Aunque el gobernador Pullaro y sus medios de comunicación amigos, digan lo contrario, el único record “histórico” que batió esta elección del domingo 13 de abril, fue la caída en la participación electoral, la más baja en 40 años de democracia burguesa.
Si las elecciones se midieran como los programas de televisión, con este bajo porcentaje, quizás ya las hubieran sacado “del aire”. Y, si bien la comparación es un poco irónica, los grandes capitalistas que están detrás de los gobiernos burgueses quizás comienzan a estar un poco preocupados. Es que si a la baja participación, que estuvo en el 55%, se le suma un porcentaje no despreciable del 13% entre los que votaron en blanco y anularon su voto… a este circo electoral cada vez les sobran más payasos.
En un artículo días antes de las elecciones señalábamos que, “para muchos compañeros las elecciones a Legisladores Constituyentes han pasado inadvertidas. Y no sorprende mucho, se debe al creciente descreimiento sobre la “política”. Con una última “esperanza” pusieron a Milei el que se mostraba como “anti-casta” y contra los “políticos” y lo primero que hizo al acceder al poder fue reclutar a todos los viejos políticos menemistas y aliarse con el pro de Macri, coronando a la ya reutilizada ministra Bullrich.”
Primeras consideraciones
El gobierno de Pullaro, como el frente Unidos (la UCR, al PRO y al Partido Socialista de Clara García y del diputado Esteban Paulón) pretendía plebiscitarse, tal vez pensaba, que tenía un apoyo político suficiente para hacerlo. Pero teniendo en cuenta que perdió más de la mitad de los votos, que en las elecciones del 2023 (aunque obtuvo la mayor parte de los votos positivos totales) parece más un bien un “triunfo a lo pirro”, que una demostración de omnipotencia. Es probable que este resultado, complique sus planes reeleccionistas y tenga que “negociar” con el resto de los partidos del régimen capitalista de la provincia. Pero de una u otra forma, las reformas previsionales y anti-obreras, las van a querer meter sea como sea.
El PJ, está en una diáspora, dividido entre varios sectores. La mejor elección la hizo el sector que encabezó Monteverde, que incluye al grueso de los que estaban con Perotti -el gobernador anterior- y el movimiento Evita/UTEP. Ciudad Futura, el partido de Monteverde, es abiertamente reformista. En su momento pretendían copiar al Podemos (el partido de Pablo Iglesias de España), decían expresar “una forma nueva de hacer política”, pero igual que aquellos -y en menor escala- terminaron abrazados a lo peor de los partidos del régimen burgués. En estas elecciones terminaron compartiendo sus listas con lo más rancio del PJ santafesino (Armando Traferri, senador provincial vinculado a varias causas ilícitas de juego clandestino). Finalmente la Ciudad “futura” se llenó de “pasado”.
En esta elección este frente quedó segundo en la general y si bien ganó como candidato a constituyente provincial en la ciudad de Rosario, situación que lo pone expectante para las próximas elecciones, hay que decir que perdió muchos votos, comparando con las elecciones del 2023, donde salió segundo a escasos votos de ganar la intendencia. La otra lista del PJ, encabezada por Marcelo Lewandowski (candidato a gobernador en las últimas elecciones) terminó por fuera del PJ, en una alianza con Rubén Giustiniani (un ex PS) haciendo una paupérrima elección.
Seguramente el frente que encabezaba Monteverde explique porqué el “Frente Amplio Progresista” de Del Frade y la exministra de educación, Claudia Balagué, casi pasaran desapercibidos, a nivel provincial, y en Rosario.
El otro dato es la elección de los representantes de LLA, es decir, del gobierno nacional. Si bien ocuparon un tercer lugar “cómodo” a nivel provincial, que puede significar un cierto golpe al gobierno de Milei, en Rosario su candidato, el ex periodista Juan Aleart, ganó en el departamento Rosario.
La realidad es que, en este marco de baja participación, si sumamos los votos del oficialismo, de LLA, Amalia Granata y cia… hay una porción muy importante del electorado que aún está inclinado hacia la derecha más reaccionaria, es decir, que todavía, mantienen un piso de apoyo político importante, que se expresa en las encuestas a nivel nacional. Algo que sigue siendo una muestra de la situación contradictora de estos tiempos.
¿Y el FIT-U?
El PTS, caracterizó correctamente, el descontento docente con el gobierno. Hizo una campaña especial, haciendo eje en esa cuestión, con reels y videítos en las redes. Es probable que por eso Franco Casasola hizo una aceptable elección en Rosario. Como candidato a constituyente sacó casi la misma cantidad de votos que Deiana en la lista de distrito único de toda la provincia (32.147 votos y 31.235 votos respectivamente). Pero la misma Deiana en su doble candidatura como Concejal de Rosario cayó a 15.163 votos (1,86%). Esta diferencia de votos sin dudas avivará la disputa interna dentro del FITU por la disputa de los candidatos para las elecciones futuras.
Esta “izquierda” profundiza su campaña oportunista
Franco Cassasola, utilizando la imagen de Miriam Bregman (imitando a los candidatos de los partidos burgueses) planteaba, dos propuestas que eran claramente reformistas. La primera: “que un solo cargo docente alcance para vivir” y “el 82% móvil para ´nuestros´ jubilados y jubiladas”. Como el dicho “un botón basta de muestra”... Hay varias cosas que se desprenden, pero nos detendremos en una: el oportunismo electoral. Ponen expectativas en que un Constitución burguesa diga que los docentes tenemos que ganar un “sueldo digno”. Pero ¿acaso no está ya en la Constitución Nacional lo del salario “vital y móvil” y tantas otras cosas que no se cumplen para los trabajadores? Parece que a estos “revolucionarios”, la fiebre parlamentaria ya les hace estragos. Ahora como pasaron el piso proscriptivo de las PASO, para la categoría de concejales en la ciudad de Rosario, ya anticipan, en su fiebre electoralera, que pueden conseguir un concejal, así lo vitoreaba Carla Deiana del Partido Obrero, quien encabezaba la candidatura a constituyente provincial, en el cierre del día de elecciones.
En realidad, esta elección, no expresa nada nuevo. Solo que después de diez años el FIT-U, pasó las PASO… pero “paso a paso” se hunde cada vez más en el oportunismo electoral, o sea nada beneficioso para los trabajadores
Conclusión
Como plateamos antes de las elecciones: “Desde el Partido de la Causa Obrera creemos que tenemos que despejar cualquier expectativa en estas elecciones. La solución de nuestros problemas, como la pelea contra la política de ajuste tanto del gobierno provincial, como del nacional, no vendrá de poner expectativas en que algo salga de esta constituyente.”
Pero no somos necios. Estas elecciones también mostraron de manera distorsionada pero real, que una parte importante de los que fueron a votar se inclinó para los partidos y alianzas que levantaron la campaña más reaccionaria. En línea con el humor nacional.
Es una situación contradictoria. Porque una parte casi idéntica de la que se inclinó por políticos de la “derecha” (y en una abstención histórica podríamos decir) no fue a votar o votó en blanco o anuló el voto.
La salida a esta crisis nacional (totalmente atada a la crisis internacional del capitalismo) la tenemos que buscar en organizarnos llevando adelante una lucha consecuente, haciendo asambleas en los lugares de lugares de trabajo o de estudio, que corone en una huelga general, la única manera de voltear al gobierno de Milei y Pullaro y su política de hambre y miseria. Pero no para que vuelva el peronismo, sino para que se “corone esa consigna del 2001, es decir, que se vayan todos -y para que no vuelvan- tenemos que imponer un gobierno de los trabajadores, que expropie a los grandes capitalistas y reorganice la sociedad en base a nuestras necesidades como trabajadores, o sea: las de la mayoría. Esa es la única verdadera democracia.” Pero para eso tenemos que “organizar un partido de la clase trabajadora”.
Cala y Tincho, 22/4/25