El capitalismo nos arrastra a la catástrofe ambiental

En estos días de fines de noviembre y principios de diciembre estamos sufriendo en carne propia el calentamiento. Con temperaturas de entre 38° y 41° se hace muy difícil soportar las tareas de la vida cotidiana.

Los que tienen aire acondicionado, y consiguen así un pequeño oasis para soportar las inclemencias de la temperatura exterior, sufrirán las consecuencias a la hora de pagar las tarifas del servicio eléctrico, siempre y cuando que no haya cortes prolongados por el alto consumo de energía, y tengan que abanicarse como los más pobres, que viven en casas con techos de chapa o similares, hechas de materiales recalentables en verano y congelables en invierno.

“Las olas de calor extremo, la sequía y las inundaciones devastadoras ya han afectado a millones de personas…

…según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), desde 1991 hasta 2021, las temperaturas en Europa se han calentado a una tasa promedio de alrededor de 0,5 °C cada década. Esto ha tenido resultados físicos: los glaciares alpinos perdieron 30 metros de espesor de hielo entre 1997 y 2021, mientras que la capa de hielo de Groenlandia también se derritió, lo que contribuyó al aumento del nivel del mar… 

…en 2021, los eventos meteorológicos y climáticos de alto impacto, el 84% de los cuales fueron inundaciones y tormentas, provocaron cientos de muertes, afectaron directamente a más de 500,000 personas y causaron daños económicos superiores a (u$d) 50 mil millones. El desastre ya está aquí.

Si el calentamiento global continúa, los científicos predicen desastres aún más devastadores y alteraciones a largo plazo de los patrones climáticos que destruirían vidas y medios de subsistencia y trastornarían las sociedades. La migración masiva podría seguir. Y el hecho de no lograr que las emisiones sigan la tendencia correcta hasta 2030 puede bloquear el calentamiento global por encima de los 2 grados centígrados y nos arriesgamos a puntos de inflexión catastróficos, a partir de los cuales el cambio climático se retroalimenta a sí mismo.

Según un importante estudio (publicado en la revista Science del 9/9/22), el mundo está al borde de múltiples puntos de inflexión «desastrosos». El estudio muestra cinco puntos de inflexión peligrosos que ya pueden haber ocurrido debido al calentamiento global de 1,1 °C causado por la humanidad hasta la fecha. Estos incluyen el colapso de la capa de hielo de Groenlandia, el colapso de una corriente clave en el Atlántico norte, la interrupción de la lluvia de la que dependen miles de millones de personas para alimentarse, y un derretimiento abrupto del permafrost rico en carbono. A 1,5 °C de calentamiento, el aumento mínimo que ahora se espera, cuatro de los cinco puntos de inflexión pasan de ser posibles a probables, según el análisis. También a 1,5 °C, son posibles cinco puntos de inflexión adicionales, incluidos cambios en los vastos bosques del norte y la pérdida de casi todos los glaciares de montaña.

… El informe ambiental de la ONU analizó la brecha entre los recortes de CO2 prometidos por los países y los recortes necesarios para limitar cualquier aumento de la temperatura global a 1,5 Cº, el objetivo acordado internacionalmente. El progreso ha sido «lamentablemente inadecuado», concluye. Los compromisos actuales de acción para 2030, si se cumplen en su totalidad, significarían un aumento del calentamiento global de aproximadamente 2,5 Cº y un clima extremo catastrófico en todo el mundo. (Michael Roberts: ¿Otro COP (van 27) inútil?, 11/11/22)

Algunos creerán que no hay tanto que preocuparse ya que, por suerte, los dirigentes de las potencias mundiales más importantes se reúnen para dar una solución a este problema. Si eso pensaban, sus ilusiones se estarán desvaneciendo luego de escuchar los resultados de la COP27, cumbre sobre el cambio climático realizada hace poco en la ciudad de Sharm el-Sheij, Egipto.

Las COP (Conferencia de las Partes) son conferencias internacionales organizadas por la ONU. Supuestamente su objetivo es coordinar las políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de los estados.

“En esta última COP… el aspecto mismo del recinto era el de una feria del sector energético, no el de un organismo supuestamente dedicado a enfrentar el cambio climático. Durante las dos semanas que duró se firmaron dos docenas de macro-acuerdos de venta de gas y petróleo y a penas treinta -mucho más pequeños- sobre energías renovables”. (Communia, 20/11/22)

Pero la realidad es que las emisiones de CO2 continúan aumentando y no hay ningún signo que indique un cambio de tendencia: “El uso de carbón podría aumentar en 2022 un 1,2%, superando los 8.000 millones de toneladas en un solo año por primera vez, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía. Este consumo probablemente se mantendrá en ese nivel hasta 2025, ya que las reducciones en las economías avanzadas se compensan con la demanda en mercados emergentes de Asia, como China e India”. (Bloomberg)

 Las emisiones deberían reducirse a la mitad antes de 2030 para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París (2015): que el aumento de la temperatura promedio no supere los 1,5°C en 2050. Sin embargo, los capitalistas solo piensan en sus ganancias inmediatas, mientras siguen depredando la naturaleza. Para colmo, la guerra entre Rusia y Ucrania+OTAN al provocar una crisis energética en Europa, derivó en Alemania a un retorno al uso del carbón en usinas eléctricas, y una la búsqueda desesperada de gas y petróleo, sobre todo para pasar este invierno.

Ayer se conoció la noticia de la confirmación que científicos de EE-UU lograron producir una energía basada en la fusión nuclear no contaminante. Este experimento podría marcar un futuro en la producción de energía limpia en el planeta.

La fusión nuclear es considerada una fuente de energía limpia, abundante y segura que podría permitir a la humanidad romper su dependencia de los combustibles fósiles.

Este resultado es una prueba de los principios físicos descubiertos hace décadas: que la fusión no presenta riesgo de desastre nuclear, produce menos desechos radiactivos y, en comparación con las centrales eléctricas de carbón o gas, no genera gases de efecto invernadero.

Pese al avance histórico de este logro en materia de fusión nuclear, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que la fusión sea viable a escala industrial y comercial.

Probablemente “décadas”, dijo Kim Budil, directora del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, quien destacó que los desafíos son tecnológicos, puesto que hay que poder repetir el experimento muchas veces por minuto.

El pequeño problema es que no tenemos esas décadas para esperar. Mucho antes el daño producido por la emisión de gases contaminantes habrá producido daños irreversibles al planeta y a nosotros sus habitantes.

Mientras esperamos el elixir de la juventud, el santo grial de la energía limpia, las cosas en el capitalismo siguen su curso depredador “normal” a tal punto que ni siquiera la tibia ley de humedales pudo ser aprobada en el Congreso por la oposición de los lobby’s empresarios con intereses en las islas entrerrianas.

Los “sindicatos por el medio ambiente”, una especie de frente único ambiental, promovido por la Fundación Ebert y la iglesia, cual rayo de opereta han marchado con algunas decenas de militantes y una florida bandera unitaria, pero, así como para el resto de demandas de los trabajadores, estos burócratas reformistas no quieren ir más allá desarrollando una lucha seria y consecuente. Por eso no van a hacer nada digno que merezca ser llamado “lucha”, ni siquiera para que se apruebe su propio programa reformista de la ley de humedales.

Resulta vergonzoso, pero a la vez revelador que varios sindicatos estatales como ATE, Siprus, Amsafe y el sindicato municipal se unan para una movilización intrascendente, financiada por una fundación dependiente de la socialdemocracia, el partido de gobierno del imperialismo alemán, pero que sean incapaces de juntarse para luchar en común por los intereses de los trabajadores, negándose a convocar a un plan de lucha regional de la CTA-A y otros “sindicatos amigos” con el argumento de que cada sindicato tiene sus particularidades. Se olvidan que hay muchas más cosas en común entre los trabajadores del Estado sean provinciales o municipales, y es que son las principales víctimas del ajuste y de los salarios de pobreza.

La lucha por el futuro habitable del planeta, o sea de la humanidad, no puede quedar en manos de los mismos capitalistas que lo depredan en aras de sus ganancias. Los trabajadores, despojándose de la tutela de la burocracia sindical sea peronista o reformista, y los jóvenes deben tomar esta lucha en sus manos si es que quieren tener un futuro. De lo contrario, el capitalismo en su decadencia nos hundirá en una barbarie sin precedentes. La vieja consigna atribuida a Rosa Luxemburgo cobra una desesperante actualidad: Socialismo o Barbarie.

19/12/22

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