Reforma de la Constitución de Santa Fe en plena época reaccionaria

Para muchos compañeros las elecciones a Legisladores Constituyentes han pasado inadvertidas. Ya no sorprende mucho, se debe al creciente descreimiento sobre la “política”. Ya una última “esperanza” pusieron en Milei el que se mostraba como “anti-casta” y contra los “políticos” y lo primero que hizo al acceder al poder es reclutar todos los viejos políticos menemistas y aliarse con el PRO de Macri coronando con la ya reutilizada ministra Bullrich.

Los candidatos presentan como un “hito histórico” esta reforma de la Constitución ya que la vigente carta magna data de 1962, lo que, según ellos, supone pensar una “ley” que asegure un futuro próspero para toda la población. ¡Nada más alejado de la realidad!

La Constitución, como todas las leyes, es una cobertura (un disfraz) con el cuál embellecen la dominación que la clase capitalista ejerce sobre el pueblo trabajador.  Cuando las “leyes” les convienen a los empresarios y “políticos” son defensores de la democracia, citan sus pasajes y como pastores en sus iglesias recitan sus artículos. Pero cuando una de esas leyes les entorpece sus negocios, se terminó la democracia y se pasan todas las leyes y constituciones por donde no les da el sol, sino preguntémosle a los jubilados como les va con su “legítimo derecho a la protesta”. El derecho a movilizarse se terminó cuando Bullrich llegó al poder. Mientras era “opositora” cortaba calles, atravesaban los tractores en las rutas y “ejercían su derecho a la protesta”. Lo mismo con la minería contaminante o la entrega de recursos naturales… si la Constitución o carta orgánica del lugar no lo permite se modifica o se desconoce. Como por ejemplo en Catamarca, que a pesar de amparos, denuncias y recursos legales contra la extracción del Litio, el gobierno ha presentado a su provincia como “Catamarca minera” en la feria PDAC de Canadá, donde van las multinacionales más importantes del sector. En otras palabras… la actividad sigue avanzando desde el año 97 sin importar las “leyes” ni “constituciones”. Podríamos pensar en los derechos de los pueblos originarios desalojados o la papelera Botnia instalada en Fray Bentos y un largo etcétera.

¿Por qué Pullaro puede avanzar ahora con la modificar la constitución de la Provincia de Santa Fe?

Aunque expresamos las limitaciones de “confiar” en las leyes de la democracia, el gobierno pretende aprovechar el viento de cola reaccionario que aún sopla desde la asunción de Milei, para ajustar lo más que pueda la Constitución de Santa Fe a las necesidades de las grandes multinacionales. La primera cosa que mostraron los medios locales es la posibilidad de introducir la reelección de gobernador y vice, algo que puede entenderse como una posibilidad para que Pullaro en caso de seguir siendo una opción ganadora, pueda extenderse un mandato más en la “casa gris”. Pero esto no es el centro de la reforma, ya que lo que intentan es una  nueva ley un tanto más ambiciosa que vaya en línea con la Ley Bases.

¿Cómo se habilitó está instancia y que está habilitado a ser modificado?

En diciembre pasado la legislatura de la provincia sancionó la ley 14.384 “Declaración de la necesidad de la reforma constitucional de la provincia de Santa Fe”. Dicha ley habilita a modificar 42 de los 116 artículos que componen la constitución. Detallamos los que consideramos más perjudiciales para los trabajadores:

  • Régimen municipal, todas las poblaciones deberán organizarse como municipios.
  • Autonomía municipal, uno de los cambios más profundos, la consagración de la autonomía en los planos político, administrativo, económico, financiero e institucional. Un viejo anhelo de las grandes multinacionales de poder “negociar” directamente con gobiernos locales, más chicos. Esto abarata y agiliza en muchos casos los “negocios” de los capitalistas (inmobiliarios, extractivistas, sojeros…). Para los empleados municipales y comunales de la provincia significa quedarse sin Ley de paritarias y que cada comuna y municipio arreglen por separados, perdiendo fuerza. Y sobre todo significa quedarse sin el Estatuto y Escalafón del personal municipal y comunal.
  • Eliminación de la confesionalidad seguramente Pullaro plantea por exigencia de la iglesia evangélica de la cual ha pasado por varios de sus actos, es la exigencia de  “…eliminar la confesionalidad del Estado y reafirmar la separación y distinción del orden civil y de cualquier orden religioso…”. Bajo la idea de separación del estado de la iglesia, en realidad se reconoce “…la colaboración entre ambos órdenes con todos los cultos.” O sea, ya no habrá “culto oficial”, la iglesia evangélica ganaría así un lugar de poder.
  • En materia tributaria se incorporaría el principio de Responsabilidad Fiscal como principio constitucional.
  • Revisión del derecho de reunión.
  • Promover el trabajo decente, dando lugar a la modificación de los convenios colectivos, negociación paritaria y fuero sindical.
  • Educación intenta colocarla como un “servicio esencial” para así poder limitar definitivamente el derecho a huelga de la docencia.

¿Qué hacemos los trabajadores?

Desde el Partido de la Causa Obrera creemos que tenemos que despejar cualquier expectativa en estas elecciones. La solución de nuestros problemas, como la pelea contra la política de ajuste tanto del gobierno provincial, como del nacional, no vendrá de poner expectativas en que algo salga de esta constituyente.

Por el contrario desde el PCO llamamos a votar en Blanco o anular el voto. La salida a esta crisis nacional (totalmente atada a la crisis internacional del capitalismo) la tenemos que buscar en nuestra organización independiente, en asambleas de lugares de trabajo o barriales, que voten delegados que puedan organizar una lucha consecuente que corone en una huelga general. La única manera de voltear al gobierno y su política de hambre y miseria.

Pero con esto no alcanza, junto a esta discusión tenemos que organizar un partido de la clase trabajadora, que pueda darle continuidad a esa lucha. Que corone esa consigna del 2001 “que se vayan todos” y para que no vuelvan tenemos que imponer un Gobierno de los Trabajadores, que expropie a los grandes capitalistas y reorganice la sociedad por nuestras necesidades: la de la mayoría. Esa es la única verdadera democracia.

Cala y Tincho 10/4/25

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