León Trotsky: Un revolucionario comunista que luchó contra la degeneración stalinista de la URSS

El vertiginoso ascenso electoral de Milei, ha captado la atención de un amplio sector juvenil. Su permanente y agresiva campaña contra el comunismo, contraponiéndole el liberalismo, como si fuera una antinomia entre el bien y el mal, pone nuevamente en discusión la cuestión de ¿Qué es el comunismo?

Milei -como tantos otros- quiere hacer pasar al stalinismo (es decir, el régimen que había en la URSS bajo la dictadura de Stalin) como si ello hubiera sido el comunismo por el cual lucharon Marx y Engels, Lenin y Trotsky. Pero eso es mentira. En la URSS (como en otros países mal llamados comunistas) nunca hubo un verdadero comunismo, ni siquiera se llegó al socialismo, que es una fase anterior. [Tampoco es verdad que Cuba, China o Rusia sean comunistas, y menos todavía Venezuela o Nicaragua que nunca dejaron de ser países capitalistas]

En Rusia, en el año 1917 triunfó una revolución obrera y campesina encabezada por el Partido Bolchevique (significa mayoritario, porque era la fracción mayoritaria del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso), dirigido por Lenin y Trotsky. Allí se instauró el primer Estado Obrero (después de un primer intento que fue derrotado, en Francia: la Comuna de París) basado en los soviets (que significa consejo de delegados) de obreros, campesinos y soldados (todavía transcurría la primera guerra mundial).

Tal como había prometido el Partido Bolchevique, ni bien asumió el poder como partido mayoritario en los Soviets, confiscó la tierra de la nobleza zarista y se la entregó en usufructo a los campesinos, desconoció la deuda externa con las potencias imperialistas, comenzó las tratativas de paz con Alemania (país con el que estaba en guerra), implantó la jornada laboral de 8 horas y el control obrero en las industrias, promulgó una ley de divorcio y el derecho al aborto.

Inmediatamente los contrarrevolucionarios (los blancos) de la burguesía y el zarismo, apoyados por 14 ejércitos enviados por los países imperialistas, se alzaron en armas contra el poder soviético. Comenzó la guerra civil. Trotsky fue el encargado de organizar el Ejército Rojo de obreros y campesinos, que tras tres años de dura lucha se impuso, derrotando a la contrarrevolución burguesa-imperialista.

La enfermedad y muerte de Lenin -dirigente indiscutido de la revolución- abrió una lucha en la dirección del Partido de la cual emergió triunfante Stalin, quien logró desplazar a Trotsky, expulsarlo del Partido y en el año 1929 condenarlo al exilio. Esto se debió a que durante estos años del 24 al 29 se consolidó un proceso que llamamos burocratización. Varios factores confluyeron para provocar el retroceso de la revolución. Rusia era un país muy pobre de mayoría campesina y economía agraria, con una industria muy débilmente desarrollada. A este factor estructural se sumaron otros factores objetivos y subjetivos: Muchos de los obreros que fueron vanguardia de la revolución, y la primera línea del Ejército Rojo, murieron en el frente de batalla durante la guerra civil. En la retaguardia, en las ciudades y en el campo, pesaba el cansancio de más de siete años de guerra ininterrumpida que agotaba no solo los recursos materiales profundizando la miseria, sino que también iba debilitando el fervor revolucionario.

Este repliegue de la ola revolucionaria permitió que el poder fuera ocupado por un ala conservadora del Partido encabezada por Stalin, transformándose en una pesada loza burocrática. Cualquier compañero que haya participado en una huelga sabe que, cuando la lucha está en ascenso se hace sentir la fuerza de los trabajadores y sus mejores activistas. Pero si la huelga es derrotada, o cuando se agota y retrocede, la burocracia sindical recupera la fuerza y trata de imponer sus condiciones a partir del control que tiene del sindicato. Salvando las distancias, el proceso en Rusia fue de similares características.

La derrota de la revolución en Alemania (1919, en la que fueron asesinados Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht), sumó desmoralización y dio lugar a que Stalin y su camarilla, inventaran la “teoría” del socialismo en un solo país. Esta posición stalinista que pretendía construir el socialismo en la URSS aislada por el cerco imperialista, contradecía la posición de Lenin y Trotsky quienes plantearon que, dado que la economía es una totalidad mundial, sin extender la revolución socialista a los países más industrializados de Europa, el Estado Obrero ruso estaría condenado a perecer. Así como un país capitalista aislado tampoco podría sobrevivir, porque necesita complementar su economía con la de otros países, para hacer posible el socialismo, la revolución debe triunfar en los principales países desarrollados, más todavía si esta comienza en un país atrasado económicamente, como era Rusia.

A pesar de todos estos problemas (y otros que no podemos desarrollar en esta nota), la expropiación de la burguesía, los terratenientes, el imperialismo, y la estatización de los medios de producción y de cambio, hizo posible la planificación económica (aunque con mucha deformación burocrática) que le permitió a la URSS crecer y desarrollarse rápidamente, transformándose -de país pobre y atrasado que era en 1917 bajo el zarismo (con un incipiente desarrollo burgués)- en la segunda potencia mundial solo debajo de EE-UU, e incluso ganar la delantera de la carrera espacial en los años 60, debido a su desarrollo científico y técnico. Esto demuestra la potencialidad implícita para el desarrollo de las fuerzas productivas contenida en el sistema económico obrero, de la planificación económica que es la antítesis del sistema capitalista, que se rige por la anarquía del mercado y el objetivo de la máxima ganancia para el capitalista.

Sobre las ruinas dejadas por la segunda guerra mundial se constituyeron burocráticamente otros estados obreros en Europa del Este. De ellos solo Alemania -ocupada su zona oriental- era un país desarrollado pero hecho escombros. En ese marco, la burocracia stalinista negoció con el imperialismo la “coexistencia pacífica” y el reparto del mundo en áreas de influencia. Pero el imperialismo hegemonizado por EE-UU dominaba la economía mundial y limitaba las posibilidades de un mayor desarrollo de la URSS. Y tal como predecían Lenin y Trotsky, por no desarrollar la revolución socialista en los países imperialistas, tanto la URSS como los demás estados obreros (deformados) de Europa del Este, para la década de los 80’ empezaron a decaer. Y finalmente ante las huelgas y levantamientos, la dictadura burocrática -que solo tenía para darle a los obreros un régimen de opresión- terminó disolviendo la URSS, restaurando el capitalismo, y tomando las más importantes empresas del Estado como propiedad privada en alianza con capitales imperialistas, como si fuera un botín de guerra.

Trotsky desde el exilio luchó contra la burocracia stalinista y la degeneración del primer Estado Obrero instaurado en la URSS, y por eso murió asesinado en México el 1940 por un agente de Stalin.

¿Por qué León Trotsky, siendo un revolucionario comunista, luchó contra el stalinismo? Eso es algo que ningún representante de la burguesía explica porque sería reconocer que el stalinismo es una versión corrompida de las ideas de Marx- Engels. Que lo que fracasó con la caída de la URSS fue el stalinismo y no el verdadero comunismo por el que lucharon Lenin y Trotsky.

El comunismo es un régimen económico y social que permite desarrollar tanto las fuerzas productivas de la sociedad que haría posible la consigna de Marx: “¡De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades!”. Eso significa que, con un desarrollo muy alto de la productividad del trabajo en base al desarrollo científico y técnico aplicado a los medios de producción, todos podríamos vivir muy bien satisfaciendo nuestras necesidades materiales y espirituales, trabajando pocas horas, y dedicando el resto del tiempo a vivir; podríamos trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Esto es posible si el sistema económico deja de estar organizado en función de las ganancias capitalistas. Por ejemplo, ahora cuando un patrón incorpora una nueva máquina moderna que produce mucho más que los modelos anteriores, en lugar de reducir el horario de trabajo de los obreros, echará a unos cuantos, porque su interés no es el bienestar de los obreros sino aumentar sus ganancias.

El capitalismo es un sistema de explotación. Se basa en apropiarse de una parte del trabajo productivo del obrero para acumular capital. Cuando nos dicen que no se puede expropiar los medios de producción a los capitalistas porque son su propiedad privada, se oculta que esos medios de producción (fabricas, máquinas, herramientas, la tierra, etc.) son el fruto de la apropiación por parte del capitalista del trabajo del obrero, que el capital es trabajo social acumulado. Debe volver a estar en manos de la sociedad, como era antes de que aparecieran las clases sociales.

El Estado ahora nos oprime y nos explota porque es un Estado controlado por los capitalistas, por intermedio de los políticos. Milei-Bullrich y Massa quiere achicar el Estado para que sea más barato para los capitalistas (que entre otros beneficios pagarían menos impuestos) y para que sobre plata para pagarle la deuda al FMI. Si logran aplicar a fondo sus planes saldríamos de la explotación por el Estado capitalista para pasar a la explotación directa del mercado capitalista, sin los amortiguadores sociales que reflejan las conquistas que son producto de la lucha de clases nacional e internacional. O sea, será lo que se llama capitalismo salvaje, quedando los obreros y el pueblo a merced de un puñado de grandes capitalistas.  Algunos lo anuncian abiertamente, como Milei y Bullrich, mientras que Massa lo oculta tras una demagogia populista devaluada, pero todos apuntan a los mismos objetivos.

Cuando el peronismo y el kirchnerismo discuten contra Milei argumentando que ahora “hay derechos”, ocultan que esos derechos solo figuran en el papel. ¿Hay derecho a la vivienda? Pero solo te podés comprar una casa si tenés plata. ¿Hay derecho al trabajo? Pero solo si hay un patrón que te contrata. ¿Hay derecho a la educación? Pero solo si zafas de tener que trabajar y tenés plata para viajar, comer afuera y comprar apuntes. Ni hablar de los jóvenes de las provincias que se tienen que mudar a la ciudad donde está la universidad y pagar la pensión. ¿Hay derecho a la salud? Las obras sociales y los hospitales públicos cada vez cubren menos valor de los medicamentos y la atención, lo que en muchos casos significa que tenés que elegir entre comer o curarte. Ni hablar de los turnos para especialidades que pueden tardar entre tres y seis meses, con lo cual te podés morir esperando ser atendido.

Nosotros no queremos sostener este Estado capitalista decadente, ni tampoco vamos a apoyar la dictadura descarnada del mercado, que nos despojaría hasta de eso poco que les queda a algunos, cada vez menos. Lo que necesitamos es destruir este Estado capitalista explotador y opresor, pero para reemplazarlo por un Estado Obrero apoyado y controlado por toda la clase trabajadora.

Hace pocos días se cumplieron 83 años del asesinato de León Trotsky, quien fuera el principal dirigente de la revolución obrera y socialista después de Lenin, organizador y dirigente del Ejército Rojo, a cuyo sepelio acudieran centenas de miles de obreros y campesinos a pesar de no estar en su país. Actualmente la gran mayoría de jóvenes estudiantes y menos todavía los trabajadores no conocen ni han oído hablar de él. Pero su legado se mantiene vigente porque es el único que puede dar una respuesta a la clase trabajadora, un programa para terminar con la miseria y la explotación a la que nos somete el régimen capitalista. Nosotros tratamos de construir un partido de Trabajadores revolucionario internacional para continuar su lucha por la Revolución Socialista, la antesala del comunismo de Marx y Engels, que Trotsky reivindicaba como el comienzo de la verdadera historia de la humanidad una vez dejada atrás su prehistoria capitalista que culmina, no sólo con grandes crisis, sino con graves consecuencias sobre la naturaleza y con la amenaza una nueva guerra mundial de incalculables consecuencias para la vida en este planeta. Así es que la alternativa no es la que plantea Milei: comunismo o liberalismo, sino la que planteaba Trotsky: socialismo o barbarie capitalista.

31/8/23

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