La guerra en Europa -que ya lleva 2 años y medio- se profundiza. Ucrania avanzó sobre territorio ruso en la región de Kursk, y Rusia intensificó los bombardeos y avanzó hacia el oeste en la región del Donbass. Ucrania actúa con el apoyo de la OTAN, es decir, EE-UU y Europa, que la provee de armas, municiones, servicio de inteligencia y decenas de millones de dólares para que aguante. Pero, si bien Rusia ha dejado pasar varias “líneas rojas”, al tolerar primero el envío de tanques modernos de los países imperialistas, y luego los aviones F16 norteamericanos, ahora parece muy dificil que vaya a dejar pasar un nuevo límite. Es que Zelensky el presidente de Ucrania pidió autorización para atacar en el territorio profundo de Rusia con los misiles de largo alcance provistos por el Reino Unido, Alemania y EE-UU. Ante esto Rusia ha dicho que, si eso ocurriera, significaría una guerra directa con la OTAN, ya que esos misiles solo pueden ser guiados por personal y satélites de países de la OTAN.
Ayer, 25 de septiembre, en una declaración televisada, el propio Putin advirtió que, de recibir un ataque con ese tipo de armas, Rusia vería en peligro su seguridad nacional y podría responder con armas nucleares. Esa respuesta sería en primer lugar contra Ucrania, pero no se puede descartar que la dinámica misma de esa acción lleve directamente a una guerra total en Europa y con ello desencadene la tercera guerra mundial.
Según el New York Times, la autorización ya estaría dada por EE-UU y Reino Unido, aunque no sería revelada hasta el momento mismo del ataque por parte del gobierno ucraniano.
En Medio Oriente, tras el ataque de la organización político-militar Hamás en octubre del año pasado, Israel que es la principal potencia militar de la región, desencadenó un brutal genocidio contra el pueblo palestino, masacrando sin miramientos a su población civil, atacando escuelas y hospitales, y desplazando a ciento de miles que buscan algun lugar en donde no ser blanco facil de las bombas israelíes. Hipócritamente el presidente Biden dice estar a favor de un alto al fuego, pero sigue aprovisionando de armas al gobierno sionista israelí.
Al intercambio de misiles israelíes por cohetes de Hezbollah, en el cual los primeros lograron abatir por lo menos dos de los principales comandantes de Hezbollah, le siguió el estallido de miles de “beepers”, que utilizaba la milicia chiita libanesa para comunicarse, dejando 12 muertos y alrededor de 3000 heridos (según los medios hay 200 que son de gravedad), ya que esos atentados se producían en cualquier lugar, incluyendo lugares públicos. Al día siguiente, mientras se realizaban los funerales de algunas de esas víctimas, ocurrieron nuevas explosiones, esta vez de “walkie-talkies”, que dejaron otros 20 muertos y 450 heridos. Posteriormente, se cruzaron ataques con misiles y drones entre Hezbollah (desde el sur del Líbano) e Israel. Luego Israel lanzó un masivo ataque con su aviación que alcanzó también a Beirut, la capital de Líbano y la frontera de este país con Siria, que habrían dejado alrededor de 550 muertos y 1600 heridos. En el último ataque ocurrido en el día de ayer Israel dice haber asesinado con un misil al jefe de Hezbollah Hassan Nasrallah. Esto no podría ser dejado pasar por parte de Hezbollah e Irán sin una respuesta contundente. La población del sur del Líbano se desplaza hacia el norte dado que el ejército israelí estaría preparando la invasión a esa región. Si esta ocupación del sur del Líbano ocurriera, ya habría una guerra abierta que indudablemente involucraría también a las milicias hutíes pro-iraníes que, desde el sur de la península arábiga, en Yemen, atacan a barcos que navegan por el Mar Rojo como destino a Israel. Y sería otro salto en la guerra regional la respuesta militar por parte de Irán que todavía tiene pendiente la represalia por el asesinato del principal dirigente político de Hamás en Teherán la capital de Irán. Según noticias de hoy, vuelve a circular la versión de que la muerte del anterior presidente de Irán Ebrahim Raisi, que en principio se creía a causa de un accidente, habría ocurrido a causa de un atentado de Israel, lo cual evidentemente agravaría la situación. Parece dificil que ante tantas grandes provocaciones Irán pueda evitar un enfrentamiento directo con Israel.
El mar del sudeste asiático hay permanentes roces entre China y Filipinas que disputan la soberanía sobre las aguas por donde transita un 40% del comercio marítimo mundial. También Taiwán sufre constantes amenazas militares de China, que habría puesto el año 2027 como fecha límite para proceder a su anexión. Mientras que EE-UU, Japón, Corea del Sur, Australia, Reino Unido y Filipinas han formado un bloque contra China en esa región. Es decir, si China actuara militarmente para resolver el conflicto con Filipinas, o atacara a Taiwán, sería un detonante directo para la Tercera Guerra Mundial. Pero esta también podría estallar si en Europa, Rusia decidiera atacar con armas nucleares “tácticas” algún país miembro de la OTAN. O si se desencadenara una guerra más amplia en Medio Oriente que involucre directamente a Irán e Israel.
Hace más de 5 años que venimos advirtiendo que las crecientes contradicciones del capitalismo mundial nos van a arrastrar a una Tercera Guerra Mundial, que va a ser catastrófica para la humanidad. Recientemente se conoció la noticia de que a principios de año Biden aprobó un documento secreto que reorienta buena parte de su arsenal nuclear contra China y que autoriza a realizar el primer disparo nuclear (de manera preventiva) sin haber sido atacado. Por su parte China acaba de probar un misil intercontinental, capaz de llevar una cabeza nuclear, arrojándolo al océano pacifico en dirección a EE-UU.
Las razones que llevan a la Tercera Guerra no dependen de hechos o conflictos aislados, ni del carácter de tales o cuales presidentes, sino de razones estructurales: con el capitalismo mundial en una crisis sin salida, por lo menos desde 2008, es decir, con “una torta” mundial que se achica, EE-UU y sus aliados, no están dispuestos a repartirla con las potencias que se han sentado recientemente a la mesa -sobre todo China aliada con Rusia- y exigen su parte. EE-UU no puede argumentar que lucha “contra el comunismo” como ha dicho durante la “guerra fría”, Corea o Vietnam, porque ni Rusia ni China son comunistas, sino que son potencias plenamente capitalistas desde hace décadas. Tampoco convencen mucho con los argumentos contra el “totalitarismo” de algunos regímenes. Por eso provocan esperando la reacción del enemigo, para después justificar su intervención. Pero esas son maniobras tratando de engañar a los pueblos. Pero la razón es bien clara: se disputan el mercado mundial y los recursos naturales.
Si esa guerra se desatara, ningún país quedaría al margen de las consecuencias, ya que inevitablemente derivaría en una guerra nuclear. Argentina tampoco estará “blindada” contra la guerra. Ni bien asumió el gobierno, Milei se alineó con EE-UU y con Israel, como lo acaba de ratificar en su discurso reciente ante la ONU. Los viajes de la General Richardson jefe del Comando Sur de las FFAA norteamericanas indican que nuestro territorio abastecerá de lo que necesite a EE-UU y será también asentamiento de instalaciones y bases militares, como ya está ocurriendo con la base naval “conjunta” en Ushuaia. Además, Milei también solicitó ser aceptado como “socio global” de la OTAN y la canciller Mondino firmó hace poco tiempo un acuerdo para con EE-UU sobre inversiones en minerales “críticos” -como litio y cobre- y energía. En otras palabras, estamos hasta las manos, metidos en el bando de los yankis. Lo mismo pasa con Israel, con cuyo servicio secreto -el Mosad- y la CIA Milei y Santiago Caputo están reorganizando la SIDE.
Ahora estamos sufriendo un duro ataque por parte del gobierno de Milei y todos los gobernadores; la situación social y económica de los jubilados, trabajadores y estudiantes es muy difícil, pero si estalla la Tercera Guerra Mundial será muchísimo peor que todo lo que conocemos. Por eso llamamos a los jóvenes y trabajadores a empezar a discutir y a organizarnos. 28/9/24