El gobierno peronista de Cristina y Massa (Alberto, formalmente presidente, ya tiene la misma importancia que una alfombra de la Casa Rosada) transcurre la agonía de sus últimos meses de gobierno. De las promesas de “llenar la heladera”, en las casas de los trabajadores hoy solo queda el frío húmedo de su interior vacío. Pero no queda ninguna duda que en las casas de los barrios privados en los que viven empresarios, políticos, jueces y narcos, no les falta nada, ni en las heladeras ni en sus cuentas bancarias off-shore.
A pesar de la inflación rampante que hace pomada nuestro salario, increíblemente, al gobierno del FdT le queda todavía una débil esperanza de evitar una derrota electoral aplastante. El caballito de batalla para mantener “un piso” de votos peronistas que les permita entrar en la segunda vuelta ya lo sacó a la cancha Cristina FK en su discurso del 25 de mayo: “A pesar de los errores, este gobierno es infinitamente mejor de lo que hubiera sido otro gobierno de Macri”. Es decir, como este gobierno no se puede defender con ningún argumento CFK apela a la ya gastada cantinela de ellos son “el mal menor”. Es difícil definir qué es mejor o qué es peor cuando te dan a elegir entre la sartén y el fuego.
Del crecimiento económico de los años anteriores -que fue un rebote de la crisis que empezó en 2018 y se profundizó con la pandemia- no quedó nada para la clase trabajadora y encima ya se agotó: la economía ya entró en una recesión con inflación galopante. Pobreza creciente, así se puede resumir el gobierno del Frente de Todos (FdT). Como consecuencia de que el kirchnerismo se presenta falsamente como un movimiento “a la izquierda”, “popular”, el descontento, desencanto o decepción de los trabajadores y sectores populares en general, ha resultado en el crecimiento de lo que los periodistas llaman “la derecha” política.
En términos generales “la derecha” serían todos los partidos que integran Juntos por el Cambio (JxC), el PRO con sus internas, los radicales, la CC de Carrió y, los peronistas de Pichetto y, ahora se sumó el liberal Espert. Este frente recontra-patronal, es el que gobernó de 2015 a 2019, provocando también un aumento de la pobreza, el endeudamiento, la inflación, en fin, resultando en que Macri fue uno de los pocos presidentes que no puede reelegir, teniendo la posibilidad constitucional de hacerlo, y ahora se bajó de la candidatura porque perdía seguro. Tal es el recuerdo nefasto que los trabajadores tienen de su gobierno, que en las elecciones de 2021 los millones de electores que no querían votar al FdT, en lugar de apoyar a la oposición macrista-radical directamente no fueron a votar, impugnaron o votaron en blanco. Sin embargo, ante el desbarranque del gobierno peronista los candidatos de JxC, Bullrich y Larreta, tienen serias chances de volver a gobernar.
Pero ¿qué propuestas tienen para un nuevo período de gobierno?
Ninguno habla claramente de lo que piensa hacer, siguiendo las “enseñanzas” de Menem que, en un espontáneo exabrupto de cinismo, sin ponerse colorado dijo que, si él hubiera dicho durante la campaña electoral lo que iba a hacer en el gobierno, nadie lo hubiera votado. Sin embargo, a medida que se acercan las elecciones algunas pistas de lo que piensan hacer en el gobierno van apareciendo.
El 2 de mayo Larreta declaró a medios de prensa que “si me eligen presidente termino con la intermediación de los planes sociales”, para que el Estado maneje directamente los planes y les exija a sus beneficiarios una contraprestación laboral y en un plazo determinado se les venza el plan para obligarlos a aceptar trabajar por salarios miserables. Ha esta idea reaccionaria, Bullrich le agrega que cuando “los piqueteros” se quejen en la 9 de julio o corten alguna ruta los reprimiría con la policía y la gendarmería. Estas cosas las pueden decir, porque seguramente y lamentablemente les hará ganar votos.
La propaganda mediática logró instalar en la clase media y gran parte de los trabajadores la idea de que los beneficiarios de los planes sociales son vagos que no quieren trabajar y que los que trabajamos somos los que “los mantenemos” para que vivan de arriba. Siempre la propaganda de los medios capitalistas trata de enfrentar a pobres contra pobres. En realidad, a los verdaderos parásitos sociales que mantenemos los trabajadores son a los empresarios capitalistas, banqueros, grandes terratenientes y comerciantes. Ellos sí que se llenan los bolsillos y se llevan el capital que acumulan con el sudor ajeno, con nuestro trabajo. Pero ni Larreta ni Bullrich piensan en cuestionar las ganancias de las patronales sino en cómo aumentarlas. Por eso quieren poner a trabajar a los desocupados como mano de obra barata y precaria, para que, a la vez que sacan mucha ganancia de la explotación de su trabajo, les sirva para bajar el trabajo y empeorar las condiciones de laburo de los que ahora están ocupados y en blanco, facilitando la introducción de nuevos convenios flexibilizados en complicidad con la burocracia sindical.
Cuando le preguntaron a Larreta que iba a hacer para solucionar los principales problemas que afectan a la población trabajadora, contesto: “estamos trabajando en un plan para sacar la Argentina adelante, en un cambio duradero. Yo voy a bajar la inflación, vamos a terminar con la inseguridad”. ¿No es lo mismo que dicen todos? ¿No es lo mismo que prometió Macri en las elecciones de 2015? ¿No fueron Larreta y Bullrich parte del núcleo principal del gobierno de Macri, que no hizo ni una cosa ni la otra?
Bullrich por su parte, fue igual que otros candidatos a presentar sus propuestas de gobierno al foro de Llao Llao ante el “círculo rojo”, como se llama a algunos de los más importantes capitalistas del país. Allí planteó entre otras cosas: *) Salir del cepo cambiario “desde el día cero” de su gobierno. Eso implica una superdevaluación que ni Cavallo se atreve a aconsejar. *) Quitar las retenciones al campo. Eso quiere decir que van a hacer recortes en el gasto del Estado (salud, educación, despedir trabajadores estatales) para beneficiar a la gran patronal agropecuaria. *) Reforma laboral, para aumentar la explotación del trabajo *) Mano dura contra las protestas sociales. Esa mano dura no va a ser solo contra los piqueteros sino contra cualquier lucha de los trabajadores.
Milei, demagogia fascista disfrazada de “antisistema”
Con los dos grandes frentes políticos patronales (JxC y el FdT) “quemados” políticamente por gobernar claramente contra el pueblo, lo que realmente ha crecido, más que la “derecha” es la “ultra-derecha” de Milei, quien pasó de ser un marginal economista “anarco-capitalista” mediático financiado por el empresario Eurnekián, a ponerse a la par en las encuestas con los peronistas y macristas, obligando a una competencia a tres bandas por no quedar fuera de la segunda vuelta (ballotage). Mas que el look y la personalidad psiquiátrica de Milei, lo que ha generado creciente apoyo en la juventud, y luego en otros sectores, incluso proletarios o plebeyos, es su discurso “rupturista” ante un régimen político (“la casta”) repudiado por la población. Mucho ha dado que hablar las frases de “incendiar el Banco Central” o “el plan motosierra”. Pero veamos que significa en la realidad estas frases efectistas, que consecuencias tendrían para la clase trabajadora y el pueblo pobre, y hasta donde realmente piensa llegar Milei en caso de ganar las elecciones.
El “incendio del Banco Central” o la dolarización
La inflación creciente que amenaza con transformarse en hiper-inflación es sin duda el problema que afecta más gravemente hoy al pueblo trabajador. Los ingresos de la población pierden mes a mes frente a los precios de los bienes en general, y de los básicos (alimentos, vivienda, etc.) en particular. Así como Macri prometía antes de ser presidente que resolvería este flagelo en “5 minutos” hoy Milei y los libertarios venden el milagroso antídoto de la dolarización como solución. La eliminación del Banco Central (BCRA) tiene que ver con que es la institución que emite el peso, la moneda nacional cada vez más devaluada, “la maquinita” que produce billetes que compran menos productos cada día. Lo que no explica Milei es que una dolarización, es decir la eliminación del peso y su reemplazo por el dólar implicaría una devaluación tan grande de los ingresos y ahorros populares que llevaría la pobreza a niveles nunca vistos. Sería un salto hiperinflacionario de la noche a la mañana. En concreto significaría un shock antipopular tan grande que no nos dejaría a los trabajadores más opciones que la muerte por hambre o la rebelión. Esto último es lo que los capitalistas y sus voceros (periodistas y economistas) temen y es por eso que no toman en serio semejante bravuconada demagógica para engañar incautos. Y, evidentemente, el propio Milei es quien prepara medidas más “razonables” cuando presenta como sus asesores económicos a los reciclados menemistas Roque Fernández (ex ministro de Menem) y Carlos Rodríguez (ex vice-ministro de Cavallo).
Rodríguez, jefe de los asesores de Milei, ya salió a aclarar que la dolarización inmediata y el cierre del BCRA es un “slogan de campaña” (Infobae, 24-5-2023). Estos asesores son la manifestación palpable de que Milei no es más que un menemismo del siglo XXI. Y en cuanto a sus soluciones para la inflación no es muy diferente de lo que plantean los economistas de JxC. De hecho, Melconián, posible ministro de Bullrich o Larreta, que preside la cavallista Fundación Mediterránea, también propone dolarización parcial. En los hechos el plan monetario de Milei y Melconián es reducir la emisión de peso e ir liberando el cepo al dólar. Todas medidas que ya aplicó Macri llevando la inflación al doble en el transcurso de su gobierno.
El “plan motosierra” o el ajuste fiscal
Milei pretende hacernos creer que su motosierra tendría como víctimas a la “casta política” y no afectaría al pueblo trabajador. Otro cuento para endulzar una política de ajuste fiscal contra la salud y educación públicas, tarifazos impagables, recorte de las jubilaciones y planes sociales, etc. Si añadimos que los libertarios son enemigos de los impuestos a los ricos queda claro que el déficit fiscal pretenden reducirlo o eliminarlo a costa del hambre del pueblo. Por otro lado, como Milei está a favor de pagar religiosamente la deuda con el FMI, y con los banqueros internacionales en general, su política no sería muy diferente que la que proponen Larreta o Bullrich y sería una profundización del ajuste que ya está aplicando el gobierno actual con Massa a la cabeza, con el apoyo de Cristina. Juntos por el Cambio también hace eje de su campaña en el ajuste fiscal. Si Milei, JxC o el FdT lo harían más rápido o más lento, más profundo o más leve, es una discusión estéril. Todos los frentes electorales de la patronal que se presentan en las elecciones van a avanzar en ajustar al pueblo trabajador, como ya lo está haciendo el actual gobierno y todos lo harán y hasta el hueso una vez que ganen las elecciones.
Para aplicar semejante plan antiobrero Milei al igual que Larreta y Bullrich, apelarán sin dudas a la represión.
El hijo del represor de la dictadura Domingo Bussi, aliado de Milei en Tucumán, entre otros candidatos reaccionarios, delata como piensa actuar ante las protestas obreras y populares. Solo la fuerza que tengan las luchas de la clase trabajadora determinará cuál es ese ritmo o, derrotará el ataque a nuestras condiciones de vida. Pero para desarrollar esas luchas es necesario que los trabajadores nos demos cuenta que todos los políticos que representan intereses patronales son enemigos de clase, y que de ninguna manera creamos en su demagogia ni en sus engaños.
Enfrentar los planes capitalistas con un programa y una estrategia obrera y socialista
El próximo gobierno vendrá a profundizar el ataque contra el pueblo trabajador que ya está aplicando el actual gobierno del FdT. Sea Milei, JxC o el peronismo, los trabajadores debemos enfrentar el ataque. Y las luchas contra esa ofensiva solo podrá derrotarla si es dirigida por una vanguardia obrera y popular que entienda la necesidad de la lucha por el poder, para imponer un gobierno de los trabajadores.
Las corrientes políticas de izquierda como las que integran el FIT-U, o los dirigentes reformistas pretendidamente “autónomos”, si solo circunscriben la lucha a “una resistencia” sindical al ajuste, como han hecho hasta ahora, van a contribuir a la derrota de la clase la clase trabajadora que desde ya preparan los dirigentes de la CGT y ambas CTA. La demostración del fracaso de la estrategia “sindicalista” es que los salarios desde hace tiempo, pero sobre todo los últimos 5 años vienen cayendo contra la inflación
A las variantes de dolarización, emisión monetaria o fósforos para el Banco Central, debemos oponerle la nacionalización del sistema bancario, el monopolio estatal del comercio exterior y la expropiación de la gran burguesía y el imperialismo para que los productos de nuestro trabajo sean administrados por nosotros mismos, por los trabajadores, planificando la economía en interés de la mayoría de la sociedad y no como hoy en beneficio de una minoría capitalista parasitaria.
No se puede resolver ningún flagelo de esta economía capitalista semicolonial de la Argentina sin expropiar los grandes medios de producción tanto de la burguesía local como extranjera, desconocer y dejar de pagar la deuda externa y a los grandes acreedores internos. El único cambio a favor de los trabajadores viene de liquidar el régimen capitalista, instaurando un gobierno de trabajadores que controle democráticamente las palancas fundamentales de la producción, la distribución y el comercio exterior, para avanzar hacia una sociedad socialista. Para que la vanguardia obrera y de la juventud trabajadora que se vaya destacando en las luchas pueda dirigirlas con una estrategia revolucionaria hacia la conquista del poder y una salida socialista de la crisis, que es necesario imprescindible organizarla en un Partido de Trabajadores revolucionario. Esa es la principal tarea militante que te proponemos desde el Partido de La Causa Obrera (PCO).
Turco Morales, 8/6/23