Respuestas a preguntas de un trabajador

La Causa Obrera nos dice que ni Milei ni el peronismo pueden resolver los problemas de los trabajadores, ¿por qué?

Solo hay dos maneras de organizar la sociedad: la manera capitalista o la manera socialista. No existe una tercera manera. La tercera posición peronista era sólo una forma de capitalismo.

Para sintetizar en lo más importante digamos que en Argentina, dentro de la manera capitalista esta la manera liberal y la peronista, que se encolumnan en el plano internacional con la neoliberal o socialdemócrata. Tienen diferencias, pero no son modelos contrapuestos. Son dos caras del capitalismo. Para no ir más atrás digamos que en el 2001, tras el estallido social y las grandes movilizaciones de desocupados, la burguesía necesitaba instalar un gobierno del ala izquierda del peronismo que sirviera para desmovilizar, y reencausar dentro de las instituciones las energías populares desatadas. A nivel internacional el kirchnerismo tenía afinidad con los imperialistas demócratas de EEUU y con la “tercera vía” del inglés Tony Blair. El ascenso de masas los ubicó en América Latina entre el radicalizado Chávez y el moderado Lula. La burguesía no tuvo mayores problemas con el gobierno kirchnerista mientras “la levantaban con pala”, hasta la crisis del 2008 y después aun hasta el estancamiento 2011-2013.

Pero cuando hay una crisis económica el capital exige “desregulación”, es decir, que se liberen sus manos para poder explotar como sea necesario, que se privaticen las empresas estatales, que se liquide todo lo posible el salario social, que el Estado se achique y se desprenda de toda “la casta de parásitos improductivos” que eran útiles o tolerables para las patronales en los buenos momentos. Ahora que el barco hace agua hay que echar lastre. La industria que por no ser competitiva se sostenía con subsidios estatales cerrará. Es parte del plan. Por eso cuando le dijeron a Milei que por las importaciones chinas muchas empresas cerrarían respondió ¿Y?

La propia crisis del capitalismo hace que el peronismo gire a la derecha. De allí que muchos trabajadores entiendan que la reiterada vuelta al liberalismo procede del fracaso de los gobiernos peronistas o socialdemócratas. El golpe militar del 76 impuso una linea económica liberal después de la crisis del gobierno peronista de Isabel Perón; El peronista Menem desarrolló su política “neoliberal” después de la hiperinflación del radical socialdemócrata Alfonsín; y Macri primero y Milei ahora, ganaron las elecciones como reacción ante los últimos gobiernos kirchneristas. 

Y esto se debe a la crisis en la que reincidió el capitalismo en los 70s. El capitalismo es como el perro que se quiere morder la cola y da vuelta en círculos en ese intento. Liberales y peronistas se han alternado en el poder, pero al fin de cada gobierno hay más pobreza, más desocupación y los trabajadores estamos más explotados.

Esta es la manera capitalista, ya la conoces, no hay otra. Es la que nos lleva de crisis en crisis, cada vez más abajo.

El capitalismo se basa en la propiedad privada de los medios de producción, la explotación del trabajador por parte del capitalista, y en el mercado. Es decir, la fábrica es del patrón. Vos vas a trabajar por un sueldo, no tenés medios de producción, solo tenés tu fuerza de trabajo para vender por un salario. De lo que vos producís el patrón obtiene su ganancia, que va acumulando en forma de capital. El capital acumulado es tu trabajo no pagado.

Vas todos los días a trabajar. Ahí se te va la vida, entre la jornada de trabajo y el viaje de ida y de vuelta son 12 hs por lo menos. Con suerte te queda el domingo para vivir. Cuando al patrón las cosas le van bien, te hace trabajar como perro, horas extras, más ritmo de producción, más explotación, para sacar más ganancia. Imaginate cuánto te explota que pagando la hora extra un 50% o un 100% más, igual gana plata.

Pero, cuando las cosas le van mal, o simplemente le conviene más importar de China, te suspende o directamente te despide. Te quedás en la calle y listo, arréglate como puedas. El derecho al trabajo está solo en el papel. En el capitalismo el patrón tiene “la libertad” de echarte cuando quiera. Y encima te quiere pagar media indemnización o pagarla en cuotas.

Esto quiere decir, que vos como trabajador estas sometido a los vaivenes de la economía capitalista. Pero no solo a los problemas económicos de la Argentina, porque no estamos aislados del mundo. Hace mucho tiempo que la economía es una unidad mundial dominada por los países imperialistas, aunque cada país encaja en esa unidad con sus características particulares.

Los problemas que son propios de las características semicolonial de nuestro país están supeditados a la situación de la economía mundial. Por eso en Argentina se profundizó la crisis de manera sincronizada con la crisis mundial de 2000-2002 (recordemos el levantamiento popular de fines de 2001). Y la posterior recuperación mundial, tuvo un efecto muy importante al darle el “viento de cola” al gobierno de Néstor Kirchner, que le alcanzó hasta la crisis mundial más profunda de 2008. Desde ese momento venimos cuesta abajo, como el resto del mundo, pero peor, por los problemas particulares que arrastramos.

Cuando la situación económica llega a una crisis, las patronales y los gobiernos “ajustan” a los trabajadores para tratar de sostener sus ganancias. Y por eso nuestros salarios cada vez alcanzan para menos, cada vez hay más pobreza y desocupación. Pero a diferencia de la crisis de 2001 esta vez no hay viento de cola. Es porque el capitalismo no va más. Ha llegado a un límite histórico. Y por eso las principales potencias se están preparando para una guerra mundial. Es la consecuencia inevitable propia del capitalismo.

Pero Uds ¿que proponen?

Hay que terminar con el capitalismo, e instaurar un gobierno de trabajadores que avance hacia el socialismo.

El socialismo se basa en la socialización de los medios de producción, es decir, en lugar de que la fábrica sea propiedad privada del patrón, sería propiedad social administrada por los trabajadores. En lugar de perseguir el fin de obtener ganancia a toda costa para el patrón, y estar sometidos a las leyes ciegas del mercado, que llevan indefectiblemente a las crisis, la planificación de la economía, que es lo contrario a la anarquía del mercado, permitiría satisfacer las necesidades de toda la población.   

Se nacionalizaría la tierra, se expropiarían las fábricas, el transporte y las grandes cadenas comerciales pasarían a manos del Estado. Se establecería un banco estatal único. Se impondría un monopolio del comercio exterior. Se repartirían las horas de trabajo -reduciendo la jornada laboral- para que haya plena ocupación, con un salario que cubra todas las necesidades propias de una vida digna. Una parte de lo producido quedaría en un fondo social, para garantizar la salud y la educación gratuitas, la construcción de viviendas, obras de infraestructura, y para invertir en nuevas industrias según el plan elaborado.

En lugar de la “casta” política, en el Parlamento habría solo representantes de los trabajadores, que ganarían el mismo sueldo que si estuvieran laburando y serían revocables por sus electores. El Ejecutivo, designado en el Parlamento, rendiría cuentas directamente ante los representes del pueblo trabajador.

En la fábrica, todo se discutiría en asamblea y se elegirían, además de los delegados, el comité de dirección de la empresa.

En lugar de un aparato de represión que depende del Estado burgués, habría una milicia obrera integrada por trabajadores que continúan en sus lugares de producción y algunos días prestan servicio en la milicia.

¿Se puede hacer pacíficamente?

Por supuesto que, este sistema no se puede alcanzar en las elecciones, poniendo un papel en una caja de cartón. Eso es una ilusión. Creer que las cosas se pueden arreglar votando, esperando a que en 2027 que aparezca “alguien” que resuelva las cosas mágicamente es un autoengaño. Es como creer en los reyes magos. Nunca los trabajadores consiguieron mejoras sin luchar. Para cambiar las cosas de raíz, hace falta una gran lucha de gran parte de la clase trabajadora, una revolución. Esta revolución tendrá que derrotar al aparato represivo de la burguesía, incluyendo las FFAA, cuya función principal es defender el sistema capitalista. Si, claro, no es facil.

Pero el capitalismo nos está llevando a una catástrofe climática muy grave que será irreversible en pocos años. Peor aún, la Tercera Guerra Mundial está muy cerca. Las potencias aumentan sus armamentos y prueban los misiles y sus armas nucleares. La Argentina, alineada en el bando yanki no se va a salvar.

De estas dos catástrofes provocadas por el capitalismo solo nos puede salvar la revolución obrera y socialista. No es facil, pero es una necesidad de vida o muerte. Y por eso ya, ahora mismo hay que organizar un partido revolucionario capaz de hacerla realidad.

Pero Uds ¿quieren imponer una dictadura?

La dictadura ya está impuesta. En el capitalismo vivimos bajo una dictadura. Es la dictadura del capital. Está prohibido levantarse contra el régimen que sostiene y defiende la propiedad privada de los medios de producción. Cualquier manifestación que atente contra ese orden -y por mucho menos- es brutalmente atacada por el aparato de represión del Estado.

Para presentarse a elecciones el programa del partido debe adecuarse a la Constitución en la que establece la defensa del orden burgués. Si un partido, una vez llegado al poder por la via electoral quisiera cambiar la Constitución para establecer un orden socialista, habría un golpe de estado para desalojarlo del poder. En el 76 hubo golpe de Estado porque la clase trabajadora resistía con sus luchas y la huelga general, a la imposición de un plan ajuste económico similar al que está imponiendo Milei ahora.

En la fábrica la dictadura del capital se impone de manera más cruda, ya que al marcar el reloj te entregás a las leyes de la explotación capitalista, en las que no dispones de libertad ni para ir al baño.

Es la dictadura de la minoría capitalista de la sociedad sobre la mayoría trabajadora. Se concreta en el Estado burgués, sus leyes y su aparato de represión.

Sí, cuando triunfe la revolución socialista, por un tiempo será necesario establecer una dictadura, pero sería TU dictadura, la dictadura del proletariado. Solo sería dictadura para los contrarrevolucionarios, pero los trabajadores tendrán el control del Estado a través de sus organizaciones asamblearias.

Para cambiar la sociedad, durante un período que llamamos de transición, hace falta imponer la “dictadura del proletariado”. La clase trabajadora en el poder tendrá ella el monopolio de las armas y reprimirá cualquier intento de la clase capitalista y sus agentes de actuar contra la revolución. Solo la minoría contrarrevolucionaria será reprimida, pero la gran mayoría de la población trabajadora tendrá mucha más libertad que nunca. Y la principal libertad va a ser la de manejar las fuerzas de la producción, para poder satisfacer las necesidades y decidir libremente su destino.

El Estado surge históricamente con la división de la sociedad en clases antagónicas. Es el aparato de opresión de una clase por otra. Cuando después de ese período de transición hayamos podido eliminar las clases sociales, el Estado se irá extinguiendo como aparato de represión, y solo quedará como administrador de la sociedad.

Así como ves hay solo dos opciones. El capitalismo no solo nos hunde más en la miseria, sino que nos pone a corto plazo ante una nueva catástrofe, la tercera guerra mundial que será mucho más devastadora que las dos guerras mundiales anteriores ocurridas en esta época imperialista.

La otra, el socialismo es muy dificil de alcanzar, pero no imposible. La gran virtud de la Revolución Rusa de 1917 fue demostrar que la clase obrera podía conquistar el poder y organizar la producción de un Estado, llevándolo de ser el más atrasado de Europa a ser la segunda potencia mundial solo detrás de EEUU.  Fue el primer intento, abortado por el stalinismo. Pero no hay otra vía ni futuro para la humanidad que la revolución socialista.

7/12/25

Deja una respuesta