Las imágenes de la movilización del 12 de marzo en apoyo a los jubilados fueron más que elocuentes, la represión por parte de las FFSS que dirige Bullrich fue con una saña muy pocas veces vista, decenas de heridos y cientos de detenidos, entre ellos había hasta adolescentes que salían de un colegio.
El caso más grave fue el de Pablo Grillo cuya vida todavía está en riesgo. Pero no fue el único, son varios los que quedaron registrados a través de los videos, como el de la jubilada, Beatriz Blanco, de 81 años, que cayó desplomada al piso, luego de ser brutalmente atacada por un policía federal. Al ver estos hechos hubo un sentimiento unánime ¡¡Fuera Bullrich represora asesina!!
Se está terminando la paciencia
La movilización que espontáneamente respondió a la convocatoria inusual de los hinchas de futbol revela que la situación social es tan grave que a un sector importante de los trabajadores se le está acabando la paciencia, incluyendo seguramente a una parte de los que hasta ahora tenían alguna expectativa en el gobierno.
La ofensiva represiva del gobierno tuvo como objetivo quebrar la movilización espontánea de los miles de activistas, para que a nadie se le ocurra desafiarlo. Esa espontaneidad es potencialmente la más peligrosa para el régimen porque escapa al control de los aparatos burocráticos políticos y sindicales, que son los que frenan la lucha para mantenerla en los canales institucionales del régimen. Pero esa fuerza de la clase trabajadora y el pueblo pobre -que tiende a desbordar el control burocrático- para que sea efectiva hay que organizarla en las fábricas y otras estructuras laborales, los barrios obreros y populares, en los hospitales, las facultades y colegios.
El gobierno tiene el respaldo de los grandes capitalistas, que -aunque algunos afectados ya le hacen reclamos- todavía esperan de Milei más leyes y decretos antiobreros (reforma laboral y previsional) que aumenten sus ganancias. Por eso los grandes medios de difusión, justificaron en todo momento la represión mintiendo que la culpa había sido de los “barrabravas violentos”. ¡Nosotros reivindicamos el espíritu de lucha de los jubilados, así como el de los jóvenes y trabajadores que se movilizaron, y resistieron a los perros rabiosos del capital!
Aunque el gobierno logró -con bastante esfuerzo- dispersar la manifestación, y logró “controlar la calle”, pagó un importante costo político por la brutalidad de los métodos represivos.
Eso explica que, en la concentración del miércoles 19, se encargaran de vallar a unas cuadras del Congreso, para que no se produzca ninguna confrontación. De cualquier manera, la concurrencia fue menor, probablemente porque muchos compañeros deben haber calculado, que, para un enfrentamiento directo tan duro, hace falta una mejor preparación.
Pero también el peron-kirchner-ismo y la burocracia sindical, se han encargado de frenar e intentar canalizar la bronca. Una vez más demuestran que son los bomberos del régimen, uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene el régimen capitalista en Argentina. Es que su línea no es tirar abajo a Milei mediante la movilización, sino como dijo Grabois “con la constitución en la mano”. En realidad, sólo buscan condicionarlo electoralmente. O más bien evitar que gane las elecciones de este año, por lo menos en la provincia de Buenos Aires. Es decir, se limitan a cuidar sus cuotas de poder, pero dejan pasar toda la política de ajuste.
El gobierno logró un respiro momentáneo
La aprobación del DNU, que habilita al gobierno a volver a endeudarse con el FMI, le ha dado un respiro, pero es momentáneo. Es que el plan económico del gobierno está crujiendo por todos lados. Durante esta semana el Banco Central ha tenido que salir a vender casi U$S 1000 millones de dólares, para frenar la corrida bancaria, el dólar alcanzó los $1300 con una brecha del 20% con el oficial. La cara de póker de Caputo, tratando de justificar que no habría devaluación, era muy evidente, pero a este sátrapa, nadie le compra un auto usado. El acuerdo con el FMI, implica levantar el cepo y devaluar, y los trabajadores ya sabemos las consecuencias.
Milei se jactaba que si hacía el ajuste no iba a hacer falta volver al FMI, pero resulta que, a pesar de semejante ataque a las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre, así como también de la clase media, tiene que volver a mendigar al FMI. Hasta ahora la baja de la inflación venía convenciendo que la situación económica se estaba “arreglando”, pero era un espejismo: por los despidos y la pobreza, los aumentos de las tarifas y la baja creciente del nivel de vida, sumado al escándalo Libra y por escatimar fondos para Bahía Blanca, Milei tiene cada vez menos apoyo.
El fantasma del 2001
Aunque con menos volumen, la espontaneidad de la movilización trajo el recuerdo del 2001. Si bien todavía estamos lejos de esa situación pre-revolucionaria, volvió a escucharse el “que se vayan todos”. En aquel momento, el gobierno de De La Rúa trató de imponer el estado de sitio, pero no se animó a sacar al ejército a la calle, porque eso hubiera sido, echar nafta al fuego. Es que las FFAA estaban totalmente desprestigiadas.
Pero ahora no pasa lo mismo, y si eso ocurre es buena parte responsabilidad del kirchnerismo, que como toda corriente política burguesa (tal como lo ha reconocido directamente su principal dirigente CFK), desde el primer momento del gobierno de “Néstor” buscó superar la crisis de las FFAA y su restablecimiento institucional, por medio del juicio y castigo a un ínfimo porcentaje de los militares que participaron de la represión, como quedó demostrado en el discursos de “Cristina” llamando a dar “vuelta la página” y con la foto de Hebe abrazada al General Milani, y sus declaraciones afirmando que “Estas son otras FFAA”. Con esa política encubren el carácter de las FFAA, que como institución es el aparato más importante de represión contra el pueblo cuando se levanta, y que está para la salvaguarda de la propiedad privada de los medios de producción capitalistas y de su Estado.
Sobre esta base se apoya Villarruel y un sector de LLA que abiertamente reivindica a los militares asesinos del proceso, y pretenden restablecer la teoría de “los dos demonios”.
Por su parte, la represión de Bullrich se basa en el reforzamiento de las FFSS (Gendarmería; Prefectura y PSA) que le dejó el kirchnerismo, armadas y preparadas para reprimir tal como lo hicieron bajo el gobierno de Néstor contra los trabajadores del Casino Flotante, y CFK -con Berni a la cabeza- contra los choferes de la linea 60 en la Panamericana.
Por un gobierno de los trabajadores que expropie al capital
Los peronistas y los reformistas en general hablan de la represión del “fascista” Milei, pero juegan con querer cambiar la historia. La represión a los activistas obreros y populares no comenzó en la dictadura, ya venía ocurriendo años antes con la denominada Triple A, organizada por el mismo gobierno de Perón y López Rega, cuyas patotas eran reclutadas de la burocracia sindical peronista. Por eso es importante, sacar conclusiones a fondo de lo que fueron las coordinadoras del 75, por qué preocuparon tanto a la burguesía y al imperialismo. Es que la clase obrera por fin se organizaba por fuera del control y el aparato de la burocracia sindical, y desde las bases había obligado a la dirección de la CGT de aquellos años, con Lorenzo Miguel a la cabeza, a hacerle una huelga general con movilización al gobierno peronista, huelga que se llevó puesto el plan de ajuste de Celestino Rodrigo, el denominado Rodrigazo.
En aquellos años en la conciencia de la vanguardia existía la posibilidad, aunque tal vez un poco difusa, de luchar por el socialismo, ese era un objetivo mucho más palpable. Ahora arrancamos de un nivel de conciencia más bajo, pero contradictoriamente, la situación objetiva obliga a la vanguardia a buscar una salida. La crisis sin salida del capitalismo que lleva indefectiblemente a la guerra mundial, con consecuencias indescriptibles para la humanidad y para la vida en el planeta Tierra, hace tan necesaria la revolución socialista, no solo para la clase obrera y los explotados del mundo, sino para el conjunto de la humanidad. Pero si la guerra por fin se concreta, también agudizará las contradicciones de tal manera, que abrirá una posibilidad real y cercana de luchar por el socialismo. Porque como dijo Lenin, hace más de 100 años, las crisis llevan a las guerras, pero las guerras también abren la posibilidad de la revolución socialista.
Democracia y dictadura, son las dos caras del capitalismo. La clase dominante las utiliza según les sea necesario para mantener la explotación contra los trabajadores. Cuando con el engaño “democrático” y electoral no alcanza para someter a los trabajadores, se imponen cada vez más elementos dictatoriales, como la represión abierta y el gobierno por medio de los DNU, cedido a Milei voluntariamente por el Parlamento, y aceptado sin “patalear” -como dijo Máximo- por el kirchnerismo.
Nosotros defendemos todos los derechos formales democráticos, entre ellos las libertades democráticas porque nos sirven a los trabajadores para organizarnos más fácilmente, pero decimos que sin cambiar de raíz la sociedad, esos derechos en la práctica siempre estarán retaceados y siempre será posible que los diferentes gobiernos capitalistas los hagan retroceder mientras la propiedad privada de los medios de producción esté en manos de la burguesía.
La Asamblea Constituyente, más elecciones en el marco del régimen burgués como propone el PTS y demostró Chile, solo les sirve a los capitalistas. Queremos voltear a Milei y a Bullrich. Para eso va a hacer falta mucho más que manifestaciones de vanguardia, que le tiren piedras a los milicos. A partir de la organización obrera y popular a través de agrupaciones clasistas, asambleas de base y coordinadoras, comités de autodefensa, podremos preparar la huelga general para voltear a Milei, pero no para que vuelvan de nuevo los mismos que gobernaban antes, los peronistas, que son en buena parte responsables de que siga este gobierno, sino para que gobernemos los trabajadores. Es decir, que instauremos un gobierno de trabajadores que expropie al gran capital y planifique la economía, y esto solo será posible si logramos construir un partido revolucionario. Para esa difícil pero imprescindible tarea, militamos en La Causa Obrera. ¡Sumate!
El 24 de marzo marchamos en unidad de acción contra el gobierno, pero reivindicando la independencia politica de la clase trabajadora respecto de los partidos burgueses. Y llamamos a marchar también contra el genocidio del pueblo palestino, martirizado por los ataques del Estado sionista de Israel apoyado por el gobierno de Milei-Bullrich.
¡Abajo el gobierno de Milei! ¡Por un Gobierno de Trabajadores!