las patronales y las ART, ni siquiera te permiten llevarte unos mangos, para poder zafar hasta conseguir un nuevo laburo. Somos nosotros mismos los que tenemos que velar por nuestra seguridad.

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